Las elecciones presidenciales argentinas de 2015 van a ser una balalla entre el oficialismo kirchnerista (seguramente con Daniel Scioli como líder) y las fuerzas antikirchneristas que en la actualidad se encuentran divididas en tres bloques: el peronismo antikirchnerista (Sergio Massa), el centroderecha (Mauricio Macri) y la coalición de centroizquierda (UNEN).

(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. En realidad, dadas las fuertes tensiones que existen al interior de la coalición de centroizquierda entre la UCR, los socialistas y los seguidores de Elisa Carrió todo apunta a que, en realidad, el duelo para saber quién será el rival de Scioli saldrá de la pugna entre Macri, el jefe de Gobierno de Buenos Aires, y Massa, el intendente de Tigre.

Y ambos han puesto sus ojos en la UCR que de apoyar a uno de ellos desnivelaría la pelea ya que los radicales poseen una estructura partidaria podría a escala nacional.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, según un reciente sondeo de la consultora Poliarquía, difundido por La Nación,  encabeza con el 26 por ciento de intención de voto frente al 23 por ciento que recibe el líder del Frente Renovador, Sergio Massa; mientras que el líder de PRO, Mauricio Macri, obtiene un 22 por ciento.

Massa y Macri, en busca de objetivos similares

Ambos están intentando captar a un electorado similar: de clase media, urbano, agobiado por la inflación y la inseguridad ciudadana.

Macri y Massa compiten por el voto antikirchnerista

Por eso, Macri dice que “la seguridad es un drama. Hace falta un plan integral de seguridad que la revierta y que arranque en la escuela pública, que tiene que lograr que los pibes se entusiasmen y terminen”.

Y Massa, en esa misma línea, apunta a que “a partir del 2016, miedo van a tener que tener los chorros, porque el Estado va a tener la vocación de servicio de brindar más seguridad; miedo tienen que tener los vagos, porque vamos a construir una Argentina de trabajo y no donde algunos pretenden parasitar”.

Ocurre de manera similar con otro de los puntales de la campaña que vienen desarrollando ambos, el combate a la inflación.

Massa se pregunta “si un gobierno con un 40% de inflación es nacional y popular” y Macri señala que “el principio de todos los males es la inflación porque la pagan los que menos tienen. La gente va al supermercado y llegando a fin de mes se da cuenta de que lo que cobraron les alcanza cada vez para menos”.

A la caza de la UCR

Dada la similitud de estrategias y lo similar de los apoyos que reciben, ambos han empezado a buscar aliados más allá de sus propias filas.

El objetivo de Massa y Macri es atraer a la Unión Cívica Radical y a sus caudillos locales. Este partido está dentro de la UNEN pero las debilidades de esta coalición ya ha producido grietas en su interior.

Unas falencias de la UNEN, que admiten sus propios integrantes, como Martín Lousteau: “Me parece que por ahora no cumplió con el rol que para mí debería tener. Tendría que haber aportado y aportar claridad al panorama confuso que describí antes. Porque para poder aportar claridad tiene que poder discutir internamente y transmitir qué es lo que representa. Con cinco candidatos presidenciales tenés una desventaja desde el punto de vista de la comunicación. Pero la fortaleza del frente UNEN es que tiene candidatos en todos lados y que hay dos espacios intentando abrevar en esa fortaleza”.

O Pino Solanas: “Lo que resulta un daño es la campaña para tratar de introducir a Pro dentro de esto. La campaña de Carrió. Eso nos ha hecho un enorme daño”.

Massa y Macri tratan de atraer el voto de la UCR

Algunos al interior de la UCR, como el diputado Óscar Aguad, defienden una alianza entre el radicalismo y el macrismo.

Aguad cree que es “imposible” pensar en un acuerdo entre el radicalismo y el massismo, porque la UCR “está tratando de formar un espacio nuevo no peronista” y consideró que el futuro del Frente Amplio Unen (FAU) “es difícil” por “la multiplicidad de candidaturas” que hay dentro del espacio.

Por eso, Massa ha logrado tender puentes con referentes del radicalismo como Gerardo Morales (presidente de los senadores nacionales de la UCR) en Jujuy, mientras que Macri tiene prácticamente cerrado un acuerdo institucional y orgánico con la UCR de Córdoba (segundo distrito del país), y están cerca de conseguirlo en Entre Ríos, Misiones y La Pampa.

“Hicimos un acuerdo en Marcos Juárez. Ahora estamos dialogando y vamos bien. Hay una química para hacer política de otra manera”, sostuvo el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri en referencia al acercamiento político de su fuerza, el PRO, con la UCR a nivel nacional.

“Hay otras dos señales que indican que a Macri le está yendo mejor de lo que esperaba. Una: los dueños de los grandes medios y las grandes empresas que suelen poner dinero para las campañas lo incluyeron en una grilla que antes sólo ocupaban Massa y Scioli. Y dos: el mismo Macri tarda más en devolver las llamadas de personas a las que antes él mismo buscaba para “cambiar figuritas” o comentar algún asunto de actualidad”, apunta el analista Luis Majul.

Además, Macri estaría preparando nuevos golpes de efecto para relanzar su candidatura: ir con  la carismática Gabriela Michetti como vicepresidenta. Todo indica que quien está ahora “de moda” y emergiendo es Macri (Massa lo estuvo en 2013). Así pues, Massa y Macri están moviendo piezas y preparando sus estrategia para la primera mitad de 2015, meses decisivos para sus respectivas aspiraciones.

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