La estrategia de Henrique Capriles frente al régimen chavista de Nicolás Maduro es una apuesta a largo plazo. Una vez fracasadas las movilizaciones posteriores al polémico proceso electoral y dado que Maduro ha conseguido mantenerse en el poder, ahora la oposición que encabeza Capriles busca otras vías para derrotar al régimen.

(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. La principal es la de ir desgastándolo a través de los diferentes procesos electorales que restan por celebrarse: municipales este próximo 8 de diciembre, las legislativas de 2015 y un posible referendum revocatorio de 2017.

“Creo que tengo la responsabilidad, a sabiendas de que Venezuela es un país desinstitucionalizado, de no dejarme llevar por las emociones, sino a apelar a la razón. La emotividad es propia de un proceso electoral y no un acto racional. Hay personas que establecen una comparación con lo que se produjo en Brasil. O lo que pasó en Siria. Yo no puedo pedirle a la gente que salga a la calle, que sea asesinada y luego pasar la página. Esa no es mi visión”, esa es la apuesta de Capriles, como lo dijo en el diario El País.

Esa idea que se inclina por el sendero institucional provoca divisiones en las propias filas opositoras pues algunos creen que esa táctica refuerza al oficialismo al concederle un amplio margen de maniobra. Estos grupos apuestan por otros modelos, quizá como el egipcio.

Es la teoría del analista Oswaldo Álvarez Paz en el diario El Nacional dice: “El problema es que no quiero ser terrenal y contribuir a fortalecer más de lo mismo. Ejemplo, seguir confundiendo democracia con elecciones o hacer toda la apuesta para el cambio de régimen al largo proceso que va desde abril pasado hasta diciembre con las municipales, de allí a las parlamentarias, luego a un eventual revocatorio y, por ese camino, llegar a las presidenciales de 2019 para derrotar a Maduro y elegir, entonces sí, a un Capriles todavía joven para restaurar la democracia perdida. Si los mismos siguen haciendo lo mismo, los resultados jamás serán diferentes. Lo han dicho sabios y la vida lo ratifica. Las elecciones son un instrumento de la democracia, pero no el único y ni siquiera el más importante”.

Los pilares de una estrategia

Por el contrario, la estrategia de Capriles se basa, en primer lugar, en mantener una presencia activa y constante tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Henrique Capriles: “Yo no puedo pedirle a la gente que salga a la calle, que sea asesinada y luego pasar la página”.

Estas últimas semanas visitaba, por ejemplo, La Pradera de Kempis (Municipio Zamora), como un  gesto que busca evidenciar su preocupación por los problemas cotidianos de la población, en especial la inseguridad, el desabastecimiento y el incremento de los precios vía inflación: “Nuestro objetivo es mejorar la calidad de vida” porque “¡la inflación golpea con más fuerza al más pobre! ¡Evidencia del fracaso y la necesidad de cambio! ¡Es la única obra que tiene este Gobierno! Éstas son las cosas que el Gobierno quiere tapar con escándalos. ¡El desastre económico! Está en nosotros no dejar que sea así!”.

Está claro que mientras el régimen no sea capaz de solucionar los problemas más cercanos de la población, la pérdida de votos del oficialismo no va a parar y hacia ahí dirige su mensaje político tal y como hizo durante la campaña electoral: “La inflación sube, la escasez aumenta, la violencia se incrementa, los problemas crecen y el Enchufado mayor en bailanta partidista!”.

El mandatario Juan Manuel Santos y el excandidato presidencial de Venezuela, Henrique Capriles durante su encuentro en Bogotá

Por eso, además, su insistencia en mostrar las diferencias entre Maduro y su antecesor: “Han pretendido desconocer a la otra mitad del país, imponerle y hacer creer que hay disposición de dialogar. Maduro no es Chávez, los chistes de Maduro no le dan risa ni a los que tiene al lado (…) Tiene que entender que este modelo no sacará al país adelante, están yendo directo para meter al país en un barranco”.

Asimismo, para ganar presencia pública, ha creado su propio canal de televisión a través de internet (www.capriles.tv) a fin de romper el monopolio televisivo del ejecutivo, agravado tras la cooptación de Globovisión para el oficialismo.

En segundo lugar, la estrategia de Capriles consiste en mantener en pie una activa agenda exterior: “Vamos a continuar recorriendo América Latina”.

Comenzó con su visita a Juan Manuel Santos que desencandenó una crisis diplomática entre Colombia y Venezuela. Por eso, otros gobiernos de la región paralizaron la posibilidad de recibir a Capriles: fue el caso de Enrique Peña Nieto en México o de Ollanta Humala en Perú.

“No lo habré de recibir porque es claro que el Gobierno de México ha reconocido al Gobierno formado en Venezuela y no podemos ser parte de un conflicto interno ni tomar posición”, comentó el gobernante mexicano.

El líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles

Sin embargo, otras puertas se han abierto como la de Sebastián Piñera en Chile quien dijo públicamente que  “nosotros tenemos relaciones con el pueblo venezolano a través del gobierno venezolano (…). Si me pide una entrevista, me voy a reunir con él, probablemente no en La Moneda”.

De todas formas, Capriles, que sí se vio con referentes opositores como Alan García, se ha visto aislado internacionalmente gracias a la presión ejercida por el gobierno de Maduro.

En tercer lugar, la estrategia de Capriles ha enfilado hacia un gran objetivo: las elecciones municipales del 8 de noviembre.

Ese objetivo no supone solo ganarlas sino mantener “prietas las filas”.

Eso se traduce en consolidar la unidad opositora en torno a ese foro multipartidista que es la Mesa de la Unidad Democrática (MUD): “Las alcaldías son fundamentales para el cambio en el país, el cambio debe ser de abajo hacia arriba. Me pongo a la orden de los candidatos de la unidad. Los que se pongan por fuera quedarán como personas que no quisieron sumarse al proceso de cambio. Las reglas están y son para cumplirlas. Mis candidatos son los de la unidad”.

¿Es acertatada esta estrategia? Eso solo el tiempo lo dirá pero parece claro que dirigir el país hacia el enfrentamiento directo y frontal contra el gobierno sería el camino más cierto hacia el conflicto civil que nunca es gratuito en cuanto a vidas humanas.

Tomado de INFOLATAM