Jair Bolsonaro rompió la cuarentena y estrechó manos de sus seguidores que se manifestaron en apoyo al presidente en todo Brasil Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 15 de Marzo de 2020 23:25

Como en un carnaval fuera de época, miles de brasileños salieron a las calles el domingo en decenas de ciudades para manifestar indignación con el Congreso y la corte suprema del país y expresar su fiel adhesión al gobierno del presidente Jair Bolsonaro, desobedeciendo orientaciones médicas y decisiones de gobiernos regionales que prohibieron concentraciones masivas.


El mandatario ultraconservador, en tanto, quien primero había llamado a marchar en su apoyo y luego lo había desaconsejado debido a los riesgos para la salud pública, rompió el aislamiento sanitario que se le había recomendado y concurrió a la región central de Brasilia para saludar a algunos de sus simpatizantes frente al Palacio del Planalto, donde fue aclamado por seguidores que gritaban que la bandera de Brasil “jamás será roja”.

 

 

Las manifestaciones se realizaron en el día en que el Ministerio de Salud confirmó un aumento de 45% de los casos confirmados de infectados por coronavirus en Brasil, que pasaron de 121 a 176, y en el que la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) anunció la suspensión de todos los torneos que organiza. En muchos estados, además, están suspendidas las clases, y se ordenó el cierre de cines y teatros.

Desde la residencia oficial de la Alvorada, donde se esperaba que cumpliera aislamiento sanitario por varios días luego que funcionarios cercanos que lo acompañaron en un reciente viaje a Estados Unidos dieron positivo por Covid-19, Bolsonaro pasó parte del domingo divulgando en redes sociales videos de manifestaciones en su apoyo en ciudades como San Pablo, Maceió, Belén, Río de Janeiro, Salvador, Campinas, Uberlandia, Belo Horizonte, Ribeirao Preto y Brasilia.

En algunos casos, como en la capital del país, los organizadores de las manifestaciones recomendaron la realización de caravanas de autos y motocicletas para evitar aglomeraciones de personas, pero en avenidas emblemáticas como la Atlántica, en Río de Janeiro, y la Paulista, en San Pablo, la concentración de personas fue masiva.

Exaltando a Dios y a Bolsonaro, cantando el himno de Brasil, agitando banderas verde-amarillas y exhibiendo pancartas contra el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y del Supremo Tribunal Federal (STF), José Antonio Dias Toffoli, muchos de los indignados a favor reclamaron, también, el cierre del Congreso, enarbolando mensajes contra la corrupción.

Los manifestantes compartieron en redes sociales videos con la etiqueta #BolsonaroDay, en los que se leían mensajes como “Intervención militar ya”, “SOS Fuerzas Armadas”, “Fuera STF”, “Fuera Maia” y “El único virus que mata es el de la corrupción”.

Partidarios de Bolsonaro con barbijo en una manifestación en Rio de Janeiro. REUTERS/Marcelo Carnaval

Partidarios de Bolsonaro con barbijo en una manifestación en Rio de Janeiro. REUTERS/Marcelo Carnaval

Bolsonaro, ignorando orientaciones médicas, saludó a algunos manifestantes, muchos de los cuales, incluso con pancartas o carteles adheridos a sus cuerpos, expresaron burlas sobre las alertas respecto al coronavirus.

"Esto no tiene precio. No es un movimiento contra nada, es a favor de Brasil”, comentó el mandatario sobre las manifestaciones.

Políticos y analistas, en tanto, criticaron a Bolsonaro por su adhesión a las marchas que, se espera, contribuyan a elevar la tensión política y pongan al Congreso en una aún más abierta confrontación con el gobierno, haciendo más difícil la aprobación de reformas económicas o de cualquier agenda propuesta por la administración central.

“Bolsonaro es un chiquilín. Envío un whatsapp convocando para el acto del día 15. Después dijo que los mensajes eran sólo privados. Después convocó explícitamente. Enseguida, en vivo y con máscara, dijo que las personas no debían ir. Hoy fue al acto. Vergüenza, comportamiento de chiquilín”, criticó el politólogo Alberto Carlos Almeida.

“Esto no pasará inadvertido para la élite política de Brasil, tampoco para las personas responsables de la élite empresarial, ni para muchos médicos de renombre que aparecen en los medios y probablemente votaron en este chiquilín”, agregó Almeida, furioso.

El gobernador de San Pablo, Joao Doria, hasta hace poco tiempo ferviente bolsonarista, consideró, en diálogo con Folha de S.Paulo, “inadecuado en el acto e impropia en la actitud”, la adhesión de Bolsonaro a las manifestaciones.

Analistas, además, apuntan un creciente “descrédito” de la política económica de Bolsonaro de cuño liberal, en momentos en que se escuchan más voces de economistas respetados por el mercado financiero que reclaman mayor activismo estatal para promover la recuperación de la actividad, amenazada por la pandemia global ocasionada por el coronavirus.

“Está quedando progresivamente claro que Brasil está contaminado por el virus de la demanda deprimida. Y el encanto de la opinión pública con la línea actual parece en dilución”, observó el analista Alon Feuerwerker, de FSB Comunicacao.

Sin embargo, quienes apoyan al presidente, muchos de los cuales dicen enfrentar un sistema institucional “podrido”, aseguran que Bolsonaro está apenas cumpliendo lo que prometió en su campaña, una agenda de desmonte del Brasil organizado tras la redemocratización de 1985.

“Un pueblo, un ideal, un himno, un líder, una nación, una sóla esperanza: un nuevo Brasil libre del virus de la corrupción. Orgullo de ser brasileño. Que quede claro hoy, de una vez por todas: ¡nada más ata al nuevo Brasil! Adelante capitán Jair Bolsonaro”, dijo el diputado aliado del oficialismo Marco Feliciano, un influyente miembro de la poderosa bancada evangélica del Congreso.

CLARIN; BUENOS AIRES; ARGENTINA

Última actualización el Miércoles, 01 de Abril de 2020 01:32