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En Brasil, la crisis cruza un nuevo umbral PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 30 de Diciembre de 2016 16:17

Por SERGIO FAUSTO

Transcurridos poco más de tres meses desde que se volvió presidente en forma definitiva, ya se especula si Michel Temer llegará al final del actual mandato, que finaliza el 31 de diciembre de 2018. Esto da la dimensión de la aguda incertidumbre que rodea a la política Brasil.

La perspectiva de discontinuidad política presenta un giro dramático frente a la situación que prevaleció hasta noviembre. Pese a ser impopular y cuestionado en su legitimidad por una minoría, aunque significativa, de la sociedad brasileña, Michel Temer acumuló capital político desde que asumió interinamente la presidencia a finales de abril. Por un lado, porque consiguió reunir a un equipo con experiencia y alta calificación técnica para ocupar el área económica del gobierno, que abarca no sólo el Ministerio de Finanzas y el Banco Central, sino también PetrobrasBNDESEletrobrás, el holding federal empresas eléctricas públicas.

Por otro lado, por que no tardó en demostrar la capacidad de obtener una amplia base de apoyo en el Congreso, con los votos suficientes en el Senado no sólo para consumar la destitución definitiva de la expresidente Dilma, sino también para avanzar en el programa de ajuste fiscal que presentó su gobierno como la prioridad de prioridades. Las expectativas de apoyo parlamentario al nuevo gobierno se confirmaron con la aprobación del juicio político por un amplio margen, por encima del quórum de dos tercios requeridos por la Constitución, y la aprobación de la Propuesta de enmienda constitucional que fija el límite a la expansión del gasto del gobierno federal para los próximos veinte años, también por una mayoría mayor que el quórum exigido constitucionalmente , en este caso 3/5.  Aprobada en la Cámara, la llamada PEC del techo de gasto se aprobó ayer finalmente en el Senado.

La impresión de que el gobierno de Michel Temer pisaba tierra firme se vio reforzada por los resultados de las elecciones municipales de octubre, que representaron un gran revés político para el PT. El partido de los expresidentes Lula Dilma redujo a 1/3 el número de municipios que obtuvieron en las elecciones anteriores, y no logró una sola victoria en las principales capitales del país. El PSDB, partido que forma parte del gobierno, fue mejor que todos los demás, al cosechar los beneficios de ser el principal rival del PT durante trece años. A pesar del alto porcentaje de abstenciones, votos nulos y en blanco y del crecimiento de muchos partidos minoritarios, lo que confirma la tendencia a la fragmentación del sistema de partidos, el mapa político resultante de las elecciones alentó la percepción de que un nuevo eje político comenzaba a ganar consistencia en torno al PMDB y el PSDB, aumentando las posibilidades de aprobación de reformas en 2017 y reduciendo la incertidumbre electoral en 2018.

Fue fugaz el optimismo postelectoral. En noviembre, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la agencia federal responsable de los principales indicadores sociales y económicos del país, echó un balde de agua fría sobre las esperanzas de que la economía estaba empezando a recuperarse. Los datos relativos al comportamiento del PIB en el tercer trimestre de este año mostraron una retracción del 0,8% con respecto al anterior trimestre totalizando una caída de 4% entre enero y septiembre, en comparación con el mismo período del año anterior. Inmediatamente, las proyecciones para el crecimiento en 2017, que variaban entre el 1 y el 2%, se ajustaron a un rango entre 0% y 1%, con la mediana alrededor de 0.5%. El cambio en las previsiones de crecimiento aumentó las dudas sobre la viabilidad del ajuste fiscal, ya sea por la reducción de las estimaciones de los ingresos fiscales, o por la dificultad adicional de votar sobre la reforma de pensiones en medio de un panorama económico sombrío.

El presidente Michel Temer (der.) y Geddel Vieira Lima. Foto: AFP

El presidente Michel Temer (der.) y Geddel Vieira Lima. Foto: AFP

Más grave, sin embargo, fue la caída de otro ministro del gobierno bajo la acusación de comportamiento incompatible con el cargo. Fue el quinto ministro que cayó en estos pocos meses y el segundo perteneciente al núcleo duro del Gobierno. Esta vez, se trató del  Secretario General de la Presidencia, Geddel Vieira Lima, bajo el ataque del ministro de Cultura. Este, un joven diplomático, tomó la iniciativa de dimitir, alegando haber sido presionado por Geddel para cambiar una opinión técnica de la agencia federal responsable de la conservación del patrimonio histórico. Según el ministro de cultura, el propósito de la presión fue la liberación, sin restricciones, de un desarrollo inmobiliario de gran lujo en la región histórica de Salvador, capital de Bahía, en la que el Secretario General de la Presidencia había adquirido un apartamento.

Las acusaciones de Calero llegaron al presidente que, según el Ministro de Cultura, no habría hecho nada para evitar que el Secretario General ejerciese presión reiteradamente en favor de la empresa. La demora de Michel Temer para dimitir a Geddel y el hecho de que haber calificado el episodio de “fatozinho” (pequeño asunto sin importancia) fue un grave error político. El presidente se mostró fuera de sintonía con una sociedad que, bajo el impacto de la operación Lava Jato, ya no tolera desvíos de conducta como antes. Preferió doblar su apuesta de que  la variable política fundamental es un buen manejo del Congreso (Geddel, ex diputado, fue uno de los responsables de la articulación del gobierno con su base parlamentaria).

La persistencia de la recesión, que se extiende desde el primer trimestre de 2014, con tasas de desempleo que aumentaron de 5% a 12%, en números redondos, y siguen una tendencia al alza, y, por decir lo menos, la dificultad del gobierno para entrar más en sintonía con la sociedad, para lo que no ayuda el estilo de licenciado en Derecho del presidente, explica en gran medida la brusca caída de la popularidad que sufrió, según un estudio publicado por Datafolha el 12 de diciembre.

Nada de lo dicho hasta ahora, sin embargo, avala la declaración que hice en la apertura de este artículo. Para justificarlo, hay que tener en cuenta los acontecimientos de las últimas 72  horas. El viernes pasado se filtró la totalidad del testimonio de uno de los cinco ejecutivos de Odebrecht que se considera están mejor informados acerca de las relaciones de la empresa con los políticos. Este testimonio sirve como una señal del tsunami, perdón por el cliché, que barrerá la escena política brasileña en los próximos meses. Vale la pena recordar que hay otros 76 ejecutivos que se unieron a la delación premiada, incluyendo a Emilio y Marcelo Odebrecht, miembros de la segunda y tercera generaciones de la dinastía empresarial, que ocupaban la presidencia de la junta directiva y la posición de Director Superintendente de Odebrecht, respectivamente.

El efecto jurídico de esas delaciones tardará en sentirse. Todavía tienen que ser aprobadas por el Tribunal Supremo y juzgados por este tribunal, ya que la mayoría de los acusados goza del llamado foro privilegiado, una consecuencia de la legislación brasileña, por la amplitud el alcance de su impacto. El efecto político, sin embargo, se hará sentir de manera más inmediata. Este es el drama del gobierno, ya que lo que queda de su núcleo duro aparece en un lugar destacado en la primera de las delaciones, y el propio presidente se menciona varias veces.

El presidente de Brasil, Michel Temer

La popularidad de Temer caerá más (la encuesta de Datafolha todavía no refleja los episodios más recientes).

La popularidad de Temer caerá más (la encuesta de Datafolha todavía no refleja los episodios más recientes). Las nuevas denuncias pueden alimentar los procedimiento de anulación del mandato electivo contra la lista electoral Dilma/ Temer, en consideración en el Tribunal Supremo Electoral. En una de esas acciones, surgidas después de las elecciones de 2014, el PSDB, que en ese momento no se imaginaba estar hoy en la condición principal aliado del PMDB, en el apoyo del gobierno Michel Temer, acusa a la lista ganadora de haberse beneficiado de recursos desviados de Petrobras para financiar su campaña electoral.

El escándalo del Petrolão no es el único problema en las delaciones de Odebrecht, dada la magnitud de la relación ilegal de la empresa con los políticos, pero sin duda tiene un lugar especialmente destacado. Si el TSE revocar la lista, la Constitución ordena que el Congreso elija indirectamente un nuevo presidente para el cumplimiento del término del mandato (no está previsto convocar elecciones directas, una vez transcurrida la primera mitad del mandato, lo que acontecerá el próximo 31 de diciembre).

La crisis brasileña atraviesa un nuevo umbral. Nada es seguro. Lo único cierto es que estamos en el medio de la peor recesión en la historia del país, con una dinámica de la deuda pública “avasalladora“, para usar el adjetivo utilizado por el ex presidente del Banco Central, Arminio Fraga, en una entrevista reciente y 3 de las 6 mayores provincias (estados) en virtual bancarrota. La política tiene que responder a esta urgencia apremiante. el drama se intensifica debido a que el sistema político está en ruinas y sus líderes bajo los focos del escándalo Lava Jato. en aparente paradoja, el cerco cada vez más cerrado de la justicia, viene generando un efecto agregador de la mayoría del parlamento en torno al Gobierno. pero no todo depende del Congreso. ¿Podrá el Tribunal Superior Electoral ignorar las evidencias que surgen de las delaciones premiadas, que se profundizan, en un escenario de desmoralización del gobierno ante la opinión pública?

El optimismo que queda se debe a que las instituciones políticas y legales, mal o bien probadas en sus límites, chocan, pero se recomponen luego, sin llegar a un punto de ruptura. Lo mismo ocurre con los grandes partidos y sus líderes. Al mismo tiempo, existe un consenso razonable de que el populismo nacional-estatista no es la receta para curar el desequilibrio fiscal y el colapso del crecimiento, pero sí sus causas fondo. Hay un equipo económico de primera línea con las manos en el timón y la conciencia de que llegamos a una situación límite. Brasil a veces coquetea con el precipicio, pero nunca se tira. con Temer o sin él.

(Infolatam)

 
Estos son las lecciones que deja el final del lulismo PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Jueves, 01 de Septiembre de 2016 10:24

Por Rogelio Núñez.-

El juicio político a Dilma Rousseff ha escenificado el final de la hegemonía del lulismo en Brasil. Una hegemonía que se inició con la victoria de Lula da Silva en las presidenciales de 2002 y que se ha prolongado hasta la destitución de su sucesora y heredera. Ahora la incógnita es saber quién podrá llenar el vacío que va a dejar el fin del predominio del PT lulista.

Brasil ha vivido desde la caída del Imperio en 1889 cinco grandes hegemonías: la de la élite paulista-minera  durante la llamada Republica Velha (1889-1930), la de Getulio Vargas entre 1930 y 1954, la del régimen militar entre 1964 y 1985, la de Fernando Henrique Cardoso desde 1994 a 2002 y la última, la del PT de Lula da Silva, desde 2002 hasta 2016.

(Infolatam, por Rogelio Núñez)-. Las urnas enterraron las hegemonías de los militares y de Cardoso mientras que otras acabaron de forma abrupta: la de los estados de Sao Paulo y Minas Gerais por un golpe de Estado en 1930, la del varguismo por el suicidio del líder en 1954 y ahora la del lulismo a causa de un impeachment al que han sometido a Rousseff.

Hace tan solo cinco años (2011) el lulismo y el PT estaban en lo más alto de su trayectoria histórica. Lula, tras dos mandatos en los que Brasil, había escalado a gran potencia emergente, veía como era capaz de dejar a su heredera (Dilma Rousseff) colocada en el Palacio de Planalto.

Por su parte, el PT acumulaba tres mandatos, que se convirtieron en cuatro en 2014, en el poder desde que en 2002 Lula derrotada a José Serra en las presidenciales. Pero en 2015-2016 el PT, y Lula son la viva imagen de la decadencia y del fin de toda una época.

La caída de Rousseff y de la hegemonía del PT dejan varias enseñanzas:

1-. La política importa

636008674384820368wSe puede ser una mujer muy preparada y competente e incluso contar con el respaldo de un líder carismático comoLula da Silva. Ese ha sido el caso de Dilma Rousseff. Pero todo ello es insuficiente por sí solo.

Además es necesario tener y desplegar habilidades políticas, mantener buenas relaciones con los ministros y un trato fluido con los partidos oficialistas, sobre todo en un régimen como el brasileño de presidencialismo de coalición.

Cuando se maltrata a los colaboradores y se desprecia el papel de los partidos que integran la base oficialista se está cosechando posibles venganzas políticas que, en el caso de Brasil, han llegado en 2016 de la mano de la ruptura del PMDB con el gobierno lo cual ha detonado el impeachment.

El carácter de Roussef ha contribuido a su anticipado final. Como sostuviera en mayo de 2015 Carlos Pagni en el diario El País, “pasaron seis meses desde las elecciones presidenciales y la vida pública en Brasil presenta un rostro irreconocible. Si no fuera porque a menudo el estruendo de las cacerolas exige “fuera Dilma”, no hay demasiados indicios de que el Gobierno esté en manos de Rousseff. La presidenta ya no es aquella jefa autoritaria y absorbente a quien denominaban “gerentona”. Alejada de la TV y de cualquier presentación pública, su figura se ha desdibujado. Es un eclipse visual, pero también conceptual y político. El país está a cargo de otra gente, con otras ideas. Para salvar su Gobierno, Dilma tuvo que ceder un monto incalculable de poder”.

2-. Una larga hegemonía que ha desgastado al PT y a Lula

El PT ha gobernado Brasil de forma ininterrumpida desde 2003. 16 años en los que no ha introducido verdaderos cambios en cuanto a la forma de gobernar y ha recurrido para mantenerse en el poder al clientelismo a la vez que algunos dirigentes han caído en actos de corrupción, como queda a la vista con casos como el “Lava Jato”y el de Petrobras

El historiador Lincoln Secco, autor del libro “História do PT”, sostiene que “la corrupción fue uno de los grandes errores del PT… porque no impulsó una reforma política que disminuyese la influencia del poder económico en las elecciones”.

Se trata, asimismo, del final del predominio del PT y del liderazgo incontestable de Lula. Los grandes liderazgos (Lula y Fernando Henrique Cardoso) que marcaron la transición y consolidación de la democracia en Brasil han desaparecido.

Cardoso es una figura influyente en el principal partido de la oposición, el PSDB, pero ya no está en la política activa. Lula, que ha anunciado su intención de ser presidenciable en 2018, ve su figura muy golpeada tras ser imputado por corrupción.

Como le dijo María Herminia Tavares a Infolatam, “Lula es difícil que sobreviva políticamente. Es una figura nacional e internacional con gran apoyo popular pero la investigación de corrupción ha pasado de ser por motivos electorales (como fue el mensalao en 2005) a lo que actualmente se está viendo: que la corrupción fue para enriquecimiento personal y eso le daña mucho más. La operación anticorrupción estaría mostrando que Lula es sospechoso de poseer un apartamento tríplex en la costa y una casa de campo en São Paulo….El PT es un gran partido que tiene militantes, alcaldes y gobernadores. Lo que es verdad es que ha perdido mucho de su influencia y respetabilidad. El PT se puede convertir en una fuerza mucho más pequeña de lo que es y, sonre todo, delo que ha sido desde 1989″.

3-. La decadencia de las diferentes izquierdas en América latina

Presidenta Dilma Rousseff durante segunda Sessão de Trabalho da VI Cúpula dos BRICS e de países da América do Sul. Brasília - DF, 16/07/2014. Foto: Roberto Stuckert Filho/PR

Dilma Rousseff y Cristina Kirchner

La salida del poder del PT y de Rousseff parece ir en consonancia con la crisis por la que atraviesan los gobiernos de centroizquierda y de izquierda “bolivariana” en la región.

Tras la derrota en 2015 del kirchnerismo en las presidenciales de Argentina y del chavismo en las legislativas de Venezuela, en 2016 se ha producido la derrota de Evo Morales en el referendum de Bolivia y ahora el fin de la hegemonía del PT en Brasil.

Sin duda el desgaste de esos largos periodos de predominio, unido a la ralentización económica y al malestar social por la ineficiencia del Estado ha provocado el final del kirchnerismo argentino y el lulismo brasileño a lo que se une la crisis por la que atraviesa el chavismo en Venezuela.

Carlos Malamud señala que “es indudable que América Latina ha comenzado una nueva coyuntura política de la mano del nuevo ciclo económico impulsado por el descenso del precio de las materias primas. De momento la nueva coyuntura presenta bastantes imprecisiones aunque todo indica que el declive y la pérdida de prestigio de algunos de los gobiernos “largos” comenzados en la década anterior es una de sus principales características”.

Esos problemas para las izquierdas pueden aumentar por la imposibilidad de que en Bolivia Evo Morales se presente a la reelección en 2020 tras haber perdido este año el referendum para reformar la constitución.

O la necesidad que tiene en Ecuador el oficialismo (Alianza País) de buscar un sustituto a Rafael Correa quien, en principio, no puede concurrir a las presidenciales de 2017.

Además, en Venezuela en 2016 o 2017 podría tener lugar el referendum revocatorio que podría acabar con el chavismo en el poder (si es antes del 10 de enero de 2017) o al menos con el mandato de Nicolás Maduro (si se celebra después).

Todo indica que a lo que asiste América latina es, más que un nuevo giro, a un cambio de modelo.

Como apunta el analista Steven Levitsky “el retroceso de la izquierda tiene dos causas principales. El primero es el desgaste natural después de haber gobernado por tres o cuatro periodos presidenciales. Pocos partidos ganan más de tres elecciones presidenciales consecutivas (en EEUU, la última vez fue hace casi 70 años), y en democracia, casi ninguno gana más de cuatro.  Después de tres periodos, los gobiernos pierden los reflejos políticos; se distancian de la gente, y muchas veces, crece la corrupción.  Aun cuando no son muy corruptos (como en el caso de la Concertación en Chile), la gente se cansa.  Tarde o temprano, el desgaste afecta a todos los gobiernos. Doce años (Argentina) o 13 años (Brasil) en el poder es mucho.  Nada es permanente en la democracia.  Nadie gobierna para siempre”.

Además del desgaste, existen otros factores estructurales vinculados al nuevo contexto regional e internacional en materia económica.

“El segundo factor que debilita  a la izquierda latinoamericana es el fin del boom de las materias primas.  El tremendo éxito electoral de la izquierda en Brasil (reelecto en 2006 y 2010), Chile (reelecto en 2006), Venezuela (reelecto en 2006 y 2012), Argentina (reelecto en 2007 y 2011), Bolivia (re-electo en 2009 y 2014), Ecuador, (re-electo en 2009 y 2013), y Uruguay (re-electo en 2009 y 2014) fue facilitado por el boom económico que empezó en el 2002. El boom se acaba, y algunas economías han caído en recesión.  Las crisis económicas –serias en Brasil y Argentina, infernal en Venezuela–generan descontento. Y los electores descontentos no suelen reelegir a sus gobiernos”, concluye el artículista del diario La República, Levitsky.

4-. Un golpe para el papel de las mujeres

El fracaso de Rousseff es también un golpe para el papel de la mujer en política. Que su gestión acabe así, de esa forma tan abrupta, se une a las enorme dificultades por las que atraviesa Michelle Bachelet en Chile (con solo un 15% de aprobación) o los escándalos que rodean la gestión de Cristina Kirchner en Argentina.

Si en los 90 las gestiones presidenciales de Violeta Chamorro en Nicaragua o Mireya Moscoso en Panamá se saldaron con éxito, en esta década la situación ha variado considerablemente y la impopularidad de estas dirigentes o el final abrupto de sus mandatos  es la tónica predominante.

Por desgracia, algunos se preguntan cuándo se podrá ver de nueva a una presidenta en Planalto tras el mal final protagonizado por Dilma Rousseff.

 
Proximidad de la “guillotina” aparta al PT de Dilma PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 05 de Agosto de 2016 12:26

Por Josias Souza.-

Nada más común que confundir convivencia con amistad. Especialmente en el caso de Dilma Rousseff, cuya coexistencia con el PT provino más de una imposición de Lula que de afinidades genuinas. La proximidad de la guillotina saca a la luz la verdad. El PT toma distancia con Dilma porque para ella siempre fue un grupo de amigos todo hecho de enemigos.

Rui Falcão, presidente del PT, informo de que no apoyarán, por inviable, la propuesta de celebrar un plebiscito sobre la anticipación de las elecciones presidenciales. Pieza de resistencia de la carta que Dilma prometió revelar a los brasileños, el plebiscito entra en la retórica de Falcão en el rol de los “trucos para tratar de engañar a que no va a ser engañado”.

Reunida en un momento en el que Dilma es encaminada al patíbulo, la cúpula del petismo se abstuvo de salir en defensa de la señora. “Era previsible” que la comisión del impeachment del Senado aprobase el informe a favor de la destitución dijo Falcão para justificar el silencio de la Ejecutiva del PT.

En este momento, el PT tiene una prioridad más urgente que Dilma. Organiza el lanzamiento de una publicación en defensa de Lula, que tiene Sergio Moro en la punta de los talones. Sin Dilma Rousseff, el PT sobrevive. Sin Lula, pierde el alma.

Dilma es ahora una carga para el PT. Y viceversa. Por suerte, la votación sobre el juicio político en el Senado es abierta. Si el voto fuese secreto, muchos miembros del PT hubieran votado a favor a cargársela. Para la mayoría de sus compañeros, Dilma sonaba a oportunista cuando dijo en un par de entrevistas que el PT necesita hacer una autocrítica por haber adoptado prácticas de política tradicional.

(Traducción Infolatam)

 
El PMDB cava la tumba política de Dilma Rousseff en Brasil PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 28 de Marzo de 2016 11:36

Por Rogelio Núñez.- 

Si el PMDB abandona este martes a Dilma Rousseff, la presidenta se convertirá en un cadáver político a falta solo de que el impeachment consume su entierro definitivo. El PMDB, que se reúne para votar si se queda al lado de Rousseff o abandona la coalición de gobierno, ha sido en este segundo mandato de Dilma el detonante de la crisis y quien puede poner fin a su administración.

(Infolatam, por Rogelio Núñez)-. No hay que olvidar que tras conseguir la reelección en 2014, Dilma Rousseff sintiéndose fuerte trató de desembarazarse del PMDB. Esa jugada le salió mal y se ganó la enemiga de figuras muy importantes del partido que le atacaron donde era más débil, en los casos de corrupción.

De aquellos polvos proceden actualmente los lodos que tienen atrapada a Dilma y que la pueden succionarla y hundirla.

Por contra el PMDB considera que dejar el oficialismo solo le trae beneficios: se pone a favor de donde sopla el viento y consigue el premio mayor ya que la presidencia recaería en manos de un hombre del partido, el vicepresidente Michel Temer.

El origen de una desavenencia

El intento de Dilma Rousseff de desembarazarse de la dependencia con respecto al PMDB y ganar autonomía se saldó, a comienzos del año 2015, con una rebelión por parte de ese partido.

dilma explica crisis

Dilma Rousseff apunto de perder el apoyo del PMDB

Una rebelión que fue liderada por el presidente del Congreso (Eduardo Cunha) y por el presidente del Senado (Renan Calheiros).

Ambos del PMDB y los dos dolidos por la pretensión presidencial de impulsar un partido alternativo que recogiera a los disidentes e incentivara la división dentro del PMDB.

Este proyecto estaba encabezado por Gilberto Kassab, ministro de las Ciudades y líder del PSD, y alentado por Rousseff.

Esta rebelión del PMDB contra su aliada (Rousseff) dejó paralizado al gobierno que además atraviesa desde entonces por una complicada coyuntura económica y está lastrado por la corrupción.

Desde 2015 solo gracias a las divisiones internas en el PMDB ha logrado Dilma mantener el apoyo de esta fuerza ya que el vicepresidente Michel Temer o Calheiros en varios momento se alzaron como pilares de la administración.

Pero la falta de apoyos sociales de la presidenta y el empeoramiento de la situación económica hacen que el PMDB vea más costos que beneficios en apoyar a la presidenta.

Jorge Picciani, líder del PMDB en Rio y favorable a abandonar a Dilma, lo explica muy claramente: “Veo como la sociedad se moviliza. ¿Acaso la presidenta tiene capacidad para alcanzar un consenso mínimo? ¿O de aprobar un ajuste y recuperar la economía? No lo tiene”.

El PMDB prepara el final de Dilma

Todo indica que el PMDB acabará dejando sola a la presidenta y eso por varias razones:

En primer lugar, el PMDB es un partido que sabe leer los tiempos políticos. Cuando se produce la emergencia de un nuevo liderazgo, el PMDB acaba siempre del lado del vencedor: ocurrió en los 90 con Fernando Henrique Cardoso y la década pasada junto a Lula da Silva.

Ahora, el PMDB ha ledído que el país se acerca al final del lulismo y de Dilma y que permanecer a su lado es ir directo a una derrota política.

El vicepresidente Michel Temer asiste hoy, sábado 12 de marzo de 2016, en Brasilia (Brasil) a la convención nacional del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). El vicepresidente comentó que "la crisis política y económica" del país es "gravísima" e instó a la "unidad de todos" para superarla.

El vicepresidente Michel Temer

“El PMDB hará lo que la clase política está pensando, que el gobierno de Dilma no tiene salvación y que seguir apoyando es subirse a una canoa agujereada; el PMDB está por conveniencia, no está comprometido, históricamente acuerdan con cualquier gobierno desde que tengan cargos, pero si deciden salir, acelerará el juicio político”, comentó a Infobae Claudio Couto, cientista políco de la Universidad de Sao Paulo (USP) y profesor de la Fundación Getúlio Vargas.

En segundo lugar, la salida del PMDB de la coalición oficialista contribuiría a que este partido se acercara a lo que es un clamor popular, el fin del gobierno de Rousseff.

Tras la instalación de la comisión parlamentaria que decidirá si se inicia un juicio político, el 68% de los brasileños se expresó a favor a la destitución de la presidenta, Dilma Rousseff, y el 27% está en contra, según una encuesta realizada por la firma Datafolha y publicada por el diario Folha de São PauloEl rechazo a la gestión de Rousseff subió hasta el 69 % de los encuestados.

Claudio de Melo, cientista político de Insper, en Sao Paulo señala que “a medida que crece la desaprobación de Dilma en la opinión pública, su situación en el Congreso empeora. El Congreso, como en cualquier lugar del mundo, es muy sensible a la opinión pública. A medida que las medidas de la presidenta se interpretan como un intento por burlar la justicia, la opinión pública se vuelve más crítica y el Congreso queda más susceptible a la opinión pública”.

El PMDB además se sabe decisivo. Irse del gobierno se convertiría en un tiro de gracia para la administración de Rousseff. El Ejecutivo necesitará en abril al menos 172 votos en la Cámara de Diputados para evitar el juicio político. Sin el PMDB, será imposible alcanzar esa cifra ya que el PT solo contaría con el respaldo delPartido Comunista do Brasil (PCdoB), el Partido Democrático Laborista (PDT) y otros menores.

Fuente: Folha

Fuente: Folha

Con 69 diputados el PMDB es la mayor bancada de la Cámara. “En diciembre el gobierno contabilizaba 199 votos; sin el PMDB tal vez estos votos sean de abstenciones”, de acuerdo al cálculo del analista Couto.

Fuente FolhaEn tercer lugar, salir ahora de un barco a la deriva es una apuesta del PMDB por conservar en el futuro sus opciones de estar en el gobierno y tener influencia nacional y local.

El PMDB tiene siete ministerios en el Gobierno entre ellos algunos tan importantes como los de Salud, Agricultura o Minas y Energía“, dijo.y siete gobernadores (Rio de Janeiro, Rondonia, Sergipe, Rio Grande do Sul, Tocantins, Espirito Santo y Alagoas).

Sin embargo, mayoría del partido está a favor de tomar esa decision. El PMDB de Rio de Janeiro, liderado por Leonardo Picciani, ya ha decidido votar a favor de que el partido abandone el gobierno. Y el peso de la sección carioca resulta decisivo.

Estos movimientos del PMDB son muy esclarecedores para saber lo que está por llegar. Como apunta Josías de Sousa,  “el PMDB es un partido eficiente! Ayuda a elegir,  se convierte en complice en el asalto a las arcas públicas, rompe poniendo cara de enojo y prepara, abanderando la pureza moral, la transición que llevará a Michel Temer a la poltrona de presidente da República con el apoyo de la oposición. Cansado de ayudar a Dilma, el principal aliado de Planalto concluyó que llegó la hora de sustituirla”.

 
El regreso de Lula profundiza la inmensa soledad política de Dilma PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 29 de Febrero de 2016 13:09

Por Rogelio Núñez.-

Dilma Rousseff se ha quedado sola, políticamente sola, en un segundo mandato que va a resultar una pesadilla, en caso de que lo acabe, algo que además está por ver. No cuenta con el respaldo de la mayoría de la población, los mercados están en su contra y su partido, el PT, es cada vez más crítico.

(Infolatam)-. Y por si eso fuera poco ahora su mentor, Lula da Silva, se coloca en la carrera para las presidenciales de 2018 lo cual, más pronto que tarde, puede conducir a importantes desencuentros y estrategias no coincidentes entre la actual presidenta y su antecesor.

Y todo este ambiente de grandes tensiones políticas se da en plena crisis institucional (con el impeachment en el horizonte) y con una situación de recesión económica y alta inflación.

Moody’s Investors Services ha sido la tercera agencia de calificación crediticia en reducir la nota de solvencia de la deuda brasileña hasta el grado de especulación. S&P lo hizo ya este mismo mes de febrero y Fitch en 2015.

La sombra del impeachment vuelve a sobrevolar

Su situación legal y la sombra de un impeachment que se había difuminado en este comienzo de 2016 ha vuelto a crecer a raíz de la detención de Joao Santana, publicista de las campañas presidenciales de Dilma Rousseff y del expresidente Lula da Silva.

Santana es investigado por la justicia brasileña por recibir pagos en el extranjero que provenientes de sobornos en Petrobras.

datafolha dilma valoracion

Sondeo de Datafolha (Brasil)

La justicia investiga si los pagos por $ 7,5 millones recibidos por los Santana se deben a servicios prestados al Partido de los Trabajadores.

Habría sido efectuados por Odebrecht y un operador financiero con fondos procedentes de sobornos de Petrobras.

Acto seguido, tras la detención de Santana, el Tribunal Superior Electoral de Brasil ordenó investigar a siete empresas que prestaron servicios a la campaña de Dilma Rousseff en 2014.

La decisión fue tomada por el magistrado Gilmar Mendes, encargado de tramitar la denuncia formulada por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) por supuestos fraudes en las finanzas del comité de campaña de Rousseff.

Esa denuncia del PSDB se asegura que durante la campaña de 2014 la fórmula integrada por Rousseff y su vicepresidente, Michel Temer, incurrió en “abusos con cadenas nacionales”, “manipulación de datos socioeconómicos”, “uso indebido de predios públicos” y propaganda electoral en “períodos de veda”.

Apoyo ciudadano en mínimos

Toda esta polvareda no hace sino hundir el apoyo popular a la mandataria.

La aprobación del gobierno de la presidenta brasileña Dilma Rousseff es del 11%, según un sondeo de la encuestadora Datafolha difundido este sábado 27 de febrero,.

Además que 60% quiere el juicio político de la mandataria y 58% pide su renuncia. El rechazo al Ejecutivo se coloca en el 64%.

En marzo de 2013, Datafolha mostraba que la popularidad de Rousseff llegaba a un máximo del 65% y después de ubicarse en 42% en diciembre de 2014 cayó abruptamente a raíz del escándalo en la estatal Petrobras. En agosto pasado alcanzó mínimos históricos de 8%.

Así pues Dilma cumple un trienio en el que no ha logrado levantar cabeza en lo que se refiere a su aceptación popular y más allá de su reelección ajustada en 2014 el viento le ha soplado hasta ahora en contra.

El PT cada vez más crítico con Dilma

Mientras las diferencias entre Dilma y el PT no dejan de aumentar.

Eso se transparenta en temas simbólicos y también de peso. Entre los primeros: La presidenta no estuvo este fin de semana en el 36 aniversario de la creación del partido fundado por Lula da Silva.

Entre los segundos que el Partido de los Trabajadores (PT) acaba de aprobar un documento crítico (“Programa Nacional de Emergencia”) con la política económica de Dilma.

Son 16 propuestas en la que apoya, como señala el diario La Nación “el uso de las reservas internacionales de Brasil para hacer obras de infraestructura, saneamiento y vivienda; aboga por el aumento de impuestos sobre el capital y a las personas más ricas; plantea la reducción de la tasa de interés básica; recomienda un reajuste del 20% en los valores del programa de transferencia de renta directa Bolsa Familia, hoy congelados por la difícil situación económica”.

dilma_e_o_destino Además, en el PT ha sentado muy mal que el Senado brasilero aprobara el Proyecto de Ley del Senado obra el opositor José Serra (PSDB de San Pablo) por 40 votos a favor y 26 en contra.

El proyecto fue acordado entre el gobierno de Dilma, el PMDB y el PSDB. En el proyecto se revoca la participación obligatoria de Petrobras en el modelo de asociación público-privada para la explotación del petróleo en el área marítima conocida como el Pre-sal.

El senador Lindbergh Farias (PT) afirmó que Dilma ha traicionado a los senadores de la agrupación.

La senadora Gleisi Hoffmann (PT) sostuvo que “fue duro recibir al final del proceso de votación una propuesta del gobierno para flexibilizar la participación de Petrobras en la exploratación del presal”, pero agregó que “posicionarse contra el gobierno es todo lo que la derecha quiere”.

Pese a todo Dilma sostiene que cuenta y desea el apoyo del PT: “Preciso ayuda de todos los partido de mi base, PT, sobre todo que es el partido al cual yo pertenezco. Siempre pediré apoyo (a mi partido) y cuento con apoyo de ellos”.

Sin embargo, a la vez, asegura que una cosa es tener responsabilidad de gobiero y otra de partido: “No gobierno sólo para el PT sino para 204 millones de brasileños… Un partido es un partido. Un gobierno es un gobierno”.

La sombra de Lula atenazará a Dilma

Y en medio de esta situación, Lula da Silva amaga con lanzarse a la carrera por la presidencia en las elecciones de 2018. Lo hace cuando su imagen está más golpeada que nunca y lo hace asegurando que respalda a la presidenta pero admitiendo a la vez que hay diferencias entre el APT y el gobierno.

“Por más que tengamos desacuerdos en algunas cosas, Dilma tiene que tener la certeza de que éste es su lado. Ella nos necesita para poder sobrevivir a los ataques que viene sufriendo en el Congreso Nacional por parte de nuestros adversarios”, dijo Lula.

BRASILIA (BRASIL), 29/10/2015.- EFE / ED FERREIRA

Lula da Silva desea ser candidato presidencial en 2018

El expresidente buscaría regresar a Planalto (“Quiero decir bien alto: tendré 72 años y el tesón de alguien de 30 para ser candidato a la Presidencia de la República”) para lavar su imagen muy dañad por los escándalos.

“Acepto hasta que levanten mi secreto bancario y telefónico; si ese es el precio, sea. Pero cuando esto acabe quiero que me den un apartamento o una casa de campo… Ciertamente tiene aclaraciones para todas las cuestiones que están siendo abordadas. Pero no estamos de acuerdo con que se utilicen estos asuntos para llevar a cabo un proceso de destrucción pública de su imagen”, señaló Silva.

Las indagaciones judiciales investigan si Lula es propietario de un apartamento y una finca campestre, ambas en Sao Paulo, y si fueron reformadas por constructoras salpicadas por el gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.

Si bien el hundimiento del gobierno de Dilma Rousseff dañaría las opciones de Lula da Silva, también es verdad que las agendas del gobierno y el posible candidato pueden ser muy divergentes. El ejecutivo de Dilma ha optado por el ajuste mientras que el PT y Lula van a apostar por regresar a las políticas de la década pasada.

En ese sentido, el ministro de Comunicación Social de la Presidencia, Edinho Silva confirmaba hace unos días que “el Gobierno hizo lo correcto y creó un foro integrado por todos los interesados para crear una propuesta de consenso y que ya está funcionando. Es difícil, pero el diálogo y una propuesta pactada por todos, reduce las dificultades”.

Además, la estrategia de Dilma de tender puentes con la oposición puede verse seriamente dificultada por un Lula que apuesta por la polarización. Lula acusa a la oposición y a algunos medios de comunicación de ser los principales responsable de la campaña de desprestigio que padece y advierte de que, de ahora en adelante, “se acabó el ‘Lulinha’ de paz y amor” y que les dará “la respuesta que se merecen”.

Última actualización el Lunes, 29 de Febrero de 2016 13:10
 
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