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Artigos: Latinoamérica Democrática
Es mejor un Aecio en la mano que dos Marinas volando PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 25 de Agosto de 2014 10:59

Por Luis Nassif.-

La apuesta por Marina Silva es de alto riesgo por varias razones. Dilma Rousseff, y Aecio Neves representan fuerzas claras y explícitas y son personalidades racionales.

Dilma defiende un neo-desarrollismo con un papel pro activo del Estado y Aecio es la vuelta al neoliberalismo de Fernando Henrique Cardoso.

En 2011, el temor acerca de la inflación fue un apoyo para Dilma. Pero ella tiene ideas claras sobre el país y sobre lo que quiere: la política industrial, la inversión en infraestructura, la profundización de lo social.

Pueden señalarse numerosos errores de gestión, pero también tiene logros, como la política del pre-sal, la construcción de la industria marina, el Pronatec, Brasil Sin Miseria y un conjunto de obras – sobre todo en el área de energía. Incluso su terquedad más arraigada no supone un riesgo de desestabilización – a pesar del terrorismo practicado por el mercado.

Con Aecio, la economía volverá a someter a una política de ajuste fiscal. Habrá un retroceso en la actuación del BNDES, el fin de las políticas de incentivos fiscales, reduciendo el énfasis en las políticas sociales, la interrupción de la modernización técnica de Estado.

Al igual que FHC, Aecio estará ausente en el día a día. Pero sin duda se rodeará de un Ministerio de primera magnitud, y hay una lógica económica detrás de sus propuestas. ¿Hasta dónde querrá llegar con el desmantelamiento del Estado de bienestar? Es una incógnita.

Pero Marina es una incógnita total. En primer lugar, por los grupos que la rodean y que quieren un pedazo de este latifundio. Habrá una dura carrera para ver quién la llevará de la mano: economistas del mercado, grandes hombres de negocios de São Paulo, ecologistas radicales, los provenientes del PSB y – si Marina se consolida-  los tránsfugas del PSDB paulista.

El segundo punto es el más difuso: la personalidad de Marina que nunca admitió ser dirigida por nadie. Los que convivieron con Marina en el gobierno refuerzan algunas características:

1.- dificultad en la comprensión de las economías industriales.

2.- Bajo perfil operacional.

Prácticamente no consiguió rematar ninguna de sus propuestas al frente del Ministerio de Medio Ambiente.

Todo esto sería superable, si no fuese un aspecto de su personalidad: terca y de un exacerbado voluntarismo. En el Gobierno de Lula era casi imposible que los ministros hicieran acuerdos con Marina. Cuando era derrotada, acostumbraba a auto-victimizarse.

Los empresarios paulistas que apoyaron su candidatura estaban detrás del símbolo político, las faldas Lula, el Avatar de los nuevos tiempos. Como Vice de Eduardo Campos era lo mejor del mundo porque el Presidente garantizaría la racionalidad de gobierno.

Colocaron como portavoces a economistas, importaron al brasilianista André Lara Resende, que encontró la mejor síntesis para casa el libre mercado con las propuestas ambientalistas de Marina: el país no puede crecer para no comprometer el equilibrio del medio ambiente mundial. Quién llegó, llegó, que no llegó no llegará.

Experiencias nacionales recientes indican que el componente personal, la psicología individual es un punto importante en el análisis de las figuras públicas. Resta por saber si el país está dispuesto a pagar para verlo. Para los financieros; es preferible un Aecio en la mano que dos Marinas volando.

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Brasil: continuidad con triunfo oficialista PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 27 de Octubre de 2014 02:59

Por Carlos Malamud.-

(Infolatam).- “Finalmente Dilma Rousseff se impuso a Aécio Neves y acabó con todas las incertidumbres precedentes. Con casi el 100% escrutado la diferencia entre los candidatos era algo más del 3%, o de 3.000.000 de votos, sobre un total de 100.000.000 de sufragios válidos. Estas cifras revalidan a Brasil como una de las mayores democracias consolidadas del mundo.

Descontando los votos blancos y nulos Rousseff obtuvo el 51,6% del respaldo popular. Con estos resultados a la vista lo primero que se podría decir es que Brasil es un país polarizado, dividido en dos mitades irreconciliables. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja. Pese a los intentos de las dos campañas, bastante más notoria en el caso de la del PT, la sociedad brasileña afronta su futuro de forma más homogénea que la de otros países de la región, donde la diatriba permanente de los populismos gobernantes rema en esa dirección.

Un solo dato puede arrojar mucha más luz que el mapa de los estados pintados en rojo y azul, según el partido vencedor en cada circunscripción. Se trata de los resultados de las elecciones de gobernadores, tanto en la primera como en la segunda vuelta, que cuestionan bastante la imagen del norte pobre frente al sur más rico. De ahí se deduce la existencia de una realidad política y social muy diversificada, que puede condicionar la labor del futuro gobierno dada la magnitud de los desafíos que tiene por delante.

Una victoria más amplia hubiera otorgado mayor legitimidad al cuarto gobierno consecutivo del PT para desarrollar su tarea de gobierno. Pero no ha sido así y este dato se terminará imponiendo en la lógica política, en buena medida reforzado por la elección parlamentaria de tres semanas atrás, con un resultado muy atomizado y mucho más escorado a la derecha que en el pasado.

No se trata de negar la buena voluntad de Rousseff por impulsar determinadas políticas públicas. La mayor incógnita se refiere al partido que la respalda, comenzando por su principal valedor, el ex presidente Lula, que tan agresivamente participó en la campaña. Pero también al aparato de un partido que lleva más de 12 años viviendo del estado, los cargos y los recursos públicos. Por eso es conveniente insistir en que una de las grandes virtudes de la alternancia es su capacidad de sanear las estructuras gubernamentales y las instituciones, aunque respetando, obviamente, la voluntad del pueblo soberano.

Clovis Rossi señalaba en un artículo publicado dos días atrás que la palabra más repetida por ambos candidatos y sus equipos de campaña había sido la de “cambio”. Del lado opositor el cambio se refería al obvio reemplazo del partido gobernante y sus aliados, del lado oficialista era un mecanismo de defensa frente a las protestas de junio de 2013 que todavía siguen conmocionando al país.

Por eso, habrá que estar pendiente a qué, cuánto y cómo quiere reformar el nuevo gobierno de Rousseff, teniendo en cuenta las fuertes resistencias a implementar algunos de esos cambios necesarios para la modernización del sistema político brasileño. Uno de ellos, por ejemplo, la gran fragmentación que se vive en el Parlamento, tanto en el Congreso como en el Senado. La multiplicidad de partidos, partiditos y agrupaciones aún menores, junto a la gran facilidad con que los representantes del pueblo cambian de socios y se dejan calentar por el sol que mejor paga dificulta la gobernabilidad del país, la aprobación de leyes y aumenta el descrédito de la institución y de la clase política.

El otro gran frente al que deberá atender desde ya mismo la presidente electa es el económico. Allí también los desafíos son enormes. La presión de muchos sectores económicos y sociales para abrir la economía del país y reducir el nivel de intervención del estado es creciente. El malestar con el vecino gobierno argentino y otros gobiernos regionales también. Así, por ejemplo, las millonarias inversiones en el puerto cubano de Mariel se convirtieron en un argumento de polémica durante la campaña, lo que no quiere decir que el resultado de la elección se haya decidido por estas cuestiones. Obviamente fueron otros los factores que pesaron en la determinación de los electores, pero el malestar de fondo, unido a la percepción de una corrupción creciente y sin parangón en la historia nacional no facilitará las cosas.

Entre las tareas más urgentes el nuevo ejecutivo deberá reducir la inflación, aumentar la inversión, mejorar las infraestructuras y la productividad. Retos todos ellos no menores para una presidente que llegó exhausta al final de su primer mandato. Al mismo tiempo deberá recomponer unas alianzas más que necesarias y sin las cuales el PT no podrá cumplir con sus objetivos.

Los sectores más desfavorecidos apostaron por mantener las conquistas de la última década en un voto claramente conservador. Pero al mismo tiempo han comenzado a manifestar que quieren más y mejores servicios públicos y un sistema político más eficiente, limpio y transparente. Ése es el cambio que predicaba la reelecta presidente Rousseff. El problema es que si no cumple con buena parte de sus promesas la frustración se instalará en la sociedad brasileña.

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Colombia y la farsa de la reconciliación PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 25 de Agosto de 2014 10:40

Por Carlos Alberto Montaner.-

El presidente Juan Manuel Santos ha llevado a algunas víctimas a La Habana para que se reconcilien con sus verdugos. La idea detrás de la ceremonia se origina en las terapias sicológicas. Es una extensión de los procesos de sanación de las parejas en las que se produce un agravio severo. Quien cometió la falta asume la culpa, se arrepiente, y la víctima perdona. A partir de ese punto retoman la relación y, poco a poco, se restauran los vínculos emocionales. Sin ese proceso es difícil la recuperación de la confianza en el otro.

El problema de ese modelo de terapia es que sólo funciona entre individuos, no colectivamente. Es probable que las víctimas realmente perdonen, porque se liberan de la angustia que producen el odio y el deseo de venganza. No obstante, es muy raro, casi inexistente, el arrepentimiento de quienes cometen crímenes contra “enemigos de clase” mientras luchan por causas que a ellos les parecen justas.

El Che Guevara lo expresó en una frase sincera y elocuente: “El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una eficaz, violenta, selectiva y fría máquina de matar”.

¿Se imagina alguien a Guevara o a Stalin avergonzados y contritos por sus asesinatos? ¿O a Hitler, Mussolini, Franco, Pinochet o Videla? ¿Puede alguien creer que Tiro Fijo o Mono Jojoy estarían dispuestos a arrepentirse de sus crímenes “revolucionarios”? ¿Lo está Timoshenko, el actual jefe de las FARC?

La Habana tampoco es el lugar ideal para intentar la reconciliación. La Isla no es, precisamente, el cantón de Basilea. ¿Se arrepienten los anfitriones cubanos de los miles de fusilados, de la persecución a los homosexuales, de los actos de repudio? ¿Se arrepienten Fidel y Raúl Castro de haber hundido un barco cargado de refugiados en el que se ahogaron dos docenas de niños, o del derribo sobre aguas internacionales de dos avionetas desarmadas que auxiliaban balseros? ¿Se arrepienten de la muerte de Oswaldo Payá y de Harold Cepero?

Los tupamaros, los montoneros, los escuadrones de la muerte de la derecha asesina, las narcoguerrilas comunistas de las FARC y los narcoparamilitares que los combatían, todos esos grupos violentos y delirantes, a la derecha y a la izquierda, no creen que tienen nada de qué arrepentirse. Están llenos de justificaciones y coartadas ideológicas y políticas.

Hace años, intrigado por esa falta de empatía, le pregunté a una persona que había “ejecutado” a trece enemigos políticos si sentía algún remordimiento. Paradójicamente, era un hombre bueno y tierno en el ámbito familiar. Incluso, era tímido y compasivo. Los había matado unas veces por medio de atentados y otras en balaceras provocadas por los otros. Eran crímenes políticos. Me miró con asombro y me respondió sin la menor vacilación: “sí, me remuerde la conciencia por todos los que se me escaparon”. Y luego procedió a relatarme varios intentos fallidos de quitarles la vida a otros pistoleros violentos.

No se puede creer en estos procesos colectivos de reconciliación. Suelen ser una farsa. A mi juicio, las narcoguerrillas comunistas de las FARC están dispuestas a abandonar las armas, pero sólo para tratar de llegar al gobierno por la vía chavista de un proceso electoral. No han renunciado a conquistar el poder ni a crear una dictadura colectivista, sino al método hasta ahora empleado. Realmente, no piden perdón. Juegan a ello. (París, ya se sabe, bien vale una misa).

Con cien o docientos millones de dólares que les proporcionen el narcotráfico, más lo que aporte Venezuela, y agazapados tras el mascarón de proa de un rostro izquierdista potable, como hicieron los comunista en El Salvador escudados tras Mauricio Funes, van a tratar de llegar a la Casa de Nariño “legalmente”, aprovechando las divisiones y la debilidad de los grupos democráticos. Una vez ocupada la poltrona comenzaría la fiesta clientelista y prebendaria hasta reclutar a una precaria mayoría y con ella desmantelar totalmente los fundamentos de la República.

Santos lo sabe, pero  su objetivo, como el de media Colombia, es terminar la guerra a cualquier precio. Veremos si luego los colombianos consiguen mantener las libertades y ganar la partida. Ojalá que “estalle la paz”, pero que ése no sea el inicio de otra expresión del horror.

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La muerte de Campos abre una difícil batalla entre Marina Silva y Dilma Rousseff PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 15 de Agosto de 2014 12:13

Por Carlos Eduardo Lins da Silva.-

Eduardo Campos tenía pocas posibilidades de ser elegido presidente de Brasil en octubre de este año. Probablemente lo sabía.

dilma rousseff marina silva

Pero para 2018, cuando hubiera tenido sólo 53 años, estaba excepcionalmente bien posicionado para ser el favorito gracias, entre otras razones, a la gran exposición de 2014 que su campaña le había proporcionado y al gran número de congresistas, gobernadores y legisladores estatales que su partido, el PSB, habría conquistado.

(Especial Infolatam).- La enorme repercusión y la tristeza generalizada que causó su muerte en Brasil se debe en gran parte a la conciencia generalizada de que Campos representaba un futuro bueno y posible para el país.

A diferencia de la mayoría de los otros líderes políticos brasileños, fue un modelo de consistencia (nunca cambió de partido de la juventud), de capacidad de hablar y escribir, de optimismo y buenas ideas.

Sus dos mandatos como gobernador de Pernambuco le consagraron desde todo punto de vista. Las perspectivas para él eran muy grandes. La sensación de pérdida es innegable.

Ahora, el resultado de las elecciones de octubre está más abierto que nunca. La mayoría de los analistas creen que Marina Silva, la vice en la fórmula de Campos, le sucederá. Pero eso todavía no es seguro. La decisión del PSB tiene que ser tomada el próximo viernes 22.

Marina es una solución natural y políticamente más atrayente por pura lógica del partido. Si Campos la eligió para sucederle si algo le sucedía a él, nada más obvio que ella tenga éxito, a pesar de la circunstancia obligada de comparecer tan pronto.

En 2010, el candidato del Partido Verde, con poca estructura y dinero, obtuvo un increíble 19% de los votos. Después de las manifestaciones masivas de junio de 2013, la mayoría de los que salieron a las calles para protestar dijeron que Marina era su candidata preferido. Estuvo cerca de empatar con la presidenta Dilma Rousseff en las encuestas de intención de voto, con el 27% de las preferencias.

Pero Marina solo es del PSB formalmente. Intentó, y no pudo, crear un nuevo partido, la Red, para competir en las elecciones de este año. Cuando le fue denegada por la Justicia el registro de su nuevo partido, Campos se mostró sorprendido de que se reuniera con él para abrir el país una tercera vía para poner fin a la polarización PT-PSDB que domina la política nacional durante 20 años.

Marina no fue bien recibida por los dirigentes y militantes del PSB. Fué una extraña dentro del nido. No es seguro que ahora vayan a aceptarla como máximo líder. Ni que ella, por lo general poco acostumbrada a concesiones, acepte asumir esta posición que inevitablemente va a requerir aceptar acuerdos y condiciones que reniegan de sus principios.

Si, como sugiere la lógica, es candidata, una cosa es casi segura: habrá una segunda vuelta en la elección presidencial. Aecio Neves, del PSDB, y ella, conjuntamente, conseguirán más votos que Dilma Rousseff. Pero no es posible decir si ella o Aecio se mantendrán para la ronda final. Y, si es él, si Marina le apoyará. En 2010, ella era neutral entre Rousseff y José Serra, del PSDB.

La oportunidad para que Dilma fuera reelegida era mayor en la primera vuelta que en la segunda. Las abstenciones, los votos en blanco y nulos, que según los sondeos podrían llegar a un tercio de los votantes, reduciría tanto los votos válidos que con aproximadamente un tercio de las preferencias como líder, podría llegar al 50% y ganar sin el segundo turno.

Muchos de los que dijeron que votarían en blanco o nulo o no votarían, pueden elegir ahora a Marina y forzar una segunda vuelta, que lo tiene todo para ser un plebiscito en el que se diga sí o no al gobierno de Dilma, que desde el año pasado ha sido poco valorado por cerca de dos tercios de los brasileños, según todas las encuestas de opinión.

Por lo tanto, la muerte de Eduardo Campos le quita a Brasil un futuro líder muy prometedor. Pero puede representar además la derrota de Dilma y el proyecto de poder del PT, que ha durado 12 años. A menos que, como ocurre tan a menudo, la lógica no se imponga en la política y Marina no sea la candidata del PSB. Entonces las posibilidades de reelección de Dilma en la primera vuelta crecerían lo suficiente.

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Última actualización el Jueves, 21 de Agosto de 2014 13:30
 
La deuda social pendiente de América Latina PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 28 de Julio de 2014 09:50

Por Bernardo Kliksberg.-

Es un fenómeno migratorio inédito. En los últimos 10 meses, cerca de 60.000 niños y adolescentes principalmente centroamericanos llegaron a Estados Unidos, indocumentados y no acompañados. En muchos casos, según los estudios lo hicieron porque sus jóvenes vidas estaban en peligro. Entre otros hay un número importante de niños de países de la subregión centroamericana afectados por la expansión de las bandas del narcotráfico.

The New York Times (17/7/14) resume el testimonio de un joven guatemalteco: “los narcotraficantes mexicanos querían expandirse en el país y trataron de reclutarlo como un correo. Dos amigos suyos fueron asesinado por los narcotraficantes”. Según informa el reputado periódico, las pandillas han amenazado de modo muy concreto a muchos de los jóvenes migrantes. En El Salvador narra un adolescente le dijeron: “tienes tres alternativas: sumarte a nosotros, que te matemos, o escaparte”.

La miseria extrema, y el auge del crimen están movilizando esta inmigración tan particular.que muestra que a pesar de que America Latina ha hecho progresos notables en la última década, la deuda social pendiente es muy alta cuando se desagregan las cifras globales.

Si bien la pobreza total se ha reducido significativamente, el Banco Mundial estima que hay 80 millones de personas en pobreza extrema. Se considera que hay 216 millones de latinoamericanos vulnerables y en riesgo de volver a caer en la pobreza. La exclusión social de jóvenes es muy elevada. 20 millones de jóvenes de 15 a18 años han quedado fuera del sistema educativo y del mercado de trabajo. La debilidad mayor del Continente es que a pesar de los avances sigue siendo el más desigual de todos con un coeficiente Gini de desigualdad de 52.9. 10 de los 15 países más desiguales del mundo están en América Latina.

La criminalidad en algunos de los países más desiguales y pobres como entre otros Guatemala y Honduras es de las más elevadas, multiplicando el promedio regional.

Guatemala con 14.7 millones de personas, tiene según cifras del Banco Mundial un 53.7%de pobreza, y un 33.9% por debajo del umbral de 2.5 dólares por día, que el Banco Mundial estima como pobreza extrema. Honduras con 8.7 millones de habitantes 64.5% de pobreza sobre la base de la línea de pobreza nacional, y 36.5% de pobreza extrema. Ambos algunos de los peores coeficientes de desigualdad internacionales. El de Guatemala se estima en 54.6 y el de Honduras en 53.5.

¿Se puede derrotar la pobreza?.

Creacion de trabajos, aumento del salario minimo real, enérgicas y bien gerenciadas políticas y programas sociales, incremento sustancial de los presupuestos en salud, y educación, estímulo a las pymes, y microemprendimientos, colaboración de la empresa privada, y de la sociedad civil pueden hacerlo.

Entre otros ejemplos en Brasil, el programa Bolsa Familia creado por Lula, protege a 13.8 millones de familias pobres. Invierte en escolaridad de sus hijos. La ayuda que entrega está condicionada a que las familias garanticen que los niños asistan a la escuela, y cumplan con las vacunaciones y otras obligaciones fijadas por las políticas de salud pública.

Segun las evaluaciones contribuyó a sacar a 36 millones de la pobreza. Los niños beneficiados por el programa tienen tasas de repetición y de deserción menor que los promedios. En la Argentina, Asignación Universal por hijo, cubre a 3.5 millones de niños pobres. Un especialista de Unicef destaca que “ha generado un piso de protección y una red de protección claramente positiva, y que la indigencia podría duplicarse sino existiera”.

Hay como enfrentar la deuda social y generar inclusión. Como lo señala el Papa Francisco, “la pobreza es un grito”, y hay que actuar.

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