La conferencia no consiguió calmar a los familiares de Payá, que exigen hablar en persona con los europeos, ni tampoco a los activistas de derechos humanos que dicen que no creerán nada que los sobrevivientes digan hasta que no se encuentren seguros fuera de Cuba.

Juan O. Tamayo

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La versión narrada por los europeos coincide con la que ha dado el gobierno sobre el accidente ocurrido el domingo 22 de julio cerca de la ciudad oriental de Bayamo, que causó la muerte de Payá, de 60 años, líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL). También murió Harold Cepero, de 31, miembro del MCL.

Angel Carromero, de España, que conducía el vehículo, y el pasajero Jens Aron Modig, de Suecia, ambos de 27 años, sufrieron lesiones leves. Ambos permanecen bajo custodia de las autoridades. Ninguno había sido visto en público desde el dia del accidente.

En un video aparentemente grabado mientras hablaba con los investigadores, Carromero declaró que su Hyundai Accent alquilado no fue embestido por otro vehículo, pero trató de eludir la responsabilidad personal por el accidente.

“A nosotros no nos dio ningún vehículo por la parte trasera; simplemente yo iba conduciendo, me percaté de un bache y tomé las precauciones de cualquier automovilista, que es accionar el freno levemente. El coche perdió el control”, dijo.

Según las autoridades Carromero iba a exceso de velocidad e ignoró una señal de tránsito que advertía sobre reparaciones en la carretera. Cuando entró en un terraplén, agregaron, pisó abruptamente el freno, perdió el control y se estrelló contra un árbol.

Carromero, un dirigente del ala juvenil del gobernante Partido Popular de España, pidió en el video que lo ayudaran a salir de Cuba, donde podría encarar de uno a 10 años de prisión si es condenado por causar el accidente fatal.

“En cuanto a las noticias que me han dejado leer, le pido a la comunidad internacional que por favor se centre en sacarme de aquí y no en utilizar un accidente en tránsito, que podría haberle pasado a cualquier persona, con fines políticos”, dijo.

Modig, presidente de la Liga Juvenil del Partido Demócrata Cristiano de Suecia y quien estuvo en persona en la cita con corresponsales nacionales y extranjeros, dijo que estaba dormitando cuando el auto se estrelló.

“No tengo recuerdo de que haya habido algún otro auto involucrado en este accidente”, dijo.

Desde las primeras horas posteriores al accidente, familiares de Payá dijeron que Modig había enviado mensajes de texto a contactos en Suecia indicando que su auto había sido embestido por otro vehículo. El lunes, a una pregunta hecha al respecto, dijo:

“No me acuerdo. Yo estaba simplemente informando que estaba bien después del accidente. Envié mensajes de texto, no sé a cuantas personas, después del accidente”.

Al preguntársele si cambiaría su versión del accidente una vez que salga de Cuba, replicó: “En este caso mis disculpas son honestas, todos los cubanos con que me he reunido aquí han sido amables. Me han tratado bien”.

La viuda de Payá, Ofelia Acevedo, dijo a El Nuevo Herald el lunes que seguiría presionando para reunirse en persona con Carromero y Modig, a fin de escuchar su versión del accidente, ya que no se puede confiar en que el gobierno cubano esté diciendo la verdad.

“La familia Payá no acepta la versión de un gobierno que ha amenazado con matarlo muchas veces”, dijo.

Acevedo añadió que en junio la furgoneta en que ella y Payá viajaban fue embestida por otro vehículo en el área habanera de Rancho Boyeros. Según ella, estuvieron a punto de morir. Fotos del accidente muestran la furgoneta Volkswagen volcada en medio de una calzada.

El líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez, dijo desde La Habana que las declaraciones de Carromero y Modig no llegan a “proporcionar una versión completa de lo que ocurrió”.

“Reiteramos nuestra posición de que mientras ambos testigos permanezcan en Cuba, sus declaraciones estarían sujetas a las inevitables presiones del gobierno”, indicó.

En su comparecencia, Modig señaló que “entendía” que sus actividades y las de Carromero en apoyo de los disidentes cubanos eran ilícitas en la isla.

Precisó que el propósito de su visita era reunirse con miembros del MCL para intercambiar experiencias, entregar dinero en efectivo a Payá y facilitarle sus viajes por la isla.

Destacó que había llevado 4,000 euros —alrededor de $5,200— para los disidentes, pero no aclaró si toda la suma era para Payá. También entregó dinero y equipos a disidentes durante su primer viaje a Cuba en el 2009, agregó.

Era conocido que Payá rechazaba la ayuda estadounidense para los programas a favor de la democracia en Cuba, pero que estaba estrechamente relacionado con los partidos de la Internacional Demócrata Cristiana. Cuba ha declarado ilegal la cooperación con los programas estadounidenses, calificándolos de intentos apenas velados de derrocar al gobierno.

Gustavo Machín, director del gubernamental Centro Internacional de Prensa, de La Habana, dijo a la agencia EFE que Carromero y Modig planeaban contactar a “grupos minúsculos de la contrarrevolución interna en la provincia de Santiago de Cuba para proporcionarles financiamiento”.

También señaló que los europeos planeaban ayudar a Payá a establecer un ala juvenil del MCL.

“Tengo entendido que estas actividades no son legales en Cuba, y desearía disculparme por haber venido a este país a realizar actividades ilícitas”, dijo Modig.

Esta información fue complementada con servicios cablegráficos de El Nuevo Herald.