Rafael Correa se ha convertido tras la muerte de Hugo Chávez en el principal referente del socialismo del siglo XXI en la región. Sin embargo, ese liderazgo plantea algunas interrogantes: ¿tiene los requisitos necesarios para encabezar a la izquierda latinoamericana? Y en el ámbito interno, ¿cuenta con una fuerza política cohesionada y un proyecto de país claro para los próximo años?

(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. Infolatam ha hablado de estos y otros temas con Simón Pachano, politólogo ecuatoriano y profesor de Ciencia Política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede Ecuador. Se encuentra en España donde imparte la Cátedra de Ciencia Política “Federico Gil” durante los meses de abril y mayo de 2013 en el Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca. En esta oportunidad, la Cátedra tratará sobre “Procesos de Democratización en América Latina”.

El proyecto correista para Ecuador

En el terreno de la política ecuatoriana, Correa ha salido muy fortalecido de los comicios presidenciales del pasado mes de febrero: no solo fue reelegido sino que cuenta con una sólida mayoría en el legislativo para impulsar leyes como las de Comunicación, Agua, Tierras y el nuevo Código Integral Penal.

Su fuerza Alianza PAIS ocupará 100 de los 137 escaños –el 73%– en el periodo legislativo que arrancará este próximo 14 de mayo y los diputados tienen como común característica su fidelidad al presidente.

Raúl Patiño, asambleísta electo por el distrito 1 de Guayas, lo admite sin tapujos: “No es lógico que los cien legisladores de la Revolución compitamos entre los cien y que cada quien haga su proyecto. Si alguien cree que votaron por él solito, por su personalidad, está confundido. ¡No! La gente votó porque este es el equipo de la Revolución, el equipo de la justicia y de Correa; (ahora) hay mayor claridad de que somos el equipo de la Revolución”.

Pero más allá de estos hechos puntuales, ¿cuál es el proyecto a largo plazo del correismo?

Rafael Correa tras asegurarse otra victoria electoral

Para Simón Pachano, “Correa va hacia la profundización de la Revolución ciudadana, a un mayor control de las instituciones apoyado en la mayoría que tiene en el legislativo. Quiere imprimir mayor velocidad a su proyecto actual”.

En el terreno económico “la opción será ir hacia un modelo en el que la minería sea la actividad económica central y vaya sustituyendo al predominio del petróleo. El acercamiento a China y la elección de Jorge Glas como su vicepresidente van en esa dirección. Ese modelo extractivista puede causar tensiones dentro de la coalición oficialista pero el peso de Correa acallará esas críticas”.

En cuanto a lo que ocurra más allá de 2017 hasta ahora todo indica que no optaría a la reelección. Correa, de 49 años y en el poder desde 2007, fue ratificado en la presidencia de Ecuador en elecciones anticipadas en 2009. Y en febrero consiguió la reelección en primera vuelta para el periodo 2013-2017 con el 56% de los votos.

La Constitución ecuatoriana permite una sola reelección y el Presidente ya ha dicho que su “presencia en el país es demasiado fuerte. Así que si después de cuatro años volvemos a ganar, Alianza PAIS vuelve a ganar las elecciones y el gobierno, opacaría tal vez a la persona que me sucediera en el cargo. E incluso si es opositor, de todas formas mi presencia sería demasiado fuerte. Así que prefiero, para dejar florecer a los demás, retirarme a la vida privada. No solo dejaría la presidencia, dejaría la vida pública”.

Incluso, ha hecho referencia a su situación personal para confirmar que no seguirá en el cargo ni tratará de reformar la constitución.

“De acuerdo a la Constitución, sí (ésta será la última reelección). Y así no lo dijera la Constitución, yo igual después de cuatro años me voy a mi casa. Esto agota bastante, pero además es bastante injusto, porque uno toma decisiones que afectan a otros, por ejemplo a mi familia. Mis hijas se han criado en la adolescencia sin privacidad (…) el tiempo que uno les puede dedicar es bastante escaso”, ha confesado el Presidente.

De todas formas, el Presidente sabe que será muy poca la resistencia que vayan a tener a sus iniciativas en este cuatrienio.

La oposición sigue desarticulada y difícilmente se opondrá a las pretensiones oficialistas. “No han sido capaces de superar la fase caudillista y no han construido alternativas. Además, tampoco se han logrado unir debido a las profundas diferencias que les separan”, apunta Pachano.

Correa y el modelo coreano

Simón Pachano llama la atención sobre el objetivo final que persigue Correa que no es “el modelo cubano o el venezolano. Admira el modelo de Corea del Sur de gobierno fuerte, autoritario, muy intervencionista en el ámbito económico y con fuerte inversión en el área educativa. Es un regreso al modelo cepalino de políticas ISI y mercadointernistas”.

El presidente ecuatoriano Rafael Correa

Efectivamente, Correa ha confesado esa admiración por el modelo coreano en eventos como su visita a ese país en 2010 o en declaraciones a Telesur.

En su visita de 2010 al instituto público Korea Development Institute, dedicado a la investigación y desarrollo económico y social, Correa dijo que Corea del Sur había pasado de ser un país pobre a incorporarse al grupo de los países desarrollados y se mostró a favor de aplicar esa experiencia al desarrollo de Ecuador.

Sin Hugo Chávez, algunos analistas han especulado sobre la posibilidad de que Rafael Correa se convierta en el líder del socialismo del siglo XXI a escala latinoamericana.

Tiene carisma, preparación intelectual y resulta una figura atractiva.

Sin embargo, otros señalan que Correa no posee ni la “chequera de Chávez” ni Ecuador es un país con el peso internacional y económico de Venezuela.

Pachano apunta que “Correa tiene difícil asumir ese liderazgo latinoamericano. Chávez fue el pionero y tenía recursos. Si incluso él no lograba a veces ser seguido por Argentina y por el propio Ecuador con el liderazgo y fuerza que tenía, mucho menos lo conseguiría Correa”.

Tomado de INFOLATAM