La relatora de la ONU sobre "Trata de Personas" termina su visita a Cuba sin ver la trata de los esclavos de "bata blanca" Imprimir
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Sábado, 15 de Abril de 2017 11:41

La relatora especial de Naciones Unidas sobre la Trata de Personas, Maria Grazia Giammarinaro, observó "buenas prácticas" en el enfrentamiento a este fenómeno en Cuba, aunque hará al Gobierno recomendaciones relacionadas con los marcos jurídicos vigentes en la Isla para combatir el flagelo.


Giammarinaro estuvo cuatro días en Cuba y fue la primera funcionaria de la ONU de su rango en visitar la nación en una década. "La fortaleza del sistema es que las personas cuentan con un elevado nivel de educación y conocen sus derechos", explicó a periodistas Giammarinaro al concluir la visita este viernes, reportó la AP.

"Los servicios sociales tienen una amplia cobertura... dando a las autoridades la oportunidad de intervenir cuando por ejemplo hay un menor en riesgo", consideró.

La trata implica que la persona es explotada laboral o sexualmente, mediante el uso de coerción, indicó Giammarinaro, para quien la preocupación primordial de su mandato son las mujeres y niños, las víctimas más frecuentes.

Según la funcionaria, Cuba está enfrentando nuevos retos en materia de trata de personas como el caso de sus nacionales emigrantes, que son engañados en terceros países o el uso de su territorio como trampolín, sobre todo de africanos, para llegar a Estados Unidos. Giammarinaro no ofreció cifras sobre estos dos aspectos.

Aun así, la derogación en enero por parte de Estados Unidos de la política de "pies secos, pies mojados" —y que La Habana señaló por décadas como un estímulo para las salidas ilegales— "disminuirá el fenómeno de la trata tanto de los emigrantes de la Isla como de los de otras naciones que quieran salir de aquí", dijo Giammarinaro.

Sobre estos aspectos hasta el momento la prensa oficial no ha abundado.

La funcionaria se reunió con autoridades en La Habana y otras provincias, con sus colegas de Naciones Unidas y con organización civiles controladas por el Gobierno, mientras le fue entregado un informe por las autoridades. El último en recibirla este viernes fue el canciller Bruno Rodríguez.

Entre las recomendaciones a La Habana que hará llegar próximamente —dijo—, se encuentra su preocupación de que la ley considera menores —para el caso de abusos y otros— a los jóvenes hasta los 16 años cuando ella considera pertinente sea hasta los 18; así como que se evite la estigmatización de la prostitución mediante la internación de las personas que la ejercen en centros de reeducación.

Sin embargo consideró positivo que la prostitución no esté penalizada como un delito.

Sobre estos aspectos la estatal Prensa Latina solo mencionó la necesidad del "perfeccionamiento sistemático del marco jurídico y la constante vigilancia sobre cualquier situación que pueda ser explotada por los traficantes" sin entrar en detalles.

Según un informe oficial cubano, en 2015 se reportaron 2.174 presuntos hechos de abuso sexual a menores en la Isla, lo que representaría un 0,09% a en el marco de una población de 2,6 millones de niños.

Paralelamente, la funcionaria desestimó las acusaciones de opositores de que el Gobierno de Cuba ejerce la esclavitud laboral en los convenios que tiene con otros países —algunos con la participación de organizaciones de la ONU— a los cuales ofrece servicios médicos y profesionales, programas que actualmente involucran a miles de personas y constituyen una de las fuentes de ingresos más importantes del régimen.

"Se me ha garantizado que solo participan (por ejemplo los galenos) de manera voluntaria y pueden regresar cuando quieran", señaló Giammarinaro. "Estas misiones (médicas) tienen buena reputación y trabajan en zonas remotas", dijo.

Sin embargo, no consta que la relotora de la ONU se haya reunido con ninguna organización opositora ni representantes de la sociedad civil independiente. Se va con la versión que le ofreció el Gobierno de Raúl Castro.

"Espero que sea un punto de partida para promover un diálogo más intenso y fructífero con todo el sistema de derechos humanos de la ONU, sobre todo en el caso de los relatores especiales y los grupos de trabajo en todas las áreas de derechos humanos", dijo sobre su visita Giammarinaro, según otro reporte de EFE.

La Habana ha sido reacia a recibir observadores o relatores de organismos internacionales, como el caso de Giammarinaro.

En 2009, por ejemplo, invitó al relator correspondiente a Torturas pero no se llevó a cabo la visita del entonces funcionario y el actual Juan Méndez señaló en 2015 que esperaba realizar el viaje al calor del acercamiento entre La Habana y Washington. Hasta el momento la visita no se concreta.

Otras giras precedentes de expertos de ese rango fueron la de 2007 del relator para Alimentación y de 1999 de los correspondientes a los temas de Mercenarios y Violencia contra la mujer.

DIARIO DE CUBA