COLUMNA DEL DIRECTOR Jorge H Fonseca |
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Martes, 01 de Enero de 2013 10:49 |
Cuba 2013: Marxismo, Chávez, Obama y futuro
El análisis de lo sucedido antes, a largo plazo –para los cubanos-- está asociado al fracaso del marxismo como herramienta intelectual de procedimientos en los terrenos social, económico, político y moral.
Los resultados marxistas más notables hoy están asociados a hombres-dioses, totalitarismo, hambrunas masivas, matanzas colectivas, guerras de conquista, pueblos sometidos a brutales dictaduras unipersonales, todo en nombre de postulados que contradictoriamente proclaman todo lo contrario...
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Última actualización el Jueves, 03 de Enero de 2013 21:18 |
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Lunes, 22 de Octubre de 2012 08:37 |
Fidel Castro: Más cerca de Pablo Escobar que de Vladimir Lenin.-
La irrupción de Fidel Castro en la vida política cubana la hace como lo hicieron otros muchos líderes pandilleros de la época. Rolando Masferrer, por ejemplo, también líder pandillero de una facción universitaria diferente a la de Castro, al terminar estudios entró en la política conservando su grupo paramilitar, “Los Tigres”, que lo siguió en su vida política fuera de la universidad, tal y como pretendía hacer Fidel Castro.
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Última actualización el Jueves, 25 de Octubre de 2012 08:27 |
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Domingo, 10 de Junio de 2012 16:54 |
Cuba: Dictadura, Oposición, Representatividad y Términos Medios
La oposición cubana sufrió una nueva división. Opositores de dentro y fuera de la isla, a los cuales se sumaron el cardenal Ortega y sus ayudantes, engrosaron las filas de apoyo a los planes sucesorios de Raúl. Creemos que estos cubanos, de dentro y fuera de la isla, tienen derecho a tomar esa posición, como el resto de la oposición tiene derecho a continuar su camino de lucha por la libertad total.
Cuba: Dictadura, Oposición, Representatividad y Términos Medios
Jorge Hernández Fonseca
10 de Junio de 2012
La Cuba socialista actual se debate en un drama sin precedentes: la dictadura de más de medio siglo, después de haber escenificado un proceso de sucesión de su figura principal --y de prácticamente todo el equipo gobernante-- sin ningún sobresalto, enfrenta ahora el proceso de transición, más complejo y profundo, desde una sociedad deficitaria, colectivista y paternalista, hacia una sociedad de mercado capitalista, teóricamente más tolerante con el individuo.
Esto siempre fue el anhelo de la oposición política cubana, pero revestido de un marco de apertura política democrática, con libertad individual para su pueblo y perspectivas de respeto a las diferencias, la valorización de los derechos humanos, multipartidismo y elecciones libres.Y es en este punto donde se han frenado en Cuba las iniciativas del dictador Raúl Castro, sucesor (dinástico) de Fidel Castro, responsable por el desastre nacional que padecemos hace 53 años.
Hay indicios de que los hombres (y mujeres) de Raúl han detenido su caminada reformista en dos puntos álgidos: primero, estarían temerosos (y no quisieran) que sus reformas económicas pudieran conducir a “aperturas políticas”, como en paralelo les exigen (en conversaciones reservadas) sus pares de Latinoamérica, EUA y Europa; y segundo, estarían detenidos en la apertura económica por haber chocado (o temen chocar) con los criterios del anciano dictador, en las consultas que se le hacen antes de anunciar las medidas de este tipo a ser tomadas.
En paralelo hay un ambiente social diferente en la isla, relacionado a los criterios que se exponen públicamente (aunque no se reflejan en la prensa cubana controlada) por una población cansada de promesas socialistas sobre el “futuro luminoso” que nunca llega. Las personas critican abiertamente el régimen y una encuesta creíble ha arrojado le existencia de una mayoría aplastante de la población cubana (70%) que quiere cambios del sistema político.
Desde el año 2010, el estado de cosas en la isla “camina” solamente por el uso de la represión de intensidad variable como única vía de controlar a la oposición política interna. La muerte del patriota cubano Orlando Zapata Tamayo fue un marco que definió el calendario político cubano con un antes y un después de su martirologio. Esta muerte innecesaria propulsó a Guillermo Fariñas en su famosa y prolongada huelga de hambre “hasta las últimas consecuencias” (o hasta que fueran liberados sus hermanos injustamente encarcelados) y provocó un torrente de manifestaciones públicas --diarias durante una semana-- de las Damas de Blanco (reprimidas por turbas cada vez más violentas) que colocaron a los hermanos Castro en la disyuntiva de negociar una salida “honrosa” a tan lamentable estado de cosas contra su régimen de opresión.
Como sabemos, la dictadura estudió detenidamente el panorama adverso que se le presentaba y decidió utilizar una carta que internacionalmente podría resultar interesante: negociar con la Iglesia Católica como supuesto representante ‘neutral’ de la sociedad cubana. Así las cosas, Raúl llamó a negociar al Cardenal Ortega, a través del cual mandó “recados” para calmar a las Damas de Blanco, a Fariñas y a los presos políticos de la Primavera Negra, todo obligado por la valiente actuación y la presión de la oposición política interna cubana, que brilló como nunca en el escenario nacional e internacional, ganándole al régimen una batalla decisiva “por la fuerza”.
Pero, ¿qué representatividad nacional “de peso” tiene el Cardenal Ortega dentro de la isla? Muy limitada, por no decir prácticamente ninguna, desde el punto de vista político. Desde el punto de vista religioso, el único Cardenal católico cubano posee el prestigio asociado a su alta investidura, pero desde el punto de vista interno --incluso religiosamente hablando-- tiene una representación verdaderamente pobre, si se tiene en cuenta que Cuba no es un país practicante del catolicismo, porque su pueblo lo que realmente practica mayoritariamente es un sincretismo que mezcla cristianismo con ritos africanos, no aceptados por el catolicismo.
De manera que Raúl quiso “negociar” con alguien “de peso” pero sin representación política nacional, lo que había sido decidido previamente por el equipo gobernante, como siendo lo más conveniente para los intereses de la dictadura: cortar de plano la huelga de hambre de Guillermo Fariñas y sus repercusiones internacionales, evitar nuevas manifestaciones tumultuosas de las Damas de Blanco y enviar al destierro a la mayor cantidad posible de presos políticos de la Primavera Negra, revirtiendo el estado de cosas y escenificando una “limpieza”.
Pero Raúl y sus hombres quieren tirar nuevos frutos de aquel episodio del 2010 e insisten en presentar al Cardenal Ortega como la persona que “obligó” a la dictadura a negociar la libertad de los presos de la Primavera Negra. Esta fama de “intermediario-negociador con Raúl”, le ha servido al Cardenal Ortega para “dignarse a recibir en audiencia” una comisión representativa de las Damas de Blanco en estos días, las que han puesto en sus manos la solución de un problema artificial que la dictadura creó, sólo para ‘venderles’ soluciones a través de Ortega.
Respetando la alta investidura del Cardenal Ortega y sus responsabilidades religiosas al frente del Arzobispado de la Habana, todo lo cual reconocemos como méritos extraordinarios que el Vaticano le ha otorgado desde el punto de vista religioso, tenemos que decir que Ortega no representa --políticamente hablando-- ni siquiera la opinión mayoritaria (políticamente hablando, repito) de los fieles católicos dentro y fuera de la isla. Siendo esto así, ¿por qué ha de ir la oposición cubana a procurar a un personaje carente de representatividad en el tema político para que le sirva de intermediario? La oposición cubana no necesita intermediarios y su voz clara y democrática debe escucharse con la misma fuerza que se escuchó en el 2010.
En realidad, la oposición política cubana ha sufrido una nueva división, entre las muchas que ya tiene. A partir de la intención de Raúl Castro y sus generales de realizar cambios radicales en la economía socialista, tan profundos que lo califican como una transición al capitalismo de estado, algunos opositores de dentro y fuera de la isla, a los cuales se sumaron el cardenal Ortega y sus ayudantes, han pasado a engrosar las filas de los que apoyan los planes sucesorios de Raúl. Creemos que estos cubanos, de dentro y fuera de la isla, tienen derecho a tomar esa posición, como el resto de la oposición tiene derecho a continuar su camino de lucha por la libertad total.
Desde el punto de vista personal, veo esta posición como algo a medio camino entre la oposición política tradicional a la dictadura y el apoyo radical a la continuación del castrismo en la isla. Piensan que siendo estos cambios encaminados a implantar un sistema de mercado en Cuba, tarde o temprano (creen) tendrá que haber apertura política en la isla, lo cual ellos pretenden conseguir a largo-medio plazo. Es una actitud que razono, pero no comparto.
Ahora, lo verdaderamente condenable de algunos de los que han adoptado esta posición, es comenzar a atacar los postulados de la oposición política directa al castrismo, retomando las versiones de la dictadura que detractan a la oposición pacífica cubana de dentro y fuera de la isla. El hecho de que algunos antiguos opositores hayan adoptado una posición intermedia sobre el castrismo, no los autoriza para denigrar a quienes continúan actuando para la derrota del equipo que ha destruido a la Nación Cubana, por incompetente, dictatorial y hegemónico.
Analizando: Las diferencias entre Raúl queriendo cambiar y Fidel impidiendo el avance de las reformas; La decisión de Raúl de encabezar una transición a un capitalismo de estado, aunque con dictadura política; Los movimientos recientes de enviar sucesivas delegaciones de posibles sucesores de Raúl a EUA para negociar “bajo la mesa”; El apoyo de sectores (limitados) de la oposición cubana a las pretensiones de Raúl de eliminar “la sociedad miserable” que organizó su hermano Fidel, tengo la certeza --casi matemática-- de que el castrismo está en sus finales.
Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com
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Última actualización el Sábado, 23 de Junio de 2012 10:23 |
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Sábado, 01 de Diciembre de 2012 15:03 |
El Reguetón de los hermanos Castro.-
Le guste al castrismo o no, nos guste a nosotros o no, el Reguetón --chabacano y grosero-- es una manifestación musical de la cultura popular del castrismo de hoy.
El Reguetón de los hermanos Castro
Jorge Hernández Fonseca
1 de Diciembre de 2012
La dictadura castrista acaba de anunciar --con frases altisonantes, dignas de la Academia de la Lengua Española-- que el “Reguetón”, manifestación reciente (y decadente) de la música popular cubana, será prohibido. ¡Nada tan insensato! Un amigo mío, cubano de pura cepa, diría: “perro huevero, aunque le quemen el hocico”. En efecto, ese método de prohibición, del que usa y abusa el castrismo, no es la solución. “Aquellos vientos trajeron estas tempestades”.
Le guste al castrismo o no, nos guste a nosotros o no, el Reguetón --chabacano y grosero-- es una manifestación musical de la cultura popular generada por el castrismo de hoy. De eso no tengo ninguna duda, porque ni siquiera el vocero de la dictadura, entrevistado por Granma para dar el veredicto sobre el tema (el recadero de Raúl) ha podido acusar –como es usual-- a los reguetoneros, de “asalariados del imperialismo”, simplemente porque el Reguetón es popular.
Nada más parecido a la letra de cualquier Reguetón que las consignas creadas por el castrismo para ser proferidas por los policías de civil en los actos de repudios contra los opositores pacíficos o las Damas de Blanco: lenguaje soez, chabacanería, gestualización centrada en los genitales, entre otros ingredientes “populares”, como manera de manifestarse creada por la revolución castrista para atacar a sus “enemigos internos” y darle la respuesta que “merecen”.
Siendo así, ¿cuál es el trauma oficial con la adopción de similar mecanismo que el “orientado” para los actos de repudio, a la hora de hacer música popular y de bailar de manera también popular? Lo que se puede hacer en los actos de repudio, como es una representación teatral --con guión “popular”-- ¿no puede ser parte de la cultura popular real en la música y el baile?
Cultura es toda manifestación trascendente de un grupo social. Si ese grupo social son las clases menos favorecidas dentro del castrismo --aquellas que crean, disfrutan y vitalizan esta manifestación musical llamada “Reguetón”-- entonces estamos ante una “cultura popular” real. Que a los jerarcas del régimen cubano “no les guste”, porque sus letras reflejan el descontento generalizado con la dictadura y además usa un lenguaje soez, diferente al de la tradicional cultura popular en el área de la música cubana de la era pre revolucionaria, cuando la isla no era segundo de nadie en el mundo anterior a Castro-- no es prohibiéndolo como se enfrenta.
En tiempos de globalización las influencias se expanden y lo que en la Cuba oficial se entendía como una “manifestación de protesta” de las “clases oprimidas”, cuando surgió con fuerzas el “Rap” en las entrañas de EUA, ahora, “nacionalizado” por los “pobres” de Cuba, la dictadura quiere satanizarlo, borrarlo, prohibirlo. En el Brasil donde vivo surgió hace unos 10 años una manifestación popular muy parecida al Reguetón, también con influencia del “Rap”, con letras bastante directas y danza gestual provocante y explícita, que muy rápidamente se hizo moda en toda la sociedad brasileña conocido como “Fanky”. Hoy, 10 años después, sin prohibirla, el Fanky es una manifestación musical bailable, restricta a puntos de fiesta de barrios marginales.
El funcionario cubano, dirigente del organismo oficial “encargado” de controlar la música cubana (¡nada tan disparatado!) entrevistado por el periódico Granma dijo que el Reguetón “no había surgido de la política cultural cubana” en el entendimiento lamentable y equivocado de que la cultura popular puede ser controlada por una “política”; peor todavía, política cultural restrictiva como la castrista. La cultura popular nunca es dirigida, brota de las entrañas del grupo social, aunque puede ser inducida por las costumbres (groseras) del contexto, como lo es el Reguetón.
La decisión de Raúl de “enfrentar” una cultura que nació en Cuba, provocada precisamente por la manera que la dirigencia comunista de la isla difundió como válida para darse el certificado de “popular”, usando lenguaje soez, grosero y chabacano, ha sido adoptado por esas mismas “clases populares” como base para su Reguetón. La danza gestual centrada en los genitales, en nada se diferencia de los gestos que los policías de civil hacen contra las Damas de Blanco durante los actos de repudio oficialistas, ni las letras del Reguetón se diferencian de las consignas chabacanas que se profieren contra mujeres opositoras, pacíficas e indefensas.
La llamada “revolución” cubana desde sus inicios, centró su “popularidad” en el lenguaje grosero (recordemos el primer discurso del Fidel Castro en Columbia, al entrar en la Habana, repleto de malas palabras) método que se cultivó con esmero en estos más de medio siglo de chabacanerías, supuestamente para “llegar” a los “desfavorecidos”. Ahí tenemos los resultados.
La cultura musical cubana es creadora fecunda de excelente música popular --comenzando en el Siglo XIX con la contradanza y el danzón, continuando en el Siglo XX con el son, el bolero, la guaracha, la rumba, el mambo, el cha-cha-cha, entre otras manifestaciones de música popular cubana de la primera mitad del siglo pasado-- fue un proceso cercenado por el advenimiento de la imposición comunista castrista y se debate ahora ante la decisión de prohibir la manifestación más emblemática surgida de la cultura inducida por el mismo castrismo, en el entendimiento que “popular” es sinónimo de grosería, chabacanería, gestos y movimientos obscenos.
Con esta decisión, el Reguetón cubano pasa a ser una víctima más de la dictadura castrista y como tal, pasa a engrosar una larga lista de víctimas de la desidia oficial por puro capricho. Llegarán los días –si acaso el castrismo se perpetúa dinásticamente, como pretende-- que los sucesores de Raúl decretarán la “amnistía” para el Reguetón y los reguetoneros y recordarán esta decisión de Raúl como siendo “otro” quinquenio gris para la cultura popular cubana.
La única solución viable para Cuba y los cubanos es la supresión total de la dictadura castrista y sus alabarderos. Es la única solución, no sólo para dejar tranquilos a los reguetoneros y sus seguidores, como para dejar en paz al pueblo de Cuba con su futuro. Este episodio lamentable es una muestra, en el aspecto cultural, de la enorme cicatriz que el castrismo deja enquistada en la sociedad cubana actual, en un área que no es precisamente la más afectada, porque además de distorsionar la cultura popular cubana, el castrismo afectó letalmente la cultura general del pueblo cubano, llevándola al abismo junto con su economía, su convivio social, su política (de ordeno y mando) y sus sistemas de valores morales, hoy casi totalmente destruidos.
Esta nueva escena castrista con el Reguetón es una muestra de lo duro que habrá que trabajar en todos los terrenos cuando finalmente la dictadura castrista deje de existir en la tierra cubana y los reguetoneros, rodeados de una cultura asociada a valores y no a políticos chabacanos comprometidos con lo peor de la isla, continúe su curso lógico de moda pasajera, que lamentablemente, con esta persecución, calará adicionalmente en el seno la cultura popular cubana como toda manifestación injustamente prohibida.
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Última actualización el Miércoles, 05 de Diciembre de 2012 08:26 |
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Martes, 24 de Julio de 2012 10:25 |
El Asesinato de Oswaldo Payá y el Acercamiento a Raúl.-
Toda la oposición democrática cubana de dentro y fuera de la isla está de luto por el asesinato de Oswaldo Payá. La dictadura castrista ha mandado a “eliminar” --de la manera más sucia posible-- a un luchador por la libertad y la democracia para Cuba.
El Asesinato de Oswaldo Payá y el Acercamiento a Raúl
Jorge Hernández Fonseca
23 de Julio de 2012
Toda la oposición democrática cubana de dentro y fuera de la isla está de luto por el asesinato de Oswaldo Payá. La dictadura castrista ha mandado a “eliminar” --de la manera más sucia posible-- a un luchador por la libertad y la democracia para Cuba. Pocos días antes lo habían intentado con similar intención de provocar un accidente de tránsito con el cual “sacarlo del juego”. Como no es la primera vez que actúan de esa manera, incluso con otros disidentes y opositores de dentro de la isla, los culpables están más que claros. Este asesinato, “un accidente de tránsito”, deja al descubierto la mano peluda de Fidel Castro y sus secuaces.
Se sabe que existen diferencias entre Fidel y su hermano Raúl. No está claro todavía si este método de “eliminar” disidentes democráticos provocando accidentes de tránsito sea una obra conjunta de ambos hermanos. Lo que está es claro es que se trata de un método vil y mafioso de la peor calaña, semejante al asedio y golpizas de mujeres opositoras indefensas en plena calle. Este asesinato tiene lugar cuando una parte de la oposición ha iniciado un acercamiento a Raúl, intentando conversar sobre un estaus aceptable de negociaciones oposición-dictadura.
De Raúl Castro estar ajeno a los deplorables hechos que condujeron a la muerte de Payá, la mano del dictador mayor queda clara con el objetivo de torpedear este probable acercamiento con la oposición disidente. Fue seleccionado precisamente un opositor notoriamente católico, por lo que el mensaje podría ser doble: torpedear el acercamiento a la oposición política cubana y alejarse de la influencia de la facción de la Iglesia Católica que encabeza el Cardenal Ortega.
Son posibilidades. No es que queramos vestir a Raúl Castro de “bueno” y al anciano dictador de “malo”; son análisis que tenemos el deber de hacer. En cualquier caso y como lo más probable es que haya concordancia plena entre los hermanos Castro para acciones tan bajas como esta, la parte de la oposición política cubana que ha ensayado el acercamiento a los hombres de Raúl, debería hacer un giro radical en sus pretensiones. No negociar con bandidos es un principio, no solamente de honor, sino también del más absoluto pragmatismo negociador.
De igual manera, es importante que los hombres honestos que dentro de la Iglesia Católica Cubana que todavía crean que el cardenal Ortega y sus comisarios deben continuar apoyando una salida al drama cubano encabezada por Raúl, deben también detener su marcha y dar muestras de descontento ante estos métodos asesinos. Claro que se dirá que todo ha sido obra de la casualidad y que un accidente infeliz ha empañado el hecho. ¡Absolutamente falso!
Entre las pocas armas que tenemos los opositores cubanos de dentro y fuera de la isla, la dignidad es el arma mayor. Usemos nuestra dignidad para evitar acercamientos a la dictadura, hasta que ésta no de garantías a los opositores internos, de parar con los asesinatos selectivos, como este de Payá ahora, el asesinato de Laura Pollán en un hospital, el de Wilfredo Soto, a golpes en un parque de Santa Clara, entre acosos y golpizas a Damas de Blanco indefensas.
Claro que entre los que quieren negociar con Raúl hay un grupo de infiltrados del aparato de desinformación cubano, que tratarán de encontrar excusas para continuar la marcha de apoyo al capitalismo raulista. De esa forma sabremos cuáles de ellos eran hombre y mujeres honestos y cuáles eran infiltrados. En cualquier caso, los cubanos debemos enviar un mensaje claro a la dictadura.
Otra cosa son los gobiernos, básicamente EUA y España. No es posible negociar con gobernantes de la calaña de gentes que mandan a un camión a “pasarle por encima” a un auto civil, por el simple hecho de que tiene un pensamiento político diferente. Este asesinato tiene que tener consecuencias desagradables para sus impunes ejecutores y mandantes.
No hay excusas ahora para escuchar voces en defensas del castrismo. Si Raúl está sometido a un chantaje de su hermano mayor, es momento de poner las cartas sobre la mesa. Si los métodos usados para asesinar disidentes son compartidos por ambos hermanos, no hay razón ninguna para negociar con mafiosos que no dudarán en “sacar del juego” futuramente a quien quiera que sea, con tal de obtener sus objetivos de continuar oprimiendo al pueblo de Cuba.
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Última actualización el Jueves, 26 de Julio de 2012 10:20 |
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