El éxito de la agenda reformista del gobierno de Enrique Peña Nieto depende, en gran medida, de la reactivación de la economía mexicana. Si las reformas no tienen un correlato económico la gestión priista puede acabar paralizada.

(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. Salva en el terreno económico en el resto el gobierno priista está cosechando éxitos. Ha visto como en 2013 se aprobaban los principales proyectos reformistas, en especial el energético. 2014 ha comenzado con un gran triunfo, al menos de imagen, la detención del principal capo del narcotráfico, el Chapo Guzmán y en el terreno internacional, México no deja de ganar peso gracias a su adscripción a la Alianza del Pacífico.

En política interna la oposición está atravesando por un momento muy delicado: la izquierda está inmersa en una guerra entre el PRD y Morena (el grupo que lidera Andrés Manuel López Obrador) por ver quien predomina dentro de ese espacio político. En el centroderecha, el PAN va a celebrar unas internas muy disputadas en mayo lo que provoca que este partido vaya a perder medio año.

Pero para que todo este engranaje funciones la economía debe dar señales de reactivación. En caso contrario, el malestar social puede traducirse en un castigo en las urnas, en las elecciones de medio término de 2015. Y un derrota esa cita lastraría el resto de la administración priista.

La economía mexicana en 2014

La economía mexicana creció tan solo un 1,1% en 2013, el peor desempeño anual desde la crisis financiera de 2008-2009, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

El presidente de México, Enrique Peña Nieto

La cifra de 2013 está por debajo del 1.3% que había previsto la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Este menor desempeño de la economía se debe a que el sector clave de la industria reportó una baja de 0,7% en todo el 2013.

Este sector incluye a la minería, la generación, trasmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos, el golpeado sector de la construcción y las industrias manufactureras.

“El sector de manufacturas empezó muy débil el año por el desempeño de Estados Unidos y se recuperó un poco en la segunda mitad pero no alcanzó a compensar la fuerte caída de la construcción”, dijo el analista de Santander, Rafael Camarena.

Para este 2014 el panorama pinta mucho mejor: EEUU tiende a recuperarse y las reformas estructurales aprobadas deben empezar a dar sus frutos. El presidente es consciente de que en este aspecto le va la vida a su proyecto reformista y no deja de subrayar que México está en un rumbo claro y que existen “condiciones reales para que a la economía le vaya mejor” en 2014.

“Las expectativas de crecimiento son positivas y estamos trabajando para aprovecharlas y hacerlas realidad”, ha dicho Enrique Peña Nieto

“Estamos convencidos de que 2014 será un buen año para México”, afirmó el mandatario al participar en una reunión de directivos del banco Banamex.

“Las expectativas de crecimiento son positivas y estamos trabajando para aprovecharlas y hacerlas realidad”, dijo Peña Nieto, después de que el país registrara una desaceleración económica en el 2013.

Peña Nieto promulgando reformas

De hecho, la economía mexicana podría alcanzar una tasa de crecimiento del PIB entre 3 y 3.5 por ciento en 2014 gracias a un crecimiento de la demanda interna y externa y en menor medida por dos de las grandes reformas estructurales aprobadas el año pasado, según Guillermo Ortiz, presidente del consejo de administración de Grupo Financiero Banorte.

Esa búsqueda de mejor entorno económico y de potenciar el crecimiento explica que el presidente Enrique Peña Nieto haya prometido que no modificará su esquema tributario durante el sexenio.

El mandatario subraya que las inversiones son indispensables para generar empleos, por lo que para dar mayor certidumbre, México: “Mientras mayor certidumbre haya en el sistema fiscal, mayores serán las inversiones a nuestro país. Por ello, este día he determinado establecer, a través del gabinete especializado de México próspero, es decir, el gabinete económico del gobierno, un acuerdo de certidumbre tributaria”.

Algunos analistas no son tan optimistas en cuanto al futuro de la economía mexicana.

Por ejemplo, Leo Zuckermann en el diario Excelsior señala que “la economía mexicana sigue mal. La supuesta recuperación no está ocurriendo. Persiste un crecimiento muy bajo, casi nulo. Sólo un verdadero milagro durante el segundo semestre del año hará realidad el pronóstico de la Secretaría de Hacienda de que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 3.9% en 2014″.

Todo parece alineado en favor en favor de Peña Nieto. El momento político interno le favorece así como el geopolítico regional. Solo la situación económica es un interrogante.

Como señala Jorge Fernández Menéndez, “ahora tiene que abordar el proceso de leyes secundarias, pero lo está haciendo desde una posición de fortaleza, no de debilidad. Su único punto débil es que la recuperación económica aún no se siente, porque las grandes obras de infraestructura siguen en el papel y por ende el empleo no crece y se resienten los efectos de la Reforma Fiscal en los índices de inflación. Pero es una decisión de políticas públicas poder revertir esas carencias y convertirlas en expectativas de crecimiento reales. El escenario está puesto para que la administración de Peña pueda avanzar con rapidez en varios terrenos, incluyendo la seguridad y la economía. Es su oportunidad”.

Tomado de INFOLATAM