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Cuba


El Cardenal en Harvard, Roberto en New York y Raúl en La Habana PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Jueves, 26 de Abril de 2012 01:01

Por Huber Matos Araluce.-

El tema de la conferencia del Cardenal Ortega en Harvard fue “Iglesia y Comunidad: el papel de la Iglesia Católica en Cuba”. El Cardenal habló de la necesidad de reconciliación: “Todos debemos unos con otros reconciliarnos, y no solamente como personas unas a otras, sino como grupo humano. Tenemos que encontrar la manera de sentirnos todos hermanos”. Pero a la pregunta sobre los cubanos opositores que a su solicitud fueron  expulsados de una iglesia y detenidos por la policía política el Cardenal respondió: que eran delincuentes y personas de poco nivel cultural.


El Cardenal se negó a comentar sobre Andrés Carrión, el compatriota que gritó ¡Libertad! ¡Abajo el comunismo! en Santiago de Cuba por lo que fue reprimido ante la vista de los presentes y  los millones de televidentes que en Cuba y en el mundo le daban seguimiento a la visita de Benedicto XVI.  Quizás lo que piense el Cardenal sobre Carrión sea tan negativo que no pueda expresarlo en público.

 

Por lo visto, la reconciliación que predica el Cardenal no incluye a los cubanos de poco nivel cultural, es decir a la mayoría del pueblo cubano.  Tampoco a quienes él y el gobierno considere delincuentes.  Como en Cuba las leyes son arbitrarias y asfixiantes, es difícil encontrar a un cubano que no las haya violado.

 

Con razón el periódico universitario The Harvard Crimson criticó al Cardenal por no haberse opuesto al destierro de los prisioneros políticos cubanos.  También el prestigioso periódico Washington Post llamó al Cardenal un socio de facto de Raúl Castro.  Sobre el tema sugiero la lectura de  Pacto con Mefistófeles del profesor Jose Azel de la Universidad de Miami.

 

Simultáneamente Roberto Veiga, director de la revista Espacio Laical y un lugarteniente del Cardenal Ortega, también desde otro recinto universitario, La Universidad de New York,  definió el papel de la: “Iglesia y Estado en una Cuba cambiante”. La charla de Veiga fue más reveladora o más sincera que la del Cardenal Ortega. Para Veiga, la Iglesia es el “facilitador” de un diálogo entre el pueblo y el gobierno cubano.  Veiga aclaró que la Iglesia no busca el poder pero que, en caso de verse obligada por las circunstancias, podría asumirlo. Con esto dejó abierta la posibilidad de que en el futuro tengamos en Cuba una teocracia.  Después de todo, teocracia y democracia suenan parecido. En toda su exposición, Veiga no mencionó la palabra democracia ni una sola vez. Es lógico, ya que la minoría que representa la Iglesia católica en Cuba y la minoría que representa  a la tiranía no pueden arriesgarse a someter su proyecto al mandato del pueblo. Veiga explicó que los cubanos no están preparados para votar.  Definitivamente hay que leer a Enrique del Risco, quien estuvo presente en la disertación.

 

Estos planes son el producto de gente desesperada y delirante.  Han sido negociados a puerta cerrada con la dictadura.  Si entendemos bien a Veiga, parece haberse discutido hasta el papel de la Iglesia ante el colapso del castrismo.  De estas fantasías el pueblo en la isla sabe muy poco.

 

El pastor Mario Felix Leonar explicó en un programa de Radio Martí que, detrás de todo esto  la verdad es que el régimen se ha acercado a las iglesias para que lo salven.  En su opinión, hay que tener mucho cuidado para no convertirse en un cómplice o un aliado de la tiranía.

 

Raúl Castro, quien se vanagloria de ser un conspirador, espera el respaldo para su plan de una parte de la prensa internacional, de la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos; de  políticos como el senador demócrata Jeff Bingaman, de gobiernos latinoamericanos y  posiblemente  tiene el visto bueno de alguien en el gobierno de Obama.  Además, tiene a su favor una minoría de cubanos en el exterior. Raúl en La Habana nos tiene sorpresas.  Esto es un plan y está comenzando.

 

Última actualización el Jueves, 26 de Abril de 2012 01:05
 
EL GRAN LOGRO PAPAL PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 22 de Abril de 2012 11:25

Por Ramiro Gómez Barrueco

El Viaje de la Desesperanza concluyó con grandes penas y ninguna gloria. La palabra de orden es revalorización o crisis. La sacerdotisa de La Diosa Libertad, Yoani Sánchez, en su homilía El Viento, las Ovejas y el Pastor sentenció: “Porque, no nos engañemos, la clandestinidad de las catacumbas es más coherente con el discurso de Cristo que la cómoda cercanía al trono”.


Después de “disfrutar” durante 14 años “los logros” de la primera visita papal, anticipadamente comenzamos a “disfrutar” los de la segunda. Desalojos, cientos de detenciones, golpizas y todas las variantes pensables de palo y tentetieso físico y social. Invariable escenario de fondo mientras esperamos que Cuba (el gobierno castro comunista) se abra al mundo y los cubanos pierdan el miedo. Ellos y nosotros sabemos que un rayo de luz entrando por una rendija es el final de la oscuridad. Las tinieblas no se harán el harakiri. Además, sobreponerse al miedo no significa dejar de vivir con él a cuestas. El miedo es un gigante intrínseco del alma y la herramienta vital del totalitarismo.

El pacto Kennedy-Kruschev privó a la confrontación bélica anticastrista del “aliadito yanqui”. El Vaticano visualizó perfectamente nuestro destino; seguramente antes que el presidente norteamericano  pronunciara a los patriotas de Girón la sentencia lapidaria: “salvados de una muerte lenta pero segura”. Roma negoció la libertad y el exilio de muchos dirigentes y fieles católicos presos; y nuestro real y último aliado nos vendió el cajetín. El desprecio sustituyó al aplauso por aquellos curas que fueron nuestros hermanos de lucha: Rojo, Loredo, Rivas, Lebroc y muchos más. Siempre vivirán en el altar de la patria. La época de los gigantes de la dignidad y el espíritu cristiano como Pérez Serantes, Boza Masvidal y el clero en general, pasó al olvido. La positiva y notable excepción “a posteriori” fue otro heroico gigante: Don Pedro Meurice Estiú.

Aproximadamente en el año 1965, con las guerrillas y el clandestinaje anticastristas aún vigentes, El Vaticano ordenó la primera carga al machete a los cañaverales cubanos. El prelado Carlos de Céspedes, al mando de curas y seminaristas, celebró eufórico junto al Nuncio Apostólico la primera  victoria del trabajo voluntario de La Iglesia Católica a favor del castrocomunismo. La suerte estaba echada. Llegaron los camiones Romanazi, los ómnibus Pegaso, los autos Alfa-Romeo y muchos productos más. ¿Cuál fué la varita mágica que súbitamente abrió los mercados católicos europeos a la tiranía?

Años después, independientemente a la iglesia; la oposición interna, inmersa en una aparente ausencia existencial, parió un milagroso fosforito llamado Ricardo Bofill. Contra toda esperanza explotó El Micrométrico Bang, génesis de la actual oposición en intramuros.

La Iglesia negoció su sobrevivencia y fortalecimiento. La oposición mal interpretó como éxito propio la apertura institucional eclesiástica, sin vislumbrar que había sido negociada a cambio del apoyo cuasi irrestricto a los intereses políticos y económicos de la tiranía. Los hechos consumados en la segunda visita papal corroboran cuán lejos ha estado La Iglesia de los objetivos libertarios de la oposición cubana. Los Pedros y los Pablos no ocultan su regocijo por disfrutar el privilegio de un puesto de honor, junto al César de turno, en el Coliseo Cubano.

Pero la dosis de desprestigio ante tal realidad será neutralizada por la defensa irrestricta de lo ocurrido; la opinión del clero está determinada por sus intereses y su voto de obediencia. También lo harán muchos laicos que antepondrán contradictoriamente esos intereses, espirituales o materiales, a la evidencia de la complicidad vaticano-comunista. Utilizarán una quintaesencia retórica extraída de la complicada jerigonza dialéctica teológica. Libertad, Justicia, Cambio, Paz, Reconciliación y otros paradigmas, son comodines marcados y gastados en el juego de naipes de la vida. Tanto Raúl como Ratzinger las utilizan para maquillar sus fines; pero…por sus hechos los conoceréis, no por su verbo.

Es justo e indispensable señalar que, en este duelo de desprestigios, los comunistas destrozaron el ridiculómetro. Un glosario de imágenes patéticas. La participación de la jerarquía comunista en las misas, otrora sumamente denostadas. La flagrante represión. El uso de la Cruz Roja como instrumento de la policía política. Y la humillante petición y presentación de la familia tirano sauria ante El Santo Padre, son algunos de los aspectos del hiperbólico desprestigio integral del sistema.

La Iglesia ha vivido siempre afrontando escándalos, desafíos y desprestigios; y los ha superado todos. La alianza con el castro comunismo es una gota de agua perdida en los cinco océanos. El futuro discurso a los cubanos, pidiendo perdón por dicho error, ya está escrito. El progresivo y galopante desprecio por el Cardenal Ortega lo sitúa como perfecto chivo expiatorio. El Vaticano sabe perfectamente que una generación más y “San Se acabó”  la pesadilla comunista cubana. Existe un destino generacional manifiesto.

Mientras exista la percepción de los fieles de que La Iglesia es la depositaria del Nuevo Testamento, ella será indestructible. El papado es intrínsecamente espiritual; es su  razón de ser. La Iglesia lleva 2000 años apacentando y ordeñando a su rebaño, siempre con mayor o menor éxito. El rebaño comunista duró sólo 70 años en los que dio más sangre que leche. Los sobrevivientes, Cuba y Corea del Norte, los incontenibles pordioseros de América y de Asia, no existen por ellos mismos; se alimentan del pasto regalado por sus antípodas de Miami y Corea del Sur. Las apuestas sobre quién perdurará y quién desaparecerá están 2000 a 0 a favor del Vaticano.

El Gran Logro de la visita papal radica en que gran parte de la oposición interna alcanzó la madurez indispensable para continuar la lucha. Ahora pueden comprender que desde mediados de los años sesenta estamos solos con nosotros mismos; y que más vale estar solos que por Judas acompañados. Tenemos algunos amiguitos pero ningún ALIADO. La entrada del tirano a la Santa Sede con tanqueta y ametralladoras; y el posterior  festín embriagador con la curia vaticana celebrando “la gracia” planificada, debieron ser el punto crucial de inflexión reflexiva, aun para el más obnubilado. Pero no fue así. Ahora los opositores sí saben que las ilusiones clericales de apertura, cambios, transiciones y diálogos se las llevó el viento en un avión de Alitalia. La paloma del Viernes Santo en la mano, aunque este enjaulada y festejada, vale mucho más.

El Viaje de la Desesperanza concluyó con grandes penas y ninguna gloria. La palabra de orden es revalorización o crisis. La sacerdotisa de La Diosa Libertad, Yoani Sánchez, en su homilía El Viento, las Ovejas y el Pastor sentenció: “Porque, no nos engañemos, la clandestinidad de las catacumbas es más coherente con el discurso de Cristo que la cómoda cercanía al trono”.

 
Salir del atrincheramiento y hacer política PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 21 de Abril de 2012 11:02

Por Dr. Darsi Ferrer

 

La recién concluida Cumbre de las Américas fue una buena ocasión para discutir con veracidad el asunto de la oveja negra cubana. Pero se quedó en el tintero. Otra vez se puso en práctica los remanentes de la vieja política trasnochada de la Guerra Fría, para intentar manejar a este díscolo sujeto descarriado en el hemisferio desde hace más de medio siglo.

Son numerosas las aproximaciones desajustadas con el obtuso régimen que no da señas de asumir la necesidad de adoptar reformas verdaderas. Por un lado, Estados Unidos con su embargo comercial transformado en una práctica de consuetudinario "jab" para mantener la distancia, y sin efecto pretende aislar al totalitarismo antillano; por otro, la Unión Europea con su frágil valladar de la Posición Común, que no pasa de ser un reproche moral muy comedido hacia la dictadura, mientras permite que desde su zona les hagan llegar solapadamente financiamientos y tecnologías; que decir de los países latinoamericanos, simpatizantes abiertos, disimulados o indiferentes de las violaciones a los Derechos Humanos que a diario pone en práctica el régimen cubano, se desgastan en el intento de ponerle colorete a la única y más vieja dictadura militar del continente, y pujan por recibirla como un invitado más en las reuniones democráticas.

Todas estas políticas parecen resistirse al cambio de enfoque y de aproximación a los problemas irresolutos que imponen en la época actual las modernas dinámicas de la Globalización. Sencillamente, el mundo marcha aceleradamente hacia otra fase comunicativa, de interrelación cada vez más profunda y activa entre las naciones. ¿Cómo justificar la insistencia en el aislamiento a la antigua para tratar el caso cubano? Y a la vez, ¿cómo persistir en ver a la dictadura militar cubana como un país común y corriente? La inclusión también va con Cuba, pero no como una nación estable, democrática y en el camino de la integración con el resto del mundo. Hay que incluirla en todas las esferas de interrelación global, pero para esperarla en la puerta con escoba democrática en mano y todo el tiempo que dure cada evento pasarlo dándole escobazos democráticos con ella a los ilegítimos representantes isleños, recordándoles que no son iguales al resto de los presentes y que no se les acepta su constante metedura de forro.

Los detentores del poder de la presente Cuba son miembros de una casta depredadora que hace más de medio siglo mantiene secuestrada la soberanía mediante el uso de la fuerza y que ejercen un total desprecio por la voluntad popular. Por tanto, en el marco del escenario nacional, continental y mundial no tienen legitimidad alguna, y esa incómoda verdad hay que reprochársela cada vez que haya oportunidad de hacerlo. Gobiernan a base de intereses y antojos con el único fin de conservar sus privilegios y obligar al pueblo cubano a vivir en la miseria bajo el prisma de su estrechísima visión del mundo. El cubano es un pueblo secuestrado, similar a las victimas que sufren a manos de las FARC u otro tipo de delincuentes. Lo único que acumula es creciente sufrimiento, constantemente arreado hacia la explotación por dictadores que se han adueñado del país y lo utilizan como una finca familiar.

Aceptar a la dictadura de los Castro en todos los escenarios políticos no está mal, siempre que no se lleve a la mesa como un invitado más y que se sientan a gusto para desatar sus andanadas de insultos, o ataques contra el sistema democrático que sí ha elegido al resto de los presentes, y convertir esos sitios en tribunas desde donde acusar a su eterno enemigo a muerte, al que sin embargo le compra comida, medicamentos y le suelta el excedente poblacional que no tiene cómo mantener y, para colmo, le acepta subvenciones, los Estados Unidos de América. A esa Cuba que se quiere aparecer en esos sitios hay que tratarla como se merece: como peligroso derrelicto que intenta siempre sabotear el proceso democrático e integrador. Hay que aprovechar todos los encuentros para zarandearla con las verdades que se acomoda en no escuchar.

Pese al esquema que parece flotar como certeza de Perogrullo de que el presente gobierno de la Habana no constituye un peligro para la estabilidad del continente, tal como activamente persistiera en serlo antes, la verdad está a la vista. La dictadura isleña ha promovido y promoverá todo tipo de organización regional o gobierno que enfrente al Norte de América con el resto de las naciones del continente, cuestionando o emponzoñando desde dentro de los marcos democráticos de la región, similar a lo ocurrido en Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Honduras y Haití. Así también remacha los viejos clichés de desconfianza, odio y temor hacia unos Estados Unidos diabolizados. Se ha visto que esto es algo que parece muy oportuno para personales intereses en determinadas élites gobernantes de América Latina. Por lo cual, comienzan a surgir como hongos en el panorama político del área instituciones sin verdaderos ánimos de integración económica incluyente, sino politizadas como la CELALC, ALBA, UNASUR y otras que deben andar aun cocinandose, francamente exclusivas del miembro más poderoso e influyente, los Estados Unidos, lo que es un absurdo criminal para sus propios pueblos.

No obstante, los gobiernos que apoyan estos experimentos, presentados como cumbres de los países del Sur realmente integradoras se autoengañan. La presente debilidad del régimen cubano no le permite hacer su vieja política de intervencionismo armado y subversión violenta, pero la metástasis de su naturaleza destructora del Estado de Derecho sigue viva y se filtra en cancillerías, partidos, instituciones y supuestas políticas nacionales, en donde constantemente intenta poner en práctica la trasnochada intentona de excluir a los Estados Unidos, a nombre de una unidad latinoamericana sin visos de conformación económica real, y donde más bien se ponen en activo viejos rencores y desconfianzas hacia el mayor mercado del mundo en bienes, servicios y proyectos materiales para el desarrollo. Esas acciones irresponsables, practicadas por no pocos gobiernos, ponen bajo una cruda luz los enormes defectos institucionales de las democracias y sistemas políticos del área Latinoamericana.

Lo que debe quedar claro es que los actuales y autoproclamados representantes del archipiélago cubano NO representan la voluntad del pueblo, sino a ellos mismos. Y gozan de tal grado de ilegitimidad como el que tuvieron en su momento Trujillo, los Somoza, Duvalier, Pinochet, Velazco Alvarado, los generales de la junta militar argentina y todo el resto del club de los regímenes que se han encargado de estrangular el respeto a las libertades y derechos fundamentales de sus pueblos.

La Habana, Cuba. 16 de abril de 2012.

 
Las Damas de Blanco y las Damas de Negro PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Martes, 17 de Abril de 2012 14:22

Por Luis G. Infante.-

 

Antes que las Damas de Blanco aparecieran en las calles de Cuba reclamando la libertad de sus seres queridos y asumieran el papel protagónico que hoy representan, ya en en el exilio otras Damas de Negro caminaban las capitales del mundo llevando el mensaje y el sufrimiento de todas las mujeres cubanas.

 

Las Damas de Blanco son humildes mujeres que  luchan por superar la barrera de miseria en que las reprime el sistema contra el que se rebelan. Las Damas de Negro del exilio son profesionales exitosas que ponen sus recursos personales, su tiempo y sacrifican el bienestar familiar .

 

Las vestidas de blanco en Cuba, con su porte de gladiolos desafían los embates de la tiranía; las vestidas de negro con el luto de la patria a cuestas en el exilio, tocan puertas de gobiernos trasladando las voces cautivas de la isla.

 

Las de allá denuncian y no ceden ante el Ministerio del Interior. Las de acá tampoco ceden e insisten ante las cancillerías y los organismos de Derechos Humanos.

 

Las Damas de Blanco se arriesgan para burlar los cercos de la policía política y poder llegar a sus destinos y sus citas. Las Damas de Negro de acá, con libertad para volar, planifican sus logísticas, realizan sus viajes y cuando menos se les espera, también llegan a su destino.

 

Es una coincidencia en propósitos, es la misma determinación la que las anima. Sueñan y aman como solamente saben hacerlo las madres, las hijas y las esposas, con una patria noble y amorosa. No se conocen físicamente, pero se identifican en espíritu, en el dolor de pueblo oprimido.

 

No sabemos cuando terminará esta tragedia, para los grandes sueños no hay fecha ni límite; pero mientras  tengamos Damas de Blanco en Cuba y Damas de Negro en el exilio, no habrá descanso ni tregua contra los tiranía.  El éxito está garantizado.

 

¡Bravo por la Damas de Blanco Laura Pollán!

¡Bravo por las Damas de Negro Mar por Cuba!

 

Luis G. Infante PP#34028

 
¿Dónde está el camillero de la Cruz Roja? PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 14 de Abril de 2012 19:15

Por Huber Matos Araluce.-

Por mucho que el régimen vigiló y  reprimió a la oposición durante la visita papal, bastó un audaz santiaguero para que  el mundo se diera cuenta de lo que verdaderamente quieren y piensan los cubanos.

Andrés Carrión no gritó abajo el embargo sino “¡Abajo el comunismo!”. Ni pidió cambios económicos sino exigió  la “¡Libertad!” para los cubanos.

Lo simbólico de la  protesta de Andrés Carrión es que la hizo sin el amparo ni la ayuda de ninguna organización.  La hizo por su iniciativa personal y en nombre de todos los cubanos.

El descalabro publicitario sufrido por esa protesta se magnificó cuando millones de televidentes en el mundo fueron testigos de la agresión cobarde e innecesaria contra un hombre que en ningún momento empleó la violencia ni se resistió al arresto.

La policía no detuvo al verdadero agresor, “el camillero de la Cruz Roja”, sino a la víctima, que fue secuestrada sin ningún derecho. Cuando muchos días después su madre pudo verlo, explicó que Andrés trataba de decirle algo urgente con la mirada porque no le permitían hablar.

Ahora ha sido acusado de “desórdenes públicos” y puede ser condenado por hasta por cuatro años de prisión.  Su madre ha confesado que no han podido encontrar un abogado que lo defienda.

La Iglesia Católica cubana debía poner a disposición de Andrés la mejor de las defensas legales. El protestó en el contexto de un acto religioso y sagrado, por lo que no debiera ser desamparado por la institución.

Alega la tiranía que el abuso físico contra el detenido fue propiciado por un camillero de la Cruz Roja cubana que misteriosamente no identifica por su nombre.  En cualquier país del mundo el camillero habría sido detenido y acusado ante los tribunales.  Pero en Cuba no; en Cuba lo han escondido.

Extraña coincidencia, ya que tampoco aparece Francisco Santana Grabayan, de muy parecida descripción.  Ladrón, chivato y salvavidas del hotel Playa Blanca en donde por robarse el cloro fue sancionado y protegido por el gobierno, que le dio un nuevo trabajo en el  hotel Versalles.  Ahora tampoco aparece porque lo han mandado de vacaciones.

 
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