Presidente y ministros de diversos ramos delante de las cámaras, y los viejos jerarcas de la revolución en primera fila de público. Sin la presencia de Raúl Castro. Así fueron la Mesa Redonda de anoche y antenoche en la televisión cubana.

Entre intervención e intervención, el moderador Randy Alonso trató de introducir un tono alegre. Procuró insuflar optimismo y alejar con sonrisas al fantasma del "Periodo Especial". Contra ese fantasma estaban allí sentados los ministros y, en una primera fila que parecía una trinchera, la figura de Ramiro Valdés. Empeñados todos en convencer de que esta vez no se trata de un "periodo", sino de una "coyuntura".

Para esa coyuntura encontraron la misma causa de siempre: el "bloqueo de EEUU a Cuba". Nunca la falta de previsión del Gobierno cubano, no su profunda ineficacia ni el fracasado sistema que defiende. Denunciada la causa, a las autoridades no le quedó más que desarrollar algunas soluciones posibles, que principalmente consistieron en reclamar austeridad y solidaridad a los ciudadanos.

La causa, en Washington. La solución, a recaer sobre la población cubana. Frente a mayor "bloqueo", más "solidaridad", el "más apretadito" del cual habló Díaz-Canel. Faltaron, como faltan siempre en Cuba, explicaciones del trabajo que corresponde al Gobierno. ¿Qué están haciendo esas autoridades, además de reprogramar trenes y pedirle a la gente que se apriete en las guaguas? Miguel Díaz-Canel aseguró que para las próximas semanas existe suficiente combustible contratado. Ahora bien, ¿cómo va a garantizar que esos contratos se cumplan, a diferencia de los que se han incumplido ahora?

La pregunta final en todo esto es qué seguridad existe de que lo que quieren hacer pasar por coyuntura no vaya a convertirse en una época. Después de escuchar al presidente Díaz-Canel y sus ministros, puede afirmarse que ninguna.

EDITORIAL DEL DIARIO DE CUBA