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Artigos: Cuba
La Tala de los Robles PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Domingo, 04 de Julio de 2010 19:42

Por PEDRO CORZO

Fueron pinos nuevos como hubiera dicho José Martí, pero el sacrificio continuado, la entrega a una causa que defendieron hasta el último aliento los transformó  en robles, en símbolos de una resistencia que ha superado toda expectativa e infinidad de vicisitudes.

Los robles están cayendo. Hace años que la oscuridad se viene cerniendo sobre un bosque de hombres y mujeres que en los mejores momentos de sus vidas escogieron el camino más difícil,  que como es sabido es el del deber.

La guadaña esta haciendo una cruda cosecha de muerte e inexorablemente, según transcurran los días, ya no son años, serán más los que integraran el pasado, aunque los que sobrevivan quieran seguirlos viendo en presente.

Medio siglo de confrontación, tenacidad y perseverancia han impuesto un precio. Nunca imaginaron los que estrenaron la adolescencia en la lucha contra el totalitarismo y que sobrevivieron a sus crueldades, que el proceso iba a ser tan despiadado y cruento. La realidad contrarió sus sueños y esperanzas. No importaron sacrificios ni esfuerzos. El resultado les superó la vida.


La vida la recorrieron conscientes del camino que les correspondían. La adversidad fue vencida por las convicciones. Cierto que tomaron el descanso de la familia, de los hijos y los nietos, pero   nunca dejaron la ruta. Permanecieron comprometidos. No se dejaron seducir  por una vida en las que sus obligaciones con la tierra en la que habían nacido no estuvieran presentes.


Las frustraciones y los desencantos no impidieron que continuaran hasta el último suspiro mirando el sol de frente y exigiendo para los demás lo que anhelaban para ellos. Escogieron su destino y la manera de vivir y hasta la de morir en paz consigo mismo, una condición que demanda una entereza moral extrema.


Fue Cronos, mas que la dictadura y sus feroces esbirros quien venció a hombres como Reinaldo “El Chino”  Aquit Manrique, José “Pepe” Fernández Vera o Rigoberto “El Látigo”  Acosta y los muchísimos que le precedieron y los innumerables que seguirán sus pasos.
Reinaldo Aquit estaba hecho de la madera de los héroes y mártires. Coraje para enfrentar cualquier prueba y hasta para pelear con el minotauro. Luchó contra la dictadura y vio morir en el paredón a varios de sus compañeros. Uno de los caídos fue su hermano Diosdado, asesinado en el presidio de Isla de Pinos.


Su rebeldía era inagotable. No importaban los fracasos. En la prisión de Santa Clara intentó fugarse. Años más tarde lo haría con éxitos en la prisión de Isla de Pinos. Estuvo oculto por meses, intento varias veces salir del país hasta que fue traicionado por el embajador de Méjico en Cuba. Regresó a prisión pero no vencido. Enfrentó las represalias. Planto al trabajo forzado.


En el exilio no le ganó el descanso y menos el retiro. Estudió, trabajó. Paralelo a la vida de hogar continuó la lucha por la democracia en Cuba. Constituyó agrupaciones contrarias al castrismo y fueron solidarios con todos los que asumieron la confrontación como medio para derrocar la dictadura.


Rigoberto Acosta fue un campesino sin estudios,  que  supo defender sus derechos con más coraje que el mejor de los letrados. Enfrentó simulaciones de fusilamientos, cumplió largos años de cárcel y practicó con sus  compañeros de cautiverios una fraternidad ilimitada.

 

La crueldad del enemigo no endureció su alma. Atendía a los amigos enfermos, era capaz de alimentarlos, de  velar sus sueños, y cuidarlos como el más comprometido de los enfermeros.
Al salir de la cárcel en Cuba viajó a Estados Unidos. Se incorporó a la lucha en el exilio. No pensó en las consecuencias, simplemente hizo lo que su deber le imponía porque siempre estuvo dispuesto a pagar el precio.


Su lucha contra el castrocomunismo no se circunscribía a Cuba, por lo que no dudó en viajar a Nicaragua para con las armas en las manos combatir el sandinocomunismo. Viajó a escondidas, sin ayuda de ningún gobierno y siempre pagó el precio por defender sus ideales.


La primera quebradura del corazón de Rigoberto Acosta tuvo lugar en Nicaragua. En las montañas un compañero resultó herido, se lo cargó a la espalda y subió montañas para bajarlas y volverlas a subir hasta llegar a Costa Rica. Allí le falló por primera vez un corazón que le quedó chico a la grandeza de su alma.


“Pepe” Fernández Vera, fue pionero en la lucha contra el castrismo en las montañas del Escambray. Un conversador infatigable, porfiado hasta agotar a sus rivales. Seguro de si mismo. Firme en sus convicciones. Dotado de una memoria prodigiosa y de una simpatía contagiosa.Su orgullo era haber nacido en Trinidad. Sus “guajiros” no tenían defectos y los alzados del Escambray  eran los hombres más valientes que habían nacido en Cuba.


Compartió con varios de los jefes legendarios  de las guerrillas del Escambray. Fue compañero de los comandantes Osvaldo Ramírez y  Julio Emilio Carretero. Cumplió años de cárcel. Nunca dudo de la causa ni evadió responsabilidades. Sufrió el desplazamiento forzoso. Estuvo en los Pueblos Cautivos. Jamás se dio por vencido y la muerte para derribarlo tuvo que tomarlo por sorpresa.


Muchos robles han caído. Eusebio Peñalver, Mario Chanes de Armas, el infatigable Rolando Borges. Muchos han partido. La muerte les ganó la partida pero no el decoro. ¿Quien será el próximo en partir sin haber sido nunca vencido?

 

 

Pedro Corzo

Julio 2010.

Última actualización el Domingo, 04 de Julio de 2010 19:44
 
Cómo intenta sobrevivir el castrismo IV PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 03 de Julio de 2010 18:20

Por HUBER MATOS ARALUCE

Dogmatismo o pragmatismo

Aunque el plan de hacer de Cuba y Venezuela un solo país con dos presidentes no despertó entusiasmo en ninguno de los dos pueblos, el castrismo y el chavismo son dos cabezas del mismo engendro[i].

Por esta razón los castristas y los chavistas[ii] ven su relación con los Estados Unidos con una única perspectiva estratégica.   Cualquiera que sea la negociación –abierta o secreta- con Washington, esta tiene que fortalecer, nunca debilitar ese esfuerzo común.

Partiendo de esta visión se puede entender por qué el castrismo no ha querido negociar con el gobierno de Obama una apertura en Cuba.  Igualmente Chávez se niega a tener una relación normal con los Estados Unidos –su principal socio comercial[iii].  La prioridad del castro-chavismo es consolidar su poder en Venezuela.  Una vez alcanzado este objetivo,  Chávez puede aumentar el oxígeno al régimen en Cuba.  Este a su vez continuará ayudándole a neutralizar a las fuerzas de oposición en Venezuela.  Antes de eso, una negociación entre Raúl Castro y el gobierno de Obama sería inconveniente.

Los castro-chavistas llevan meses tratando de polarizar el conflicto venezolano para justificar las acciones que les permitan arrinconar a la oposición democrática en las próximas elecciones.  Por esa razón han insistido en la temática del enemigo yanqui y sus lacayos: Colombia y los golpistas venezolanos…Luis Posada y los terroristas que quieren asesinar a Chavez.

Antes de esa maniobra, un acuerdo entre el “Imperio” y el “socialismo” castrista en los términos que exige Obama –transición a la democracia- debilitaría la toma final del poder en Venezuela.

Tal transición conlleva: 1) El fin al apoyo del gobierno cubano a las fuerzas que conspiren contra la democracias en el continente; el chavismo es la más notoria y los iraníes no se quedan detrás. 2) El fin de la cooperación de futuro gobierno cubano con el narcotráfico.

Si Obama no exigiera el cumplimiento de ambas condiciones, estaría arriesgando su capital político y el del Partido Demócrata.  Se puede equivocar, pero no es probable.

Como la dependencia que tiene Chávez del régimen cubano es vital, quedarse sin su apoyo antes de consolidar su poder es muy riesgoso. Un acomodo entre el castrismo y los Estados Unidos desconcertaría  a una masa chavista para quienes  el capitalismo es el origen de todos los males de la humanidad y el socialismo del siglo XXI es su solución.  Mientras los militantes chavistas se lanzan a la conquista de ese futuro, el aliado cubano estaría regresando al pasado de la mano de los Estados Unidos.

Ese acuerdo tampoco sería bien recibido por los militares, agentes de inteligencia y represión cubanos que sirven de apoyo a Chávez, ni para sus contrapartes venezolanas.

Por eso la prioridad para el castro-chavismo es el mando total para Chávez.  Después podrán negociar con los yanquis y ponerles a estos sus condiciones. ¿Ayudarlos en la lucha contra el narcotráfico? ¿Protegerles su flanco sur contra la infiltración terrorista? ¿Quién mejor que los aliados de Irán en Latinoamérica para esa misión?

¿Puede Hugo Chávez una vez consolidado en el poder, aumentar la subvención a Cuba? Sin dudas.

En algo más de una década Hugo Chávez ha recibido ingresos por más de 700,000 millones de dólares.  Una suma astronómica para una nación con 28 millones de habitantes.

Venezuela tiene una de las mayores reservas energéticas del mundo.  Los recientes contratos con empresas extranjeras[iv] aumentarán sustancialmente la extracción de petróleo.

Aun duplicando su actual capacidad de producción[v] – aproximadamente 3 millones de barriles diarios- Venezuela no podría ni acercarse a suplir la demanda futura del continente, estimada en más de diez millones de barriles.

Pero los países americanos no son los únicos necesitados del producto. China le ha otorgado créditos a Caracas por 20,000 millones de dólares a pagar con futuras entregas de petróleo.

Hugo Chávez es un demagogo y un terrible mal administrador.  La corrupción entre sus asociados es crónica y reparte miles de millones de dólares entre sus incondicionales en Latinoamérica.  La baja en los precios del petróleo lo han puesto en aprietos relativos, pero a la hora de gastar en sus Fuerzas Armadas no le tiembla la mano.  Lo ha demostrado.

El castrismo es su guarda pretoriana dentro y fuera de Venezuela.  A Chávez no le importará dejar de importar productos por miles de millones de dólares si el castrismo necesita recursos para su supervivencia.   Llegará un momento en que en Venezuela, o no habrá encuestas de popularidad o no le importarán mucho a Hugo Chávez.

¿Puede fracasar el plan castro-chavista?

Continuará

 


[i]“Me voy muy satisfecho porque se consolidan y avanzan las relaciones con nuestros hermanos venezolanos. Cada día somos más la misma cosa”, dijo Castro, que llegó a Caracas el 18 de abril.

[ii] En la misma ceremonia Chávez dijo que los dos países “perfectamente pudiéramos conformar en un futuro próximo una confederación de repúblicas. Una confederación: dos repúblicas en una, dos países en uno”.

[iii]
El subsecretario de Estado para América Latina señaló que la relación con Venezuela es la "más difícil que tenemos en este momento en particular" al acusar al gobierno de Hugo Chávez de no tener disposición a un diálogo. "Es una relación difícil", reiteró.

[iv] la estadounidense Chevron, el consorcio español Repsol, Provietnam, la CNPC china, los italianos de ENI y el consorcio TNK-BP.

 

[v] El gobierno chavista dice que la aumentará –la producción- en 2.2 con una inversión extranjera de 80,000 millones de dólares en los próximos seis años.  Además, recibirá un pago de más de cinco mil millones de dólares por los derechos de exploración en los próximos tres años.

Última actualización el Sábado, 03 de Julio de 2010 18:22
 
SE ABRE EL ESPECTRO POLÍTICO CUBANO: COMUNISTAS, LIBERALES Y CONSERVADORES PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 02 de Julio de 2010 11:55

Por JORGE HENÁNDEZ FONSECA

 

 

En política, como en casi toda actividad importante, lo principal es lo que no se ve, lo que no se dice, lo que se oculta al “gran público”. A veces se hacen “comunicados oficiales”, redactados por especialistas en embustes, de texto jeroglífico, lenguaje rebuscado (pretendidamente culto) pero que no dicen nada, como corresponde a la información que merecen ‘las masas’.

¿A que fue el Cardenal Ortega a Estados Unidos, viajando con un “perfil bajo”? --como se dice en argot diplomático-- que para los simples mortales sería “clandestino”; así los ‘no iniciados’ se “quedan fuera”, porque nadie tiene que saber de las interioridades de tan alta figura.

Sin embargo, ese misterio crea el impulso que me lleva a escribir y hacer conjeturas. El Cardenal, envuelto en la isla en una negociación con la dictadura, se dice fue a EUA para “apoyar los viajes de norteamericanos a Cuba”, tema de una carta de buena parte de la oposición política del interior de la isla.

El Cardenal Ortega es la máxima figura de la jerarquía Católica Cubana y encabeza como se ha dicho una negociación de alto nivel con Raúl Castro. Parece lógico que el objetivo de Ortega al decidir personalmente viajar a EUA --en las actuales circunstancias-- sea a algo relacionado a las conversaciones con la dictadura, en la que los viajes desde EUA aparentemente no ocupan la agenda principal, aunque es muy probable que esté asociado con dichas conversaciones.

En este sentido, la llamada “Carta de los 74” parece ser la ‘cartada’ estratégica de los sectores opositores que en Cuba apoyan las conversaciones con la dictadura para resolver “el problema cubano”. Parece excesivo --después de la mencionada Carta-- que otra personalidad, como el Cardenal, viaje a reiterar una posición conocida. Adicionalmente, el Cardenal Ortega se reunió con Arturo Valenzuela, Secretario de Estado Norteamericano para los asuntos de América Latina, representante del ejecutivo y no del Legislativo, que es donde se discuten los viajes a Cuba.

Sobre esta base, hay dos posibilidades adicionales sobre la mesa (más bien bajo la mesa): una, tantear la posibilidad de que EUA otorgue el perdón presidencial a los 5 espías cubanos condenados en EUA, para un probable canje de presos cubanos por los espías; dos, propuestas relativas a la posibilidad de levantar del embargo, seguida de cambios en el área económica de la isla y el respeto a los Derechos Humanos. Una tercera posibilidad adicional es, lograr avances en los dos temas antes expuestos, como un primer paso de negociaciones políticas Cuba-EUA.

Las condiciones actuales están maduras para conversaciones directas entre  EUA y Cuba, porque es interés manifiesto del gobierno de Obama, e interés del gobierno de Raúl, a partir de la situación de calamidad en la isla. La iniciativa de Raúl de reunirse con el Cardenal Ortega tuvo a su vez objetivos que sobrepasan el interés único de apaciguar a las Damas de Blanco, o liberar unilateralmente presos políticos cubanos, en prisión precisamente para reunir la proporción de cinco a uno, entre los presos políticos en la isla y los espías condenados en EUA.

De manera qué, muy probablemente, Ortega está haciendo la mediación para el inicio de conversaciones políticas entre Cuba y EUA, lo cual sí ameritaría un desplazamiento personal del Cardenal a Norteamérica. La liberación de viajes de norteamericanos a Cuba y la posición favorable adoptada por un numeroso grupo de opositores cubanos, sirve de apoyo a la misión del Cardenal en su viaje, en sentido de señalar a EUA de la existencia en la isla de núcleos opositores importantes, que ven con buenos ojos el acercamiento entre ambos países.

Es importante acotar a continuación --desde mi personal punto de vista-- y del análisis político de lo que está sucediendo, que no hay ‘traiciones’, o problemas de tipo ético contra la oposición política cubana, en esta posición del Cardenal Ortega. Lo que está sucediendo claramente en el panorama político opositor de Cuba, es el deslinde de dos campos opositores nítidamente diferenciados: Uno, la oposición política cubana de dentro y fuera del país que privilegia una solución negociada con la dictadura castrista y que persigue una solución del “problema cubano” por etapas, a medio y/o largo plazo. Dos, la oposición política cubana de dentro y fuera del país, que se resiste a una negociación con la dictadura porque estima que ello implicaría aceptar un proceso de sucesión del mando dictatorial castrista de Fidel hacia Raúl.

He ahí el impase actual. Por un lado, un grupo de opositores que sitúan sus esperanzas en los viajes de norteamericanos a la isla, el levantamiento del embargo y las conversaciones con la dictadura, como pasos en sentido de la futura democratización de la isla, efectuado por partes; primero jerarquizar la efectivación de las demandas castristas a EUA, en paralelo con la libertad de los presos políticos cubanos, como forma de tener un crédito en las negociaciones para pedir apertura económica y algún acceso político. Este grupo cuenta con la Iglesia Católica y está conformado por los firmantes de la “Carta de los 74” , entre otros.

Un segundo grupo de opositores, encabezados por los casi 400 opositores internos firmantes de la otra Carta al Congreso de EUA para que no aprueben la liberación de viajes, además de los expresos políticos cubanos dentro y fuera del país y otros opositores, sobre todo en el exilio.

La muerte del mártir Orlando Zapata, la posterior rebeldía de las Damas de Blanco en paseatas pacíficas (pero sucesivas), la entrada en huelga de hambre de Guillermo Fariñas y otros disidentes cubanos y la “Carta de los 74” , han dado lugar a este nuevo panorama político, consistente en dos grupos opositores bien diferenciados. En este nuevo escenario el castrismo, de alguna manera ha pasado a reconocer parcialmente a uno de los dos nuevos núcleos opositores surgidos, ya que de cierta forma, ellos apoyan parte de sus demandas ante EUA.

El contexto internacional por su parte, tanto al interior de EUA como en España (representando a la UE ) favorece a uno de los dos grupos opositores; aquel que ve el camino de la negociación como vía de democratización. Ellos estiman que tanto EUA como España presionarán a la dictadura, después de concederle algunas demandas parciales sobre el embargo, para que libere los presos políticos cubanos, ejecute la apertura económica y mejore su acción en Derechos Humanos. La apertura política no aparece en la agenda, por el momento.

No obstante, y como entre los participantes del núcleo que privilegia la negociación con la dictadura hay una mezcla de periodistas independientes, blogueros, economistas y defensores de los Derechos Humanos, parece probable que en algún momento de la negociación con Raúl se toquen estos temas. ¿Hasta donde está dispuesta la dictadura a permitir blogs e Internet en Cuba?; esto no está muy claro, así como tampoco lo está el concepto que la dictadura tiene de Derechos Humanos, pero que formarán parte de la negociación en curso, sin dudas.

Como los dos grupos opositores creados poseen intereses disímiles, podríamos encuadrarlos en las tendencias políticas tradicionales. De esa manera, los que escogieron la negociación han tomado el camino más seguro, tranquilo y cauteloso, por eso pudieran denominarse “Conservadores”. De igual manera, aquellos que han escogido continuar el camino de la confrontación, son más rebeldes y arrojados, por lo que pudieran denominarse “Liberales”. Los miembros y simpatizantes del partido de Fidel y Raúl Castro, se auto catalogan “comunistas”.

Adicionalmente, ¿es el grupo asociado a la Iglesia Católica en las negociaciones y que además hace peticiones a EUA, de “derecha”? ¿El hecho de que casi siempre la Iglesia y EUA hayan estado en el campo “derechista”, es suficiente como para tildarlos como de “derecha”? Y lo contrario, ¿el grupo que se opone a las negociaciones con la dictadura, pretendiendo hacer otra “revolución”, es de “izquierdas”?. ¿El simple hecho que se quiera “cambiarlo todo” revolucionando el espectro político cubano y queriendo hacer otra “revolución” (ideal permanente de la izquierda) podría catalogar al grupo que se opone a negociar, de izquierdas?

Buenas preguntas, sobre todo en momentos que la izquierda mundial ya no reconoce más legitimidad a la dictadura castrista, dentro de lo que han llamado “izquierda democrática”. De ahí, que en el cambiante panorama político cubano debamos preguntarnos ahora: ¿Los derechistas tradicionales del panorama político cubano, han devenido en izquierdistas? Y ¿los izquierdistas tradicionales del panorama político cubano, han devenido en derechistas?

1 de Julio de 2010

 

Artículos de este autor pueden ser consultados en http://www.cubalibredigital.com

Última actualización el Viernes, 02 de Julio de 2010 11:58
 
Entre comunistas y católicos PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 27 de Junio de 2010 17:03

Por RAFEL ROJAS

Las conversaciones entre el cardenal Jaime Ortega Alamino y el general Raúl Castro propiciaron algunos ademanes -desfiles de las Damas de Blanco sin "actos de repudio", traslado de 12 presos políticos a centros de detención en sus lugares de origen, licencia extrapenal de Ariel Sigler Amaya, pronunciamientos de personalidades de la cultura insular a favor de la liberación de opositores, juicio a Darsi Ferrer y fin de condena en arresto domiciliario- que no por insuficientes y tardíos dejan de ser promisorios.

Varios medios han asegurado que es la primera vez que el Gobierno cubano reconoce como mediador a un actor nacional, pero lo cierto es que ese tipo de conversaciones entre las jerarquías de la Iglesia católica y el Partido Comunista tienen lugar, por lo menos, desde los años setenta y casi siempre han contemplado el tema del presidio político.

En su negociación con la Iglesia el Gobierno cubano ha liberado presos políticos como moneda de cambio

La Iglesia católica sale reforzada y consolida su posición mediadora

En octubre de 1978 se produjo el llamado "primer diálogo" entre un sector del exilio y el Gobierno de Fidel Castro, que logró, además del inicio de los viajes de emigrantes a la isla, la liberación de 3.600 presos de conciencia, casi todos, arrestados 17 años atrás. Dos líderes del exilio involucrados en aquel proceso, la académica católica María Cristina Herrera y el banquero judío Bernardo Benes, han narrado el papel de la Iglesia en aquella negociación. Aquel entendimiento tuvo a su favor la distensión diplomática del presidente Jimmy Carter, su énfasis en los derechos humanos, pero también las aproximaciones entre católicos y comunistas cubanos y latinoamericanos, generadas por el auge de la Teología de la Liberación.

Durante 30 años las relaciones entre Iglesia y partido, agenciadas por la Oficina de Asuntos Religiosos de este último, han sido fluidas y a la vez tensas. En más de una ocasión, la jerarquía católica ha demandado mayores espacios de comunicación para realizar su labor pastoral y ha cuestionado diversas políticas oficiales: desde las que fomentan la intolerancia y el autoritarismo hasta las que favorecen la diversidad sexual y el derecho al aborto. No pocas veces el Gobierno cubano ha limitado el liderazgo cívico de la Iglesia, a pesar de su disposición a reconocerla como la principal institución de la sociedad civil cubana, como se constató en los años previos y posteriores a la visita del papa Juan Pablo II, en 1998.

Dicho esto, habría que reconocer los beneficios del diálogo católico para la democratización de Cuba, sin ocultar sus límites. Existe en ambas jerarquías, la comunista y la católica, una dañina tendencia a presentar ese diálogo como "nacional" o como si en el mismo estuvieran representadas todas las voces de la sociedad cubana. Se trata, como le gusta decir a Fernando Savater, de una aplicación de la figura retóricade la sinécdoque al proceso de representación política, por la cual una parte se arroga el derecho a hablar por el todo. Las exclusiones de ese diálogo son evidentes, como puede comprobarse, por ejemplo, en las más importantes publicaciones de ambas instituciones: opositores o críticos liberales, democristianos o socialdemócratas son estigmatizados o silenciados en las mismas.

El reconocimiento de la Iglesia católica como institución básica de la sociedad civil tiene sentido toda vez que la misma cuenta con una feligresía o una identificación confesional -por muy flexible que sea- de más de la mitad demográfica cubana, dentro y fuera de la isla. Dicho reconocimiento hace visible, al menos, un pedazo de la pluralidad ideológica de Cuba, ya que doctrinalmente el catolicismo, lo mismo en Roma que en La Habana o Miami, no puede suscribir la ideología marxista-leninista ni el orden institucional del socialismo cubano. La Iglesia no se opone públicamente a dicha ideología ni a dicho sistema, y los da por legítimos, pero tampoco oculta su discrepancia filosófica o moral con los mismos.

Sin embargo, ese reconocimiento también implica el ocultamiento o la marginación de otras iglesias, instituciones o asociaciones de tipo religioso, racial o cultural, que también forman parte de esa sociedad civil. No pocas veces el discurso oficial presenta a la Iglesia católica como frontera del pluralismo, es decir, como si esa institución fuera la única alternativa tolerable -por ser "verdaderamente representativa"-, con lo cual se justifica la intolerancia, ya no de otras instituciones o asociaciones de la sociedad civil, sino de las organizaciones opositoras de la sociedad política. Salvando distancias, ese arreglo tiende a reproducir, con la hegemonía de la Iglesia católica en la sociedad civil, la hegemonía del Partido Comunista en la sociedad política.

No podría valorarse el diálogo reciente entre Iglesia y partido en Cuba sin medir sus alcances reales. Esta vez, a diferencia de otras negociaciones en el pasado reciente, la Iglesia no ha pedido mejores condiciones para su labor pastoral, sino liberaciones de presos políticos. Se trata, pues, de una demanda de amnistía que no puede satisfacerse con un editorial de Granma, la bienvenida al canciller Mamberti o el debate académico de la Semana Católica. No queda más remedio que concluir que el compromiso del Gobierno con la mediación de la Iglesia ha sido, hasta ahora, ambivalente: solo 12 presos fueron trasladados, no liberados, y la misma semana que se produjeron los primeros traslados la policía detuvo a 38 opositores, durante más de 48 horas, para impedir que se reunieran en casa del líder liberal Héctor Palacios.

Hay, por lo visto, una diferencia entre la coyuntura actual y la de hace 30 años, cuando el Gobierno concedió la mayor liberación de presos políticos del último medio siglo. Entonces La Habana negociaba desde la estabilidad y la consolidación nacional e internacional; ahora debe negociar desde la incertidumbre y el cuestionamiento doméstico y foráneo. Lo peor de un sistema totalitario que negocia o aparenta negociar en su decadencia no es tanto la irrealidad de lo que pide como la precariedad de lo que ofrece a cambio de permanecer inmutable. El deterioro de los derechos políticos en Cuba es tal que ni la más generosa amnistía lo resuelve.

En toda negociación no solo se sopesan costos y beneficios de lo que se demanda y lo que se concede: también se intercambian símbolos y efectos colaterales. Es evidente que el Gobierno cubano decidió alentar la revocación de la Posición Común de la Unión Europea por medio de la buena voluntad de Roma y Madrid. Aunque haya ofrecido poco y con un perverso manejo de los tiempos -dos días antes de la reunión de los cancilleres en Luxemburgo se produjeron los últimos traslados-, la Iglesia sale reforzada, ya que consolida su posición mediadora ante los familiares de los presos, la oposición, el exilio y buena parte de la ciudadanía insular y la comunidad internacional.

En su negociación con la Iglesia, el Gobierno demostró que entiende a los presos políticos como moneda de cambio. Los traslados y la suspensión de actos de repudio contra las Damas de Blanco fueron apenas un tanteo de la posibilidad de flexibilización de la política europea hacia la isla, alentada por Madrid y Roma. Además de esperar hasta el último minuto, los líderes cubanos no han resistido la tentación de enviar mensajes contradictorios: cancelaron el viaje a la isla del relator de la ONU contra la tortura, Manfred Nowak, y liberaron a Sigler, condenaron a Ferrer y lo enviaron a su casa.

Las negociaciones con una dictadura, podría pensarse, son así. Pero no deja de ser trágico que una de las piezas de ese intercambio sea la libertad de 200 opositores pacíficos, injustamente encarcelados por delitos de asociación y conciencia.

Rafael Rojas es historiador cubano y exiliado en México. Ha ganado el primer Premio de Ensayo Isabel Polanco con Repúblicas de aire.

Última actualización el Domingo, 27 de Junio de 2010 17:11
 
Cómo intenta sobrevivir el castrismo III PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Lunes, 28 de Junio de 2010 10:56

Por HUBER MATOS ARALUCE

¿Es tan loco Hugo Chavez?

La opinión generalizada entre mucha gente es que Hugo Chávez es un gobernante desastroso y que Venezuela está sumida en un caos por su mal gobierno.   Mientras más anti-chavista es la persona, su opinión de Chávez se radicaliza: es un estúpido, un vulgar y un loco que no sabe lo que hace.

Sin embargo Hugo Chávez lleva diez años controlando a Venezuela y cada vez acapara más poder.  Una forma de explicar este fenómeno es responsabilizar a la oposición por estar dividida. Alguien tiene que tener la culpa de que el “loco” siga gobernando.  Es un argumento cómodo.  Cuando los problemas son complejos las simplificaciones están siempre a la mano.

Todavía más incompresible, en especial para los cubanos, es que Hugo Chávez se autoproclama “hijo” de Fidel Castro y su heredero político.  Para nosotros Venezuela sigue el modelo que ha llevado a Cuba a la ruina.  Como allí todavía existe una oposición,  la situación económica es un desastre y la criminalidad incontrolable,  tenemos la tendencia a creer que los días de Chávez están contados.

Es que estamos viendo la parte de la realidad que nos conviene, creemos además, que con la caída de los precios del petróleo, Chávez casi no puede mantener la subvención que sostiene a la tiranía castrista en el poder. Siempre nos ilusiona el rumor de que entre Chávez y Raúl Castro no hay química.  Como si la relación entre ambos gobernantes fuera una cuestión de simpatías.

¿Una locura con un propósito?

No niego que Hugo Chávez sea un megalómano, es decir un fantasioso, presumido, jactancioso, vanidoso y maniático personaje. Chávez ha logrado mantenerse en el poder a pesar - o con la ayuda - de su megalomanía.  Me inclino a pensar que gracias a ésta.  ¿Por qué?

Desde el principio Chávez ha sido aconsejado por Fidel Castro.  Sigue visitando Cuba con mucha frecuencia.  Fidel le debe haber advertido que en Venezuela tenía que desarticular a los sindicatos opositores, como él lo hizo  en Cuba.  También que tenía que depurar las Fuerzas Armadas de los oficiales que no le fueran incondicionales y, neutralizar el poder de la burguesía rompiéndoles su columna vertebral hasta llevarlos a la quiebra sino lo obedecían.

Además tenía que concentrar en él mismo, los poderes tradicionales de una estructura democrática.  Chávez es el presidente, el legislador y el juez.   Todo lo anterior es fundamental para un ególatra, pero falta un requisito adicional que Chávez ha alcanzado gracias a su “locura”.

Cuando Chávez habla no lo hace para el porcentaje de venezolanos que prefiere una democracia, sino para los que necesitan seguir ciegamente a un predestinado o aprovecharse de él.  Chávez lo ha logrado con sus payasadas y desfachatez.  Sencillamente lo aman.

Ninguna tiranía populista puede gobernar si no tiene un sector de la población fanatizado.  Hugo Chávez tiene en Venezuela suficientes venezolanos dispuestos a tirarse a la calle, y con el amparo de las Fuerzas Armadas, aplastar a la oposición democrática cuando ésta intente tomarlas.

Para gobernar en una dictadura no hace falta la mayoría, sino la represión, el espionaje, la vigilancia, las armas y el populacho listo para romper cabezas a quien desafié al sistema.

La receta no la inventó Fidel Castro. Había que ser un “loco” como Hitler o Mussolini, un demagogo como Castro o un payaso como Hugo Chávez para ponerla en práctica.  Chávez es un “celebrity” para el porcentaje y el tipo de venezolanos que él necesita.

El castrismo le ha brindado a Chávez los consejos y la experiencia represiva y subversiva. Ha puesto a su disposición a miles de cubanos con las más variadas experiencias a su servicio, desde médicos y entrenadores de deportes hasta militares y policías políticos.

El hecho es que la tiranía castrista hoy controla –directa o indirectamente- al país con las reservas energéticas más grandes del continente y una de las más grandes del mundo.  Con la ayuda de la dictadura castrista -que se hace la tonta mirando para otro lado- Chávez está a unos meses de consolidarse en el poder.  Si lo logran, el escenario será muy diferente al actual.  Tal vez por eso Raúl Castro está en Cuba disfrazado con piel de oveja y asistiendo a misa.

Continuará

Última actualización el Domingo, 04 de Julio de 2010 19:44
 
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