La guerra comercial entre Argentina y Brasil ahonda la parálisis de Mercosur Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 22 de Mayo de 2011 22:50

La crisis actual que atraviesa la relación entre Argentina y Brasil explica, en gran medida, por qué Mercosur no sale de su estancamiento. Las dos mayores economías sudamericanas no solo no lideran el proceso de integración sino que mantienen una dura pugna comercial.

(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. Esto se debe a que, como suele ser habitual, han privilegiado sus intereses particulares, aplicando medidas de rancio nacionalismo proteccionista, sobre los intereses generales del proceso de integración.

Esa pugna, que empezó siendo solo comercial, ahora se ha convertido incluso en geoestratégica. Comenzó en febrero cuando Argentina tomó un conjunto de medidas proteccionista, al aumentar el número de bienes que requieren licencias no automáticas de importación, afectando así al ingreso de productos brasileños.

Las aduanas argentinas han frenado desde entonces la entrada de 800.000 pares de zapatos brasileños así como maquinaria agrícola y equipos de electrónica. En respuesta, aumentaron las presiones de los industriales brasileños para que su gobierno aplicara por su lado represalias contra Argentina.

Al no existir organismos eficientes en Mercosur para reconducir estos malos entendidos bilaterales, el enfrentamiento entre ambos países, que mantienen un comercio bilateral superior a 30.000 millones de dólares, se profundizó la semana pasada.

Débora Giorgi, ministra de Industria argentina

La ministra de Industria argentina, Débora Giorgi.

Ocurrió cuando Brasil decidió entorpecer el ingreso a su mercado de automóviles importados, entre ellos los de fabricación argentina. La norma establece la implantación de licencias no automáticas para la liberación en los puertos y pasos fronterizos de los vehículos automotores importados.

El gobierno brasileño determinó la aplicación de esas licencias no automáticas porun periodo de hasta 60 días para la importación de automóviles.

Esta medida fue fuertemente rechazada por la ministra de Industria argentina, Débora Giorgi, por afectar, según dijo, al 50% de sus exportaciones de vehículos. De hecho, 2.000 coches venidos desde Argentina quedaron en la frontera.

La medida comercial brasileña provocó, a su vez, que Buenos Aires expusiera en su defensa que tiene un creciente déficit en su intercambio comercial con Brasil, de unos 7.000 millones de dólares. Esto incluso lo reconoció el ministro brasileño de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Fernando Pimentel quien admitió que “no se puede olvidar de que el saldo es positivo para nosotros”.

Como asegura Carlos Pagni, “Rousseff y Pimentel pegaron donde duele: la industria automotriz, el sancta sanctorum del “modelo”. Desde el jueves pasado un rosario de camiones cargados de automóviles está detenido en la frontera con Brasil. Los funcionarios del PT, imperturbables, dicen que están tratando de moderar el ingreso de vehículos extranjeros de cualquier origen: en el primer cuatrimestre de este año creció 80,7% respecto del mismo período de 2010″.

La ministra de Industria argentina, Débora Giorgi escribió directamente a Pimentel  justificando las razones por las cuales Argentina aplicó licencias no automáticas a algunos productos brasileños: “ las medidas que ha tomado y pudiera tomar el Gobierno Argentino…se enmarcan en un todo en los acuerdos de la Organización Mundial de Comercio , y no tienen como destino a ningún país en particular y menos aún a Brasil”.

Para la ministra “los datos del comercio bilateral desmienten que se verifique un impacto negativo en las exportaciones de Brasil a la Argentina …sólo una relación bilateral que genere una dinámica industrial equilibrada podrá ser sustentable”.

Los empresarios brasileños apoyan las medidas proteccionistas de Dilma Rousseff

Los empresarios brasileños apoyan las medidas proteccionistas de Dilma Rousseff

Por su lado, Fernando Pimentel rechazó que la aprobación de medidas que restringen la importación de automóviles haya desembocado en una ruptura en el diálogo con Argentina: “no hay una ruptura de la conversación con Argentina… La medida no es contra ningún país. Sino para proteger nuestra industria. Argentina se ve más afectada debido a la frontera terrestre…Tenemos relaciones extremadamente amistosas con Argentina. No hay ningún motivo para creer que va a haber una ruptura ni una guerra comercial”.

De todas formas, para las autoridades brasileñas ”Argentina no está cumpliendo los 60 días, eso genera incomodidades y es un problema. En muchos casos ese plazo fue sobrepasado. Pero confío en la capacidad de negociación y no hay motivo para una guerra comercial o una ruptura con Argentina”, dijo Pimentel.

La rivalidad entre Argentina y Brasil

Esta pelea no se ha quedado solo en comercial. Argentina se ha mostrado públicamente en contra de la aspiración de Brasil a integrar el Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente.

El canciller argentino, Héctor Timerman hizo comentarios en ese sentido cuando dijo que “la reforma del consejo de seguridad debe lograr más representatividad democrática y no que haya nuevos privilegiados”.

El proteccionismo brasileño daña la exportación de coches argentinos a Brasil

El proteccionismo brasileño daña la exportación de coches argentinos a Brasil

“Ningún país debe pensar que merece el eterno derecho a pertenecer al Consejo de Seguridad” debido a que ese órgano “ni es democrático ni multilateral”, insistió Timerman en un mensaje divulgado en Twitter.

Como apunta Emiliano G. Arnáez en el diario Perfil “la posición argentina busca balancear el peso cada vez más creciente de Brasil en el plano internacional. El Mercosur es un arma comercial de inserción, pero una banca en el Consejo de Seguridad es un instrumento de múltiples disparadores. La intención de nuestro país es que en caso de que el órgano de las Naciones Unidas sea reformado y acepte una banca más, ésta pertenezca a Latinoamérica en conjunto”.

Se trata de un viejo conflicto que no estaría vinculado a la actual guerra comercial “si bien algunos especialistas se sorprenden que los mayores integrantes del Mercosur, cuyo comercio bilateral supera los 30 mil millones de dólares, se enfrenten en el plano diplomático, lo cierto es que este frente de acción es una constante de los últimos tiempos. La actual puja dista de tener una relación directa con el actual diferendo comercial”.

Por el momento, ambas presidentas han preferido guardar silencio. Dilma Rousseff se refirió al tema solo indirectamente cuando anticipó nuevas políticas de estímulos a los exportadores brasileños e indicó que buscará los medios para “reducir la burocracia que enfrentan las empresas (brasileñas) en el comercio con otros países” .

Más duros han sido las organizaciones patronales. En Brasil la Confederación Nacional de la Industria (CNI) y la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB) denunciaron esa situación. Para el vicepresidente de la AEB, Fabio Faria “al reducir la entrada de productos brasileños, los argentinos abren espacio para los productos chinos”.

“Ya era hora de imponerle a Argentina algunos límites. Porque Argentina, cada vez que la balanza comercial está desfavorable para ellos en algún producto, crea dificultades”, afirmó el presidente de la poderosa Federación de Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp), Paulo Skaf.

Socios, aliados y rivales

Brasil y Argentina fueron en los 90 el germen del, hasta 1999, experimento de integración más exitoso de la región, Mercosur.

Las exportaciones brasileñas a Argentina en 2010 ascendieron a la cifra récord de 18.522 millones de dólares, con un crecimiento interanual de 44,9 por ciento; y las importaciones 14.434 millones, con un aumento de 28; también un récord.

Dilma Rousseff y Cristina Kirchner en el balcón de la Casa Rosada

Dilma Rousseff y Cristina Kirchner en el balcón de la Casa Rosada

En los tres primeros meses del año, el comercio bilateral sumó 8.479 millones de dólares, con un saldo favorable a Brasil de 1.064 millones. Las exportaciones brasileñas en ese período aumentaron 34 por ciento, mientras que las argentinas a Brasil lo hicieron en 19.

El problema entre Argentina y Brasil se relaciona también con el actual momento económico en el cual el empresariado brasileño padece los efectos de un real sobrevaluado, lo cual provoca las importaciones procedentes de China y las compras de bienes industriales procedentes de Estados Unidos.

Este enfrentamiento no hace sino evidenciar las serias dificultades por las que atraviesa Mercosur, pese a que este pasado martes Débora Giorgi, y el embajador de Brasil en Buenos Aires, Enio Cordeiro acordaron que el secretario de Industria argentino, Eduardo Bianchi, se reúna la semana próxima con su par brasileño, Alessandro Texeira, para tratar de solucionar el conflicto.

Pero como asegura el ex embajador en la Argentina José Botafogo Gonzalves las diferencias vienen de muy lejos. En declaraciones al diario Valor Económico, el diplomático indicó que existe una “incapacidad” tanto de Brasil como de Argentina en comprometerse a fondo con el libre comercio lo cual amenaza de “esclerosis” a Mercosur.

Ejemplo de esto son las últimas declaraciones de Giorgi: “no vamos a ser ingenuos y no vamos a ceder ni un palmo en ninguna negociación cuando veamos que se le puede anular el horizonte a una pyme o poner en peligro un solo puesto de trabajo…El mercado interno que construimos entre todos con políticas públicas activas también lo tenemos que defender entre todos”.

Última actualización el Domingo, 22 de Mayo de 2011 22:52