El fútbol, un quebradero de cabeza para Mujica y Dilma Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Martes, 15 de Abril de 2014 08:41

El fútbol es un deporte y un espectáculo, pero en muchas ocasiones es algo más, mucho más: actualmente se ha convertido en un problema de imagen internacional para Brasil, de seguridad para Argentina y Uruguay y nido de corrupción institucionalizada en Colombia.

Los presidentes de Brasil y Uruguay, Dilma Rousseff y José Mujica

(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. En estos momentos dos presidentes sudamericanos, José Mujica y Dilma Rousseff, viven dificultades políticas relacionadas con el mundo del fútbol.

La violencia en el fútbol uruguayo

En este sentido, el último caso es el de Uruguay donde el propio presidente José Mujica ha debido intervenir personalmente al no permitir que la Policía entre dentro de los estadios Centenario y el Parque Central -donde Nacional juega como local-.

Esta decisión busca presionar a los clubes del país y en especial a los dos grandes, Nacional y Peñarol, para que aprueben el estatuto de FIFA que impone pérdida de puntos a los clubes cuyos hinchas provoquen destrozos.

MONTEVIDEO (URUGUAY), 24/02/2014.- EFE/Iván Franco

El presidente uruguayo, José Mujica

El anuncio oficial fue la respuesta a los violentos incidentes registrados tras el partido de Copa Libertadores que el Newell’s Old Boys argentino ganó por 4-2 al Nacional.

Cuarenta seguidores radicales del Nacional fueron detenidos y 13 policías resultaron heridos.

Además, es una forma también de presionar a los clubes para que financien la instalación de tecnología y colaboren así con el Ministerio del Interior y la Policía.

José Mujica: “De seguir con estas cosas que nos pasan tan seguido en el fútbol solo quedaran contemplando esta fiesta puñados de exaltados que tienden a asumir una conducta primitiva”.

Incluso se rumorea que el gobierno podría haber provocado la renuncia del presidente de la AUF, Sebastián Bauzá lo cual podría provocar que la FIFA echase a Uruguay del Mundial de Fútbol. Algo que finalmente no ocurrirá según ha comunicado la propia Fifa.

Mujica, que subrayó que el fútbol forma parte de la “identidad uruguaya” y que los futbolistas son “embajadores” mundiales del Uruguay, ha alertado ee que “de seguir con estas cosas que nos pasan tan seguido en el fútbol solo quedaran contemplando esta fiesta puñados de exaltados que tienden a asumir una conducta primitiva, de manada, a veces conducidos por minorías, por esas llamadas barras bravas que terminan imponiendo una especie de clima de guerra y no de fiesta. No es posible que es clima dispare de en derredor de las canchas de fútbol y sea sustituido por un derroche de violencia inútil, que repito torpedea lo mejor del Uruguay, la convivencia, ese valor inmaterial que solo nos damos cuenta el gigantesco valor que tiene cuando se pierde”.

José Mujica: “Hacen sexo oral en el medio de la tribuna Olímpica tapados con banderas, hay tráfico de marihuana, etcétera, y nos hacemos los desentendidos, nadie ve”.

El secretario de la Presidencia, Homero Guerrero, dijo que Mujica mantendrá las medidas hasta que los clubes voten el código disciplinario y que “se decidió que los clubes votarán esta semana el código disciplinario recomendado por FIFA. Luego que se vote, el presidente (Mujica) levantará las medidas y podrá haber fútbol de forma normal”.

Este pasado fin de semana el fútbol volvió a los estadios uruguayos cuando la Asociación del Fútbol Uruguayo aprobó lo solicitado por el gobierno: la pérdida de puntos a los equipos que provocaran disturbios y la adquisición del software para el reconocimiento facial de los hinchas peligrosos.

Y todo no sin que antes Mujica dejara su última perla cuando el presidente aseguró que en las tribunas se trafica drogas y sexo. “Hacen sexo oral en el medio de la tribuna Olímpica tapados con banderas, hay tráfico de marihuana, etcétera, y nos hacemos los desentendidos, nadie ve. Tenemos que reaccionar… pienso que es mucho más complicado, que hay un cruce de intereses abajo, que hay unas mafias operando”.

El Mundial de Brasil 2014

En Brasil, hasta ahora el Mundial de fútbol solo ha traído sinsabores a Dilma Rousseff. La celebración de la Copa Confederaciones, preámbulo del Mundial, fue aprovechada para desencadenar las protestas del pasado mes de junio.

Los retrasos han marcado la preparación del Mundial

Los retrasos han marcado la preparación del Mundial

Unas protestas que volverán este verano.

De eso son conscientes los dirigentes como el presidente de la FIFA, Joseph Blatter: “Sabemos que habrá manifestaciones, pero el fútbol estará protegido, creo que los brasileños no atacarán al fútbol directamente. Para ellos, es una religión”…

Y analistas como Franco Norero: “La comodidad del futuro político de la presidenta de Brasil se encuentra totalmente ligado al surgimiento o no de un nuevo período de protestas relacionado con la apertura de la Copa del Mundo. Un parecer que comparte René Berardi, economista, doctor en Sociología, consultor y profesor de la Universidad Federal de Paraná, quien considera que las manifestaciones durante el Mundial abrirán un espacio público y político para que la sociedad civil se manifieste a favor o en contra del gobierno de Rousseff”.

Además, a nivel organizativo el Mundial ha golpeado el prestigio brasileño por los retrasos en las construcción de los estadios y las muertes de trabajadores.

Hace unos meses, el propio Blatter criticó con dureza a la organización de Brasil: “Acaban de darse cuenta, comenzaron demasiado tarde. Es el país con más retraso (en los preparativos del Mundial) desde que estoy en la FIFA y era el único que tenía tanto tiempo para prepararse”.

Dilma Rousseff: “Nuestro pueblo tiene determinación, capacidad y competencia para hacer la mejor Copa de todos los tiempos. Estoy segura de que Brasil brillará fuera y dentro del campo”.

Tampoco va a servir el Mundial para reactivar la alicaída economía brasileña. La analista senior y vicepresidenta de Moody´s, Barbara Mattos manifestó en declaraciones a la agencia de noticias AFP que algunos esperan que acoger la Copa del Mundo ayude a Brasil a salir de la desaceleración económica en que está, pero el estímulo económico es pequeño frente a la economía del país de 2,2 billones de dólares”.

Y todo ello en año electoral Brasil, donde en octubre Dilma Rousseff aspira a la reelección tras haber apostado a que el Mundial será una muestra al mundo del potencial brasileño.

Como señala también Franco Norero, “la Copa del Mundo 2014 podría convertir a la pelota de fútbol en un misil ultra politizado que vaya por las calles atizando las manifestaciones, y que fuerce a Rousseff a la incomodidad de ganar el partido, pero muy probablemente en segunda vuelta, por un marcador no esta vez de goleada y con una parte importante de la hinchada que la exhorta a mejorar”.

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