Humala ante los fantasmas de 2006 Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 11 de Abril de 2011 18:47

El candidato nacionalista le saca 6 puntos de diferencia a la congresista Keiko Fujimori en la primera vuelta. La distancia es exactamente la misma que había logrado frente a Alan García en los últimos comicios presidenciales

Crédito foto: AP


En aquellas elecciones de 2006, el nacionalista también había obtenido la victoria en la primera ronda. Con 3.757.735 de sufragios, el 30,62%, aventajó por 6 puntos porcentuales a Alan García, que había logrado la adhesión de 2.984.881 de peruanos. Sin embargo, en el ballottage, Ollanta Humala no logró conquistar al resto del electorado. Obtuvo 6.269.636 de votos, pero el actual presidente sedujo a 6.963.849 ciudadanos. Cerca de 700 mil votos lo alejaron del Ejecutivo.

En las elecciones del último 11 de abril, las cifras parecen calcadas. Con poco más del 28% de los sufragios, el líder nacionalista también aventaja a Keiko Fujimori por 6 puntos. En 2006, el discurso radicalizado de Humala hizo que los otros sectores políticos peruanos se volcaran a respaldar a García, que encarnaba la propuesta más conservadora. En esta oportunidad, el escenario no parece tan claro. Si bien Humala continúa generando rechazo en ciertos sectores del electorado peruano, la candidata fujimorista no se presenta como una candidata liberal clásica (al estilo García) y alimenta la incertidumbre.

Keiko Fujimori representa el pasado en Perú. Su padre, el ex presidente (1990-2000) Alberto Fujimori fue sentenciado en abril de 2009 a 25 años de cárcel, señalado como autor intelectual de dos matanzas perpetradas por un grupo clandestino del Ejército, en las que murieron 25 personas durante el conflicto interno contra guerrillas de extrema izquierda. Este antecedente ubica a la congresista en un lugar distinto al que ocupaba García en 2006.

"Creo que el elector de [Pablo Pedro] Kuczynski, Toledo y [Luis] Castañeda estará en una disyuntiva muy difícil, entre un candidato que en la apariencia representaría el antisistema o el regreso al pasado frente a una candidata que, con seguridad, ha representado en el pasado un proceso antidemocrático", explicó Oscar Vidarte, profesor de Política de la Universidad Católica de Perú a AFP.

El especialista, además, adelantó que lo que puede preverse como una campaña negativa para desprestigiar al nacionalista sobre la base de su pasado -cuestión que lo perjudicó en el ballottage que disputó con Alan García en 2006- no será tan sencillo. "A Ollanta ya no le pueden sacar más, todas las cartas fueron puestas sobre la mesa en la primera ronda: la carta chavista, la carta estatista, la carta reformista. Todas esas cartas ya han sido abiertas, no habrá nuevos elementos contrarios que de alguna manera puedan causar impacto".

Es más, Humala también aprendió de su última contienda electoral y morigeró su discurso. Evitó emparentarse con el venezolano Hugo Chávez y, si bien recibió las felicitaciones del boliviano Evo Morales, repitió hasta el cansancio que su modelo de gobierno era el de Lula Da Silva en Brasil. En ese camino, si se quiere más conciliador, el ex militar no desmintió que le ofrecería la presidencia del Consejo de Ministros a la hasta hace unos días Defensora del Pueblo, Beatriz Merino, una liberal de reconocido prestigio profesional y ético.

La jornada electoral dejó un escenario en el que un gran porcentaje de la población (el 50% que no votó ni por uno, ni por otro) no tiene a su candidato en el ballottage del 5 de junio. Son casi dos meses de disputa pública en la que ninguno de los dos postulantes escatimará esfuerzos por destronar al oponente. En este sentido, se expresó el reciente premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. El escritor adelantó que eventuales gobiernos de Humala o de Fujimori serán una "catástrofe" debido a que ambos candidatos son rechazados por una vasta cantidad del electorado que se inclinó por otros tres candidatos.

Humala irrumpió en la arena política peruana en el año 2000, cuando lideró un intento de Golpe de Estado contra el entonces presidente Alberto Fujimori. Se trata de un ex militar acusado de todo, menos de prócer democráticos. Una de las grandes preocupaciones en torno a su futura presidencia radica en si será capaz de mantener los lineamientos económicos que ubicaron a Perú entre los países que más crecen en el mundo.

El ganador de la primera ronda electoral también identificó este reclamo en los sectores adversos a su candidatura y pregonó la necesidad de mantener el crecimiento del país, aunque remarcó la necesidad de que ese ingreso nacional se redistribuya en la población.

Del otro lado del ring, también pelea Keiko, rechazada por muchos peruanos que no olvidan a su padre. La violación sistemática a los derechos humanos es una ofensa que miles de peruanos no están dispuestos a dejar de lado. Aún cuando en un pasaje de su campaña, la congresista intentó desmarcarse del oscuro pasado de su progenitor, a días de los comicios, volvió a pronunciarse como "una continuadora de su labor". Eso sí, Fujimori, bajo la mirada de los mercados e inversores, es más amigable.

Todavía resta conocer el recuento final de votos para dimensionar la diferencia exacta entre ambos candidatos. Con las actas en la mano, los otros tres postulantes deberán decidir a quién respaldan en la segunda vuelta prevista para el 5 de junio. El fantasma de las elecciones 2006 revolotea por Perú.