Argentina: Mauricio Macri quiere liderar la clase media contra Cristina Kirchner Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 10 de Noviembre de 2012 11:25
Macri y Cristina Kirchner pelean mirando a 2015

Mauricio Macri aspira a aprovechar el fuerte malestar de la clase media argentina contra las políticas económicas del gobierno de Cristina Kirchner para ponerse a la cabeza  la movilización social y tratar de liderar ese sentimiento. Su objetivo es construir  y reforzar su candidatura para las presidenciales de 2015.

(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. Ese descontento ha tenido un capítulo importante este jueves  con el cacerolazo de protesta contra el gobierno.

“Les prometo que de acá a 2015 vamos a recorrer puerta a puerta todos los rincones del país para que los argentinos pierdan el miedo y luchemos juntos, codo a codo, para defender nuestro futuro, que nadie nos puede arrebatar”, aseguró el jefe de gobierno este pasado fin de semana en lo que se antoja como su personal inicio de su carrera hacia los comicios presidenciales de 2015.

Macri, que en 2007 y 2011 no dio el paso definitivo para ser candidato presidencial cuando todo parecía señalarle, ahora está lanzado con vistas a 2015: “vamos a trabajar para construir un país que abra y genere oportunidades, para defender nuestro futuro, sin miedo y con esperanza. Juntos vamos a terminar con la Argentina del odio y de la agresión para construir el país mejor que todos nos merecemos”.

Macri se viste de candidato

Porque Macri ya viste claramente las ropas de candidato cuando dice por ejemplo: “a la Presidenta se le termina el mandato en 2015 y no saben quién puede sucederla. Nosotros somos el único espacio que tiene definido un candidato presidencial y eso nos alcanza para recorrer todas las secciones de la provincia de Buenos Aires”.

Mauricio Macri aspira a ser el referente principal del antikirchnerismo

En ese contexto, el Intendente no ha tenido dudas a la hora de apoyar la marcha contra el Gobierno, de ayer jueves: “Quiero decirles que el 8-N nos representa como argentinos y como hombres libres que queremos vivir mejor, con respeto, con tolerancia y poniendo la energía en construir y no en agredir”.

Salir tan claramente al ruedo electoral le ha valido para que el oficialismo le señale como uno de los promotores de la cacerolada de este jueves.

El ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, dijo por ejemplo que “si Macri se siente representado por el 8 de noviembre sería bueno que se ponga al frente y explique cuál es su plan de gobierno, si es que tiene uno”.

Para De Vido “qué mejor oportunidad, en un marco de paz, armonía y tolerancia, como el que se vio el 13 de septiembre [fecha en que se realizó la primera protesta], para que alguien que quiere ser presidente presente sus propuestas”. Y lanzó: “Un dirigente debe ponerse al frente de las demandas de la gente si quiere conducir”.

Como apunta el analista Luis Gregorich en el diario La Nación, en el acto del jueves confluyen todos los sectores antikirchneristas que están pasando a movilizarse y a preparar estrategias coincidentes: “la oposición ha empezado a superar prejuicios y a acercarse en busca de objetivos comunes. El ejemplo más sorprendente de esta nueva actitud ha sido la reunión de Macri y Moyano, alejada todavía de cualquier compromiso político, pero de todos modos sugestiva. Por último, un nuevo acto opositor, convocado por las redes sociales (y en todo el país) para el jueves, promete ser tanto o más masivo que el último cacerolazo”.

El proyecto de Macri

La relación entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri, que nunca fue buena, se ha ido deteriorando en los últimos meses. Sobre todo a raíz de aquella conferencia de prensa en la que Macri dijo que la Presidenta buscaba “someter a los que piensan distinto”.

El intendente (alcalde) de Buenos Aires, Mauricio Macri

“Hace unos meses la Presidenta dijo ‘vamos por todo’; hoy me queda claro que ella quiere un modelo chavista, de pensamiento único. Y cuidado aquel que se le ocurra disentir”, expresó entonces el jefe de Gobierno porteño.

A la vez Cristina Kirchner, que con algunas de sus medidas ha golpeado a los sectores medios, con sus palabras no ha hecho sino acentuar ese malestar.

Por ejempo cuando dijo: “cuando algunos hablan parece que fueran descendientes de los Romanov [por la dinastía rusa]. Acá fruncen la nariz y digo, de qué la fruncirán porque, en realidad, no hay mucho para fruncir … Aquellos que son de clase media o media alta tienen que entender que otros tienen también derecho a ser de clase media y, por qué no, de clase alta”, recomendó la Presidenta y dijo que algunos tienen “desprecio hacia determinados sectores sociales que no pudieron tener mejores ingresos”.

Históricamente, Argentina se ha caracterizado por carecer de un partido de derecha o centroderecha con capacidad de alcanzar el poder.

Como explica Carlos Malamud en un informe del Real Instituto Elcano “nunca Argentina contó, a diferencia de otros países latinoamericanos, con un partido de centro-derecha fuerte y estructurado. Tampoco con un partido socialista o comunista ampliamente representativo. En realidad, el sistema político argentino gira más en torno a partidos provinciales que confluyen coyunturalmente en torno a grandes alianzas que pueden cambiar de signo de una elección a otra o a liderazgos nacionales que responden a una identidad común (o al reparto del presupuesto federal)”.

Ahora, algunos analistas creen que esa situación podría cambiar pues el centroderecha ha encontrado un líder en la figura de Mauricio Macri, sobre todo desde que logró en 2011 revalidar su cargo de jefe de gobierno porteño ganando por más de 20 puntos al kirchnerismo y mejorando su propia votación de hacía 4 años.

Como apuntaba entonces Joaquín Morales Solá en el diario La Nación cuando Macri se hizo con el gobierno de la capital “ayer tal vez surgió un nuevo liderazgo político nacional. Mauricio Macri ya no es sólo el candidato triunfante que, en 2007, certificó por primera vez que podía ganar la Capital. Con elecciones mejores que las de hace cuatro años, el jefe de gobierno porteño se convirtió también desde anoche en un referente insoslayable de la política nacional. La duración de esa representación (que será más virtual que palpable durante un tiempo) dependerá de él mismo, en primer lugar, y del destino muy próximo que les aguarda a los otros líderes opositores”.

En definitiva, Macri plantea mucho más que un cambio de gobierno, plantea un cambio de modelo sino de régimen: “juntos vamos a terminar con la Argentina del odio y de la agresión para construir el país mejor que todos nos merecemos”.

Tomado de INFOLATAM