Notícias: Cuba
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Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 11 de Septiembre de 2011 20:51


10o. ANIVERSARIO DEL 11/09

Por Jorge Hernández Fonseca.-

Si el ataque del 11 de Septiembre tuvo motivaciones anti-imperialistas, ¿por qué fue ejecutado por una organización terrorista árabe, asentada entonces en Afganistán, antigua posesión imperial árabe? ¿Es que el imperio norteamericano era ‘malo’ y el imperio árabe del siglo VI era ‘bueno’ y debe retornar?

 

Décimo aniversario del 11 de Septiembre. Algunas consideraciones

Jorge Hernández Fonseca

 

11 de Septiembre de 2011

 

Cuando nos asomamos a la historia universal con interés político, observamos que en el devenir de los largos siglos que tejieron la civilización humana actual, la existencia de lo que pudiéramos denominar “impulsos civilizatorios”. Fueron creados por pueblos y etnias diferentes, asentadas en lugares disímiles, que se constituyeron, cada uno en su lugar y su época, dentro de sociedades más desarrolladas que la media de su tiempo histórico, desde que este proceso comenzara con la primera civilización surgida en la confluencia de los ríos Éufrates y Tigris.

 

Hago esta introducción necesaria para decir que los Estados Unidos era (y todavía lo es) en fase con las sociedades a las que históricamente me he referido antes, la sociedad más avanzada de nuestro tiempo, al momento de recibir los ataques del 11 de Septiembre del 2001.

 

Diez años antes de este ataque (y anteriormente, sobre todo durante la segunda mitad del Siglo XX) la Unión Soviética, en los campos social, político y militar, se había posicionado como siendo una sociedad alternativa a la ideología que emanaba de Norteamérica, con la cual compartió el papel hegemónico, disputando la supremacía en un mundo que se globalizaba.

 

La Unión Soviética y su sistema mundial de países satélites explotaron desde dentro (sólo quedan Cuba, por desgracia, y Corea del Norte) dejando a EUA como única potencia mundial. Fue entonces que surgió el ataque que destruyó la Torres gemelas del Word Trade Center y una parte del Pentágono estadounidense, cambiando radicalmente el curso de la historia actual.

 

El resentimiento de la izquierda mundial pro soviética (derrotada) hizo circular el infundio de que, incluso siendo considerado como un ataque bárbaro, Estados Unidos de alguna manera lo había ‘provocado’, al haberse constituido en un “imperio” que intentaba sojuzgar el mundo unipolar remanente del derrumbe de la Unión Soviética. Ese criterio, aminorado hoy por las revelaciones sobre la crueldad contra las víctimas inocentes, parcialmente subsiste.

 

Regresando a la historia de la humanidad, comprobamos que las sociedades más avanzadas establecieron sus dominios sobre los vecinos y a partir de la organización política de la época, establecieron “imperios”. Como se dijo antes, estos imperios no obedecieron a razones locales, a etnias, ni a recursos naturales solamente. Una confluencia compleja de factores fue lo que cristalizó en cada caso, y el foco de poder se movió por todo el planeta (de manera que no hay etnias superiores) pasando por todos los continentes y llegando al Nuevo Mundo, en EUA.

 

Una primera consideración: El tal “imperio” norteamericano de nuestros días, no es más que la materialización actualizada de lo que históricamente ocurrió de manera --pudiéramos decir-- ‘natural’ en la historia humana: los caldeos dominaron de inicio el mundo de su época, los asirios después dominaron, los egipcios también dominaron, los chinos dominaron, los persas dominaron, los griegos dominaron, los romanos dominaron, los árabes dominaron, los portugueses dominaron, los españoles dominaron, los ingleses dominaron, los franceses dominaron, los rusos dominaron, los alemanes dominaron y así, los norteamericanos dominan. Sobre el dominio, no hay inocentes, todos, cuando pudieron, impusieron sus reglas de juego.

 

Los árabes por ejemplo, cuando dominaron el mundo de su época (incluyendo una parte importante de Europa, que no consiguieron tomar completa al perder una batalla naval casi que de milagro) impusieron su cultura y su religión al mundo de entonces y por eso ahora se extiende por buena parte de África, casi toda Asia y una parte de Europa. Si el ataque del 11 de Septiembre tuvo motivaciones anti-imperialistas, ¿por qué fue ejecutado por una organización terrorista árabe, asentada entonces en Afganistán, antigua posesión imperial árabe? ¿Es que el imperio norteamericano era ‘malo’ y el imperio árabe del siglo VI era ‘bueno’ y debe retornar?

 

De manera que, por la historia de los organizadores y participantes en los atentados del 11 de Septiembre --incluso a la luz de los hombres honestos de la izquierda mundial anti-norteamericana-- podemos concluir que no hubo razones políticas, éticas ni morales que justificaran la carnicería de hombres, mujeres y niños en un ataque tan bárbaro contra civiles.

 

En cuanto a la disputa de Estados Unidos con la antigua Unión Soviética, nos hubiera gustado saber la opinión de los críticos de Norteamérica, analizando la variante de los comunistas soviéticos haber ganado la guerra fría. El mundo sería hoy una enorme cárcel-manicomio, como literato algo ha podido imaginar hasta el presente, incluyendo a George Orwell y su 1984.

 

Hay países en el mundo con potencial de competir con Estados Unidos, que observan con mirada crítica el proceder internacional del país más avanzado de su tiempo. China en Asia es un ejemplo, pero también ella misma es observada con temor por Japón, el que por su vez es visto con desconfianza por Corea del Sur. Brasil en América del Sur ha mantenido posiciones internacionales críticas hacia EUA. Sin embargo, Argentina mira con celos el proceder internacional de Brasil y Uruguay por su vez, mira con mucha desconfianza a Argentina.

 

La política “imperial”, que el resto del mundo le critica a EUA, los países asiáticos se lo critican a China, así como en Sudamérica se lo critican al Brasil. ¿Hay realmente un comportamiento “imperial” en Brasil o en China? Es posible que la defensa de los intereses de los países poderos sea visto como política imperial por aquellos competidores menos poderosos. Algo similar ocurrió históricamente con la destrucción de Cartago por Roma, en un episodio sobre el cual no se hace hoy una lectura ética ni moral, sino una lectura práctica, asociada al poderío de Roma. Se entiende que si Cartago hubiera podido, hubiera por su vez destruido a Roma.

 

¿Es válida la política de las grandes potencias de querer imponer sus puntos de vista en la arena internacional? La respuesta no debe ser un tratado de ética ni de moral. Si la Unión Soviética hubiera ganado la guerra fría, hubiera impuesto su sistema comunista en todo el mundo sin contemplaciones, como lo hizo con las “Repúblicas” que componían su “Unión”.

 

Por otro lado, la lectura de la gran potencia haciendo la voluntad de otros países está por escribirse en más de 5 mil años de civilización. Si los bárbaros ataques del 11 de Septiembre hubieran sellado el triunfo de Al Qaida sobre EUA al derribar las Torres Gemelas, hubieran impuesto su ley islámica y obligado a las mujeres norteamericanas a usar la burka. De todo esto los cubanos tenemos una experiencia providencial: cuando luchaba contra la dictadura de Batista, Fidel Castro hablaba de libertad y era el peor enemigo de las dictaduras. Una vez en el poder, se entronizó con “esa fuerza más” fusilando y sojuzgando al pueblo cubano como nunca.

 

El que suscribe es hijo de una Nación pequeña de territorio, con recursos naturales limitados y aunque posee un caudal de valores humanos grandes en su población, difícilmente en el futuro se verá ante la tarea de administrar el foco civilizatorio de las grandes potencias han capitalizado históricamente. De manera que, mi óptica objetiva sobre el proceder político natural de los países poderosos no procede de la constatación de ser parte de una Nación-imperio, sino del convencimiento de que la política internacional es un juego de poderes, donde todos se juntan para tratar de derribar al más fuerte --no para imponer la justicia-- sino para hacer lo mismo que históricamente han hecho los poderosos a lo largo de la historia.

 

No conozco por dentro los Estados Unidos, pero conozco suficientemente su política y la historia universal como para saber que, entre los que hasta ahora compiten por derrotarlo --dentro o fuera del mundo occidental-- ninguno reúne más méritos propios que EUA, con todas sus imperfecciones, para continuar liderando este complicado mundo en el que vivimos.

 

 

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Última actualización el Martes, 13 de Septiembre de 2011 13:48
 
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Escrito por Indicado en la materia   
Martes, 19 de Julio de 2011 10:45

 


LA OPOSICIÓN CUBANA: UN ANÁLISIS

Por Jorge Hernández Fonseca.-

La verdad es que oposición al castrismo es cada vez más amplia, se nutre diariamente de cubanos que por alguna razón han escapado al control mental de la dictadura y cuyo espectro ideológico es cada vez mayor, lo que hace más difícil la convivencia...

 

El Complejo Campo opositor Cubano: Un Análisis

Jorge Hernández Fonseca

 

18 de Julio de 2011

 

Las grietas en el cuerpo fosilizado de la dictadura cubana son cada vez más profundas. El fracaso económico del esquema socialista (ya reconocido por Raúl), la derrota de la ideología marxista en los 4 confines del globo –incluyendo a Cuba-- sumado al sepultamiento generacional de los líderes originales de la “revolución cubana”, hace prever el acercamiento de ese final tan esperado.

 

Esta constatación sin embargo provoca también, en los estertores de la agonía, que los pocos beneficiarios de la dictadura usen armas cada vez más sutiles e invadan el campo del exilio para intentar hacer también con los exiliados, lo que hacen impunemente dentro de Cuba. Es parte de un epílogo involuntario que ahora escenifican los alabarderos de la dictadura castrista.

 

La oposición cubana por su parte acaba de escribir una nueva página dentro de Cuba, emitiendo un documento-convocatoria, “El Camino del Pueblo”, que aparece en el contexto de un grupo de medidas, decisiones y actividades desarrolladas por la dictadura tratando de salir del sofoco que le provocan la “posición común europea” por un lado y las gestiones del exilio de Miami ante al Congreso norteamericano por otro, intentando revertir la política unilateral de acercamiento de Obama a la Cuba socialista de los hermanos Castro, sin pedir nada a cambio.

 

Ante esta compleja situación, tanto valiosos luchadores de la oposición interna en la isla --que firmaron, y que no firmaron el documento convocatoria-- como una parte de la oposición activa en el exilio, se han manifestado de manera disímil, contradictoria y hasta opuesta, tanto al documento-convocatoria nacido dentro de la isla, como criticando los esfuerzos de una parte del exilio por “apretar las tuercas” a la dictadura en sus relaciones con los exiliados en EUA.

 

La oposición cubana no es monolítica (y como todo en política) está movida por intereses válidos, asociados al carácter multipolar de esa oposición. Para el análisis de lo que sucede ahora en el campo opositor cubano, quiero proponer un modelo esquemático aplicable a la oposición al castrismo, compuesto por tres ejes principales, que tienen dos polos básicos cada eje:

 

En primer lugar, el eje que tiene en un extremo al polo oposición interna y en el otro extremo al polo oposición externa. Este es un eje importante, porque los intereses de los que viven dentro de Cuba no son los mismos intereses de los que viven fuera de Cuba; no sólo por enfrentar escollos diferentes, como tener enfoques muy variados producto del medio en el que viven.

 

En segundo lugar, el eje que tiene al polo opositores de derecha en un extremo y al polo opositores de izquierda en el otro extremo, con sus graduaciones a lo largo del eje, como sucede en todo el mundo democrático. Los opositores de este polo a su vez pueden vivir dentro o fuera de la isla, conformando mentalidades diferentes y mezclando estos dos ejes.

 

En tercer lugar, un eje dominado por las potencias que más han influido históricamente en la política interna cubana, conformando los polos España y su política hacia Cuba en un extremo y Estados Unidos y su política hacia Cuba en el otro extremo de este tercer eje.

 

No es difícil imaginar opositores dentro de la isla que --sin dejar de ser opositores-- defiendan la política de Obama hacia Cuba. De la misma manera, no puede resultar difícil imaginar a opositores del exilio cubano que apoyan las enmiendas parlamentarias que limitan los recursos que la dictadura recibe por cuenta de los viajes turísticos a la isla. Igualmente, no tenemos por qué demeritar la oposición firmante del documento “El Camino del Pueblo” por el sólo hecho de que el mismo no ha sido acogido por prestigiosos opositores internos, de la misma manera que tampoco debería ser posible criticar a quienes desde fuera de la isla ven con sospechas determinadas propuestas del documento. La oposición no debe ser monopolio de nadie, dentro de un universo de tres ejes y seis polos opositores originales, con sus variantes ilimitadas.

 

No hablo aquí de los infiltrados de la dictadura dentro de la oposición política, tanto dentro como fuera de la isla, firmantes o no del documento-convocatoria. Son cubanos detestables, que se prestan a la traición de sus hermanos basado en la fidelidad a un hombre que acabó con la Nación cubana, provocando una diáspora sin paralelos, empobreciendo al país, dividiendo sus familias y despreciando sus mejores hijos. Siempre habrá infiltrados, dentro y fuera de Cuba.

 

Tampoco quiero con este artículo convencer a nadie para que adopte una posición diferente a la que tiene por convicción. Quiero sin embargo dotar al análisis de todos los opositores de una herramienta de orientación analítica en este largo camino hacia la libertad y la democracia, comprendiendo que el hecho de que existan opositores --dentro o fuera de la isla, de derecha o de izquierda, que viven en EUA o en España-- deban necesariamente de tener ‘nuestra’ óptica y ‘nuestro’ punto de vista para poder ser llamados de opositores, sin sospecha de ser infiltrados.

 

Estas escaramuzas con los dos temas actuales de la política opositora cubana, el acercamiento de Obama a la dictadura castrista por un lado y el documento-convocatoria de la oposición interna por otro, han sido aprovechados por el castrismo para dividir a la oposición en sectores no necesariamente excluyentes, tratando de enquistarse de alguna manera para subsistir.

 

La verdad es que oposición al castrismo es cada vez más amplia, se nutre diariamente de cubanos que por alguna razón han escapado al control mental de la dictadura y cuyo espectro ideológico es cada vez mayor, lo que hace más difícil la convivencia. Comprender que todos somos opositores significa sumar compatriotas a difícil tarea de derrotar la dictadura, sabiendo que esta se aprovecha de nuestras polémicas para tratar de colocar su cuña divisoria.

 

Finalmente, debemos luchar también porque la conciencia de cada opositor continúe siendo personal, libre, específica y única dentro de este complejo contexto donde nos movemos, pero reconociendo que –aún sin concordar-- todo opositor honesto tiene el derecho a la diferencia, sin que esto implique ataques o críticas fuera de tono. Opositores somos todos.

 

 

 

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Última actualización el Lunes, 01 de Agosto de 2011 09:09
 
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Escrito por Fuente indicada en la materia   
Sábado, 21 de Mayo de 2011 17:06

 

CUBA NO ES VENEZUELA

Por Jorge Hernández Fonseca.-

La lucha ahora es básicamente política ante una dictadura en bancarrota, sin prestigio ni legitimidad dentro y fuera de Cuba, que es lo que nos dará la fuerza para que el mundo comprenda que una Cuba democrática es necesaria.

 

Cuba no es Venezuela

Jorge Hernández Fonseca

 

6 de Junio de 2011

 

Los inesperados acontecimientos políticos que se derivaron del anuncio repentino de Hugo Chávez sobre la índole cancerígena de su intervención quirúrgica en la Habana, han llenado nuestros medios informativos del exilio cubano de profusos y detallados análisis asociando la enfermedad del caudillo venezolano --como fuertes razones y argumentos-- al futuro de Cuba.

 

No sería escribir en exceso si aquí se pretendiera abundar sobre un tema fundamental al futuro económico y quizá político de la isla. Si el infortunio personal del principal mantenedor de la dictadura cubana llegara a traducirse en una pérdida de poder político en Venezuela que llegara a cortar el lazo que permite mantener a la dictadura castrista oprimiéndonos, sería providencial.

 

Voy a referirme sin embargo --como se anuncia en el título de este análisis-- a aspectos también importantes del acontecer político actual dentro de la isla, fuera del incidente sufrido por Chávez. Acabamos de recibir desde Cuba un patético llamado firmado por Oswaldo Payá, líder de uno de los principales movimientos opositores dentro y fuera de la isla (siendo él mismo uno de los principales dirigentes activos contra la dictadura). Se trata de una convocatoria importante a establecer una “posición común” de todas las fuerzas opositoras de dentro y fuera de Cuba, en la que personalmente veo tres elementos básicos fundamentales:

 

En primer lugar, no se trata de un pedido de “unidad” hecho por alguno de los analistas políticos observadores de la política cubana --como lo ha hecho ya varias veces quien estas líneas redacta-- y como lo han hecho también la casi totalidad de los formadores de opinión cubanos. Se trata del llamado de un político actuante en la isla y por tanto conocedor de las situaciones e informaciones que circulan y se presentan en el difícil proceder de un opositor dentro del enrarecido ambiente dictatorial que vive. Algo sabe Payá que lo impele a hacer este llamado.

 

En segundo lugar, esta convocatoria se inscribe en un momento importante de la situación política interna cubana. La dictadura --a través de Raúl en persona-- ha proclamado la derrota del socialismo (en la economía al menos) y ha iniciado un grupo de cambios en esta área, que probablemente serán continuados con alguna ‘carta’ en el área política. La nueva situación de Venezuela con un Chávez con cáncer, sumado a la experiencia cubana manejando la oposición venezolana dentro de ese país, quizá inste a Raúl a ser un poco más “abierto” y experimente internamente en Cuba con una “oposición” controlable, ya preparada como sabemos.

 

En tercer lugar, si la información que impele Payá a redactar semejante llamado fuera del conocimiento del resto de las organizaciones opositoras dentro y fuera de la isla, se crearía una sinergía propia que podría culminar en algún tipo de evento u agrupación sabidamente opositora, que realmente haga frente a la potencial pantomima que quizá el castrismo prepara, con la anuncia seguramente de sectores de Latinoamérica, la Unión Europea y de los Estados Unidos. Esta agrupación podría identificarse plenamente por encima de la atomización actual y facilitaría la lucha democrática por ser la “realmente” reconocida como opositora comprobada.

 

Quiero señalar la importancia de este asunto, porque si bien la salida de Chávez del poder en Venezuela representaría un golpe económico importante para la dictadura que nos oprime, es importante no subestimar a nuestros opresores, que supieron “capear el temporal” de la desaparición de la antigua URSS. Ese evento fue de complejidad comparable con el escenario que se presentaría sin el petróleo de Venezuela --con sus grados de dificultados mayores o menores-- porque la dictadura volvería a sacrificar al cubano de a pie para mantener el poder.

 

Por otro lado, sin una lucha política en la isla, como ya lo hacen nuestras organizaciones opositoras, no habrá cambios hacia la democracia en Cuba. La estrategia no puede centrarse solamente en cercenar a quienes ayudan desde el exterior a oprimirnos, como ya lo hizo la Rusia comunista y ahora lo hace la Venezuela chavista. La lucha ahora es básicamente política ante una dictadura en bancarrota, sin prestigio ni legitimidad dentro y fuera de Cuba, que es lo que nos dará la fuerza para que el mundo comprenda que una Cuba democrática es necesaria.

 

 

Artículos de este autor pueden ser consultados en http://www.cubalibredigital.com

 

Última actualización el Miércoles, 06 de Julio de 2011 15:20
 
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Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 29 de Agosto de 2011 00:41


EL 'CAPITOLIAZO' Y EL CACEROLAZO

Por Jorge Hernández Fonseca.-

Por eso, como en todo proceso impredecible, surgieron mujeres-héroes que ahora nos señalan el camino. No son exiliadas con planes profusamente financiados, ni opositoras de documentos ‘documentados’. Son madres y esposas, que sufren en sus hogares la falta de una comida decente...

 

Cuba: Resumen de Noticias

El Capitoliazo y El Cacerolazo de Cuatro Caminos

Jorge Hernández Fonseca

 

28 de Agosto de 2011

 

La sociedad cubana va camino de la libertad. Las posiciones de los dos bandos en lucha han ido acercándose de manera irreversible, no importa para este análisis cuál de las partes estará más cerca del punto de encuentro, ni tiene sentido demostrar matemáticamente quién se aproxima a quién. El hecho es que tal aproximación efectivamente existe, señalando un camino sin regreso hacia la libertad de la isla y la derrota de la ideología de la dictadura en bancarrota.

 

Esta aproximación sin embargo, nada tiene que ver con condescendientes conversaciones con una dictadura que aún no lo ha pedido. Tiene que ver con otras acciones, que la grave enfermedad del dictador mayor ha posibilitado en los planos económico y social de la isla.

 

Tampoco tiene que ver con la polémica surgida con la Ley del Ajuste Cubano, por el esfuerzo de una parte del exilio para cortar fuentes de financiamiento a la dictadura y las posiciones contrarias de amplios sectores disidentes internos. Son puntos de vista opuestos entre opositores de dentro y fuera de la isla, sin que ninguno de ellos pueda decirse, es anti-patriota.

 

La inédita reunión de Raúl Castro con el Cardenal Ortega el año pasado, concebido como un acto aislado de acercamiento, planeado por los generales de Raúl para aliviar un año difícil para la dictadura, en realidad podría representar ahora el inicio de un proceso del cual --con los últimos acontecimientos-- represivos en Santiago de Cuba y “masivos-populares” la Habana, habría que esperar nuevos desdoblamientos, si es que la jerarquía católica tiene el valor y la dignidad para exigirlo en el seno del cónclave Raúl-Ortega, tal y como el momento demanda.

 

Lo demuestran también acontecimientos como la insistencia voluntaria de Pablo Milanés de cantar ante el exilio de Miami (la antes, llamada ‘Mafia de Miami’) y (sobre todo) por la tímida actuación y el desconcierto palpable de la policía política cubana ante el “Capitoliazo” de cuatro mujeres cubanas, dignas, patriotas y valientes, y el “cacerolazo” magistral de Cuatro Caminos.

 

Me niego a discutir el derecho de Pablito a cantar en Miami, o la razón de Montaner de escribir al respecto; como también me niego a condenar estas y las otras polémicas recientes, nacidas todas de la propia esencia del “problema cubano”, con la cual tendremos futuramente que convivir en una Cuba post Castro, por haber sido incubada en una sociedad de voz única obligadamente. Así las cosas, debemos acostumbrarnos que para los cubanos siempre valdrá, durante mucho tiempo, aquello de “¿de qué se discute?, porque estoy totalmente en contra”.

 

La sociedad cubana está cada vez más cerca de su liberación definitiva. Esta realidad es más fuerte que la polémica en torno a Oswaldo Payá por su supuesto “error” estratégico de no haber tenido paciencia suficiente para convencer a ‘todos’ los opositores internos a firmar su documento. Más fuerte que la reacción de Oscar Elías Biscet al calificar de “socialista” semejante intento. Y todavía más real que los artículos de algunos recios hombres de lucha interna, apoyando uno u otro punto de vista, e incluso expresando otra posición. ¿Estamos divididos? Siempre lo estuvimos y siempre lo estaremos, porque ya probamos una unidad que nos llevó al desastre, a una la dictadura y a la anulación de voluntades. No es lo mejor para la lucha actual, pero lamentablemente ese es nuestro amargo vino. No tenemos otro.

 

Es el trauma de una isla, que a finales de los años 50 del siglo pasado se enorgullecía con sus índices de desarrollo económico, social, artístico, musical, entre otros. Que sin ser la primera en el mundo, nada tenía que envidiar a países de poderío económico superior y que de repente se ve sometida a un proceso de empobrecimiento traumático, causante de un éxodo sin precedentes de sus mejores hijos, ante la mirada indolente y cómplice de un mundo insensible al dolor criollo, negándole a la “tierra más hermosa que ojos humanos vieron” el lugar que le corresponde en el concierto de los pueblos libres. Esa injusticia comienza a enmendarse.

 

Por eso, como en todo proceso impredecible, surgieron mujeres-héroes que ahora nos señalan el camino. No son exiliadas con planes profusamente financiados, ni opositoras de documentos ‘documentados’. Son madres y esposas, que sufren en sus hogares la falta de una comida decente, de vivienda decente, de transporte colectivo decente, de un ambiente social decente y en general, que sienten en carne propia la tragedia de anhelar vivir en un país normal y han salido a la calle para reclamarlo sin colores partidarios. ¡Lo que quieren es un país decente!

 

¿Raúl y sus generales darán respuestas? Al final, el mundo exterior ha podido contemplar como “el pueblo cubano” se suma a las demandas domésticas de mujeres que no piden demasiado, más allá de un país decente. Ellas han visto esperanzadas como los amigotes de la dictadura han caído bajo la fuerza de sus pueblos, en Túnez, Egipto y en Libia, mientras su socio sirio comete un genocidio similar al que los hermanos Castro han planificado para la isla.

 

Adicionalmente, el mentor de la dinastía de los Castro, Hugo Chávez --el tío rico que salvó la dictadura del desastre hace 20 años-- tendrá que comparecer a las urnas en unos meses herido doblemente: Por la constatación --en la propia Venezuela-- del fracaso del “modelo cubano” como paradigma de desarrollo ‘chavista’, y por una peligrosa enfermedad que –como mínimo-- limitaría al caudillo en el desempeño de sus responsabilidades nacionales más elementales, lo cual tiene un peso electoral negativo, sólo comparable al fracaso socialista generalizado.

 

En Europa por su parte, la suerte de los dictadores cubanos también se eclipsa. El seguro e inminente cambio de gobierno en España, señala hacia una visión diferente de la política ibérica de incondicional apoyo al castrismo. Y aunque los intereses españoles en contubernio con los hermanos Castro, habrán probablemente de subsistir al cambio, al menos en la política exterior acabará el maridaje que Zapatero bochornosamente siempre tuvo con la dictadura castrista.

 

Estas constataciones exteriores --malas noticias para la familia Castro-- se suman a la situación explosiva que de manera inédita han escenificado valientes mujeres en Oriente y la Habana --Damas de Blanco y Damas de Apoyo-- confirmando la tesis de la “reserva inagotable” de dignidad y coraje presente en las nuevas generaciones de cubanos, sometidos dentro de la isla al experimento empobrecedor más humillante de nuestro tiempo, ya muy cerca de su final.

 

¿Qué se cocina políticamente dentro del arzobispado habanero al regreso del cardenal Ortega de su viaje a España, acompañando jóvenes cubanos al encuentro con el Papa? La respuesta a esa pregunta señalará definitivamente el compromiso del polémico cónclave Raúl-Ortega.

 

No obstante lo anterior, las verdaderas reservas para sacrificio por una Cuba Nueva no hay que buscarlas en los vetustos vitrales de los palacios cardenalicios, o en los largos corredores de los arzobispados indolentes, que trasladan sacerdotes comprometidos con su pueblo para congraciarse con la dictadura. Esas reservas de dignidad hay que ir a buscarlas a las pedestres escalinatas del Capitolio, o en los bulliciosos corredores del Mercado de Cuatro Caminos.

 

 

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Última actualización el Lunes, 29 de Agosto de 2011 14:36
 
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Miércoles, 06 de Julio de 2011 20:33

 

CUBA NO ES VENEZUELA

Por Jorge Hernández Fonseca.-

La lucha ahora es básicamente política ante una dictadura en bancarrota, sin prestigio ni legitimidad dentro y fuera de Cuba, que es lo que nos dará la fuerza para que el mundo comprenda que una Cuba democrática es necesaria.

 

Cuba no es Venezuela

Jorge Hernández Fonseca

 

6 de Junio de 2011

 

Los inesperados acontecimientos políticos que se derivaron del anuncio repentino de Hugo Chávez sobre la índole cancerígena de su intervención quirúrgica en la Habana, han llenado nuestros medios informativos del exilio cubano de profusos y detallados análisis asociando la enfermedad del caudillo venezolano --con fuertes razones y argumentos-- al futuro de Cuba.

 

No sería escribir en exceso si aquí se pretendiera abundar sobre un tema fundamental al futuro económico y quizá político de la isla. Si el infortunio personal del principal mantenedor de la dictadura cubana llegara a traducirse en una pérdida de poder político en Venezuela, que llegara a cortar el lazo que permite mantener a la dictadura castrista oprimiéndonos, sería providencial.

 

Voy a referirme sin embargo --como se anuncia en el título de este análisis-- a aspectos también importantes del acontecer político actual dentro de la isla, fuera del incidente sufrido por Chávez. Acabamos de recibir desde Cuba un patético llamado firmado por Oswaldo Payá, líder de uno de los principales movimientos opositores dentro y fuera de la isla (siendo él mismo uno de los principales dirigentes activos contra la dictadura). Se trata de una convocatoria importante a establecer una “posición común” de todas las fuerzas opositoras de dentro y fuera de Cuba, en la que personalmente veo tres elementos básicos fundamentales:

 

En primer lugar, no se trata de un pedido de “unidad” hecho por alguno de los analistas políticos observadores de la política cubana --como lo ha hecho ya varias veces quien estas líneas redacta-- y como lo han hecho también la casi totalidad de los formadores de opinión cubanos. Se trata del llamado de un político actuante en la isla y por tanto conocedor de las situaciones e informaciones que circulan y se presentan en el difícil proceder de un opositor dentro del enrarecido ambiente dictatorial que vive. Algo sabe Payá que lo impele a hacer este llamado.

 

En segundo lugar, esta convocatoria se inscribe en un momento importante de la situación política interna cubana. La dictadura --a través de Raúl en persona-- ha proclamado la derrota del socialismo (en la economía al menos) y ha iniciado un grupo de cambios en esta área, que probablemente serán continuados con alguna ‘carta’ en el área política. La nueva situación de Venezuela con un Chávez con cáncer, sumado a la experiencia cubana manejando la oposición venezolana dentro de ese país, quizá inste a Raúl a ser un poco más “abierto” y experimente internamente en Cuba con una “oposición” controlable, ya preparada como sabemos.

 

En tercer lugar, si la información que impele a Payá para redactar semejante llamado fuera del conocimiento del resto de las organizaciones opositoras dentro y fuera de la isla, se crearía una sinergía propia que podría culminar en algún tipo de evento u agrupación sabidamente opositora, que realmente haga frente a la potencial pantomima que quizá el castrismo prepara, con la anuencia seguramente de sectores en Latinoamérica, la Unión Europea y de los Estados Unidos. Esta agrupación podría identificarse plenamente por encima de la atomización actual y facilitaría la lucha democrática por ser la “realmente” reconocida como opositora comprobada.

 

Quiero señalar la importancia de este asunto, porque si bien la salida de Chávez del poder en Venezuela representaría un golpe económico importante para la dictadura que nos oprime, es importante no subestimar a nuestros opresores, que supieron “capear el temporal” de la desaparición de la antigua URSS. Ese evento fue de complejidad comparable con el escenario que se presentaría sin el petróleo de Venezuela --con sus grados de dificultados mayores o menores-- porque la dictadura volvería a sacrificar sin mayores problemas al cubano "de a pie" para mantener el poder.

 

Por otro lado, sin una lucha política en la isla, como ya lo hacen nuestras organizaciones opositoras, no habrá cambios hacia la democracia en Cuba. La estrategia no puede centrarse solamente en cercenar a quienes ayudan desde el exterior a oprimirnos, como ya lo hizo la Rusia comunista y ahora lo hace la Venezuela chavista. La lucha ahora es básicamente política ante una dictadura en bancarrota, sin prestigio ni legitimidad dentro y fuera de Cuba, que es lo que nos dará la fuerza para que el mundo comprenda que una Cuba democrática es necesaria.

 

 

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