NUEVO FOCO GUERRILLERO EN PARAGUAY, RELACIONADO CON LAS FARC COLOMBIANAS Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 03 de Mayo de 2010 00:20

Crónicamente ignorado por la prensa internacional, ajeno a los vaivenes políticos de sus vecinos – el irrefrenable ascenso económico de Brasil y Chile, el estancamiento de Argentina, la llegada al poder de Evo Morales para dar representación finalmente a la mayoría indígena boliviana, la rebelión contra las petroleras en Perú -, Paraguay proyecta al mundo la imagen de país inmerso en un plácido y anodino letargo.

Esa sensación parece confirmarse al recorrer las calles de Asunción, capital de gentes amables, de guaraní y mate, en la que se tiene la impresión de que nunca sucede nada fuera de lo esperado.

Inclusive los 35 años de sombría dictadura del general Alfredo Stroessner resultan opacados por los lóbregos recuerdos de Videla y Pinochet cuando hablamos de los regímenes militares que dominaron la región en tiempos del “patio trasero”, Henry Kissinger y el Plan Cóndor.

Pero lo cierto es que Paraguay tiene una realidad social compleja más allá de los estereotipos que hacer mirar con cierta preocupación la reciente decisión del presidente Fernando Lugo de declarar el estado de excepción en cinco departamentos del norte del país para que las Fuerzas Armadas puedan hacer frente a los guerrilleros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) después de que estos últimos mataran la semana pasada a cuatro guardias de seguridad de una extensión ganadera.

Miseria, armas y marihuana

A la pobreza imperante y la falta de presencia del Estado en las zonas rurales del país, debemos sumar el papel que Paraguay lleva años jugando como distribuidor del tráfico de armas en América del Sur y los vastos "territorios liberados" para el cultivo de marihuana en los departamentos norteños de Amambay, Concepción y San Pedro.

Después de México, con siete mil toneladas anuales, Paraguay es el segundo productor mundial de cannabis tras haber superado recientemente a Colombia. Se estima en 30 mil las hectáreas dedicadas a este cultivo que se realiza dos veces al año y que genera unas tres toneladas por hectárea.

Además de este campo abonado para la expansión de la influencia armada del EPP, inquieta su vinculación con las FARC. Existen documentos que sostienen que los guerrilleros paraguayos habrían sido recibido entrenamiento de sus pares colombianos. Teoría que defiende el presidente Lugo que a pesar de denominarse progresista se ha acercado al gobierno de Álvaro Uribe en busca de una ayuda que ha llegado en forma de armas y asesoramiento.

Sin noticias del EPP

Las acciones del EPP son esporádicas. En 2008 atacaron un cuartel militar y secuestraron al ganadero Luis Lindstrom para liberarlo 43 días después tras cobrar 226.000 euros. En 2009 atentaron contra otro terrateniente, Fidel Zavala. La familia pagó 376.000 euros de rescate y además se vio obligada a repartir carne entre sectores pobres de Asunción, lo que llevó al Gobierno a poner en marcha la operación “Yaguareté”, que desplegó medio millar de policías y militares para dar caza a los guerrilleros en los departamentos de San Pedro y Concepción.

No es mucho lo que se sabe acerca del EPP más allá de que surgió del partido comunista Patria Libre, que supuestamente aspira a crear una “república socialista en Paraguay” y que hoy cuenta con medio centenar de milicianos que se mueven por las zonas fronterizas a Brasil y Bolivia. El más sonado de sus actos fue el secuestro y asesinato en 2004 de Cecilia Cubas, hija del ex presidente Raúl Cubas.

Tan poco es lo que se sabe sobre la guerrilla liderada por Osvaldo Villalba, alías “Comandante Alexander”, que el manual operativo secuestrado a la guerrilla y publicado en enero por el periódico La Nación resultó un auténtico éxito de ventas.

Además de poner en marcha la operación militar “Py’aguapy”, que acaba de lanzar a más de 3.000 hombres a la caza del EPP, el ex obispo Lugo debería acelerar el cumplimiento de las promesas de reforma agraria con las que llegó hace dos años al poder. El EPP aún no tiene poderío suficiente para poner en juego al Estado, ni tampoco ha logrado ganarse el apoyo de los campesinos, pero las condiciones objetivas – miseria, drogas y armas – para que sí lo pueda hacer en el futuro resultan apremiantes.

Foto: Reuters

Última actualización el Martes, 04 de Mayo de 2010 15:21