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Artigos: Cuba
ESCUELITA PARA FUTUROS DIRIGENTES PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Sábado, 27 de Noviembre de 2010 11:19

Por MARZO FERNÁNDEZ

Un gran amigo que recientemente fue a Cuba, despues de mas de 40 anos de ausencia, y con el solo objetivo de enterrar a su querida madre y visitar las tumbas de sus familiares mas queridos; me llamo para comentarme algunas de sus experiencias en la Isla, bastantes deprimentes, y sobre todo
de lo que todos saben y nadie comenta.  Como me lo contaron, te lo cuento.

Se "filtra" que en el  equipo de direccion del partido, va a ver una renovacion de mas del 50% de los actuales dirigentes;  habra una combinacion de "viejos" dirigentes que permaneceran es sus cargos y nuevas  incorporaciones provenientes sobre todo, de las fuerzas armadas y de las filas de la juventud comunista.  Se "filtra" que la seleccion de los nuevos
ingresos, se esta efectuando con extremo rigor y bajo la supervision de
una comision de alto nivel, creada al efecto.

Tambien se "filtra" que en la Calle 160 en el Reparto Flores, se encuentra
funcionado la "escuelita de los elegidos" donde estan recibiendo instruccion
un grupo de dirigentes los cuales deberan asumir las riendas del poder en el proximo congreso.  Para Fidel y Raul, se crearan cargos honorificos de caracter vitalicio, y se les mantedra una invitacion permanente a todos los
eventos de caracter gubernamentales o politicos, por vida.

Se dice, que en "la escuelita" estan participando tres grupos de 4 personas
cada uno, en cada grupo de 4 hay dos civiles y dos militares.  Todos han
sido egresados del Colegio Nacional de La Defensa.  Los profesores, estan siendo, Fidel, Raul, Machado Ventura, Fernandez Gondin y Lopez Meira y
un grupo de veteranos  funcionarios de relaciones exteriores.

Se sabe que en uno de los "grupos" se encuentra el coronel Alejandro Castro Espin junto a un general de apellido Munoz. Tambien se conoce, que el
famoso Alberto Rodriguez Lopez Callejas, el yerno de Raul, fue sustituido
de todos sus cargos y traladado de inversionista a las obras del Puerto del
Mariel, despues de una reunion familiar en la que participaron los hnos Castro.Deborah y Julio Casas.

Hasta aqui la informacion, y como cometario adicional se habla de "varios"
escandalos de corrupcion que estan salpicando a Ricardo Alarcon que se
encuentra de visita en China, asi como al controversial Eusebio Leal.  Tambien le estan "trapitos sucios" al difunto Felpe Perez Roque, puede
que haya hasta carcel.  No me extranaria, la purga es la purga.

Tambien me comentaba la avidez que habia de los videos de Miami,
locura con los de Carlos Otero y de Alexis Valdes, a traves de los de
Haza y MaElvira, todo el mundo me conocia, le preguntaban si yo de
verdad era de la CIA, y por suerte muchos me mandaron saludos y
uno , gracias a dios, me envio unos tabacos y una botella de ron.
Incluso,  me decia que habia un monitoreo permanente de todo lo yo decia o escribia.  Que bueno, parece que molesto.

Antes que se me olvide, se encuentra disfrutando de vacaciones en Miami
el sanguinario y asesino de Augusto Martinez Sanchez, cuando se le aplicara la justicia a este senor.

Si realmente quieren conocer como viven los castristas en Miami, y de quien recibe donaciones el Cardenal Ortega, no es bla bla , son fotos , vea el
web www.nuevoaccion.com.  del patriota Aldo Rosado. Se van a sorprender.

Marzo Fernandez
FUNDACION " MARZO FERNANDEZ"
http://www.facebook.com/pages/FUNDACION-MARZO-FERNANDEZ/121398947880492?ref=ts

Última actualización el Sábado, 27 de Noviembre de 2010 19:35
 
Epílogo para el crepúsculo de la utopía revolucionaria cubana PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Viernes, 26 de Noviembre de 2010 02:08

Por Jorge Hernández Fonseca

 

Un verdadero abismo se abre entre la utopía revolucionaria cubana de mediados del siglo XX, con su lucha guerrillera en el campo y las ciudades, sumado al triunfo arrollador de todo un pueblo insurgente ante la dictadura de Fulgencio Batista --liberando ciudades y campos del yugo opresor-- que cercenara años antes el paso democrático de la Nación cubana, una de las más desarrolladas en los aspectos sociales, económicos y culturales de Nuestra América y la pobreza social, política, intelectual, cultural, material y humana de la sociedad cubana de hoy.

 

La base de la utopía revolucionaria era derrotar la dictadura e implantar un sistema democrático vital que permitiera el avance político, para ponerlo a la par de nivel alcanzado entonces por la sociedad civil cubana, convertida en la azucarera del mundo y proveedora de una música arrolladora y rítmica, así como una narrativa novelesca, en el radio y la televisión, que se expandió universalmente, dando a conocer el nombre de una isla única, creativa y pujante.

 

La historia es conocida. Una ideología político-económica, también pujante y en expansión, con su componente de “dictadura del proletariado” y de sentimiento anti-norteamericano, se adueñó de las mentes de los principales líderes de la gesta cubana, que aprovecharon para erigirse en “dictadores buenos”, desdiciendo sus promesas insurreccionales y traicionando la revolución.

 

No obstante el haber usado la base engañosa de promesas democráticas, de jurar no ser comunista, de prometer elecciones en 18 meses, Fidel Castro y sus seguidores se hicieron de una ideología foránea, estructurada y sólida, seguida por una buena parte de la intelectualidad cubana de la época, con la que consiguió cautivar (con su teoría) la masa obrera de la isla (la obrera solamente, porque los campesinos se levantaron en armas a lo largo y ancho del país).

 

Han pasado ya 52 años y las promesas teóricas del marxismo no se cumplieron. Los países que apoyaron la aventura comunista cubana ya renunciaron a semejante ideología y la masa obrera cubana, seguidora de los sofismas “revolucionarios”, es ahora traicionada por segunda vez con la amenaza de ser despedida de sus trabajos, por razones opuestas a la lógica que apoyaron.

 

Sin embargo, de aquella ideología derrotada --sobre la cual el partido dirigente de esa revolución de mentira insiste en esclarecer que ya no funciona más-- exige continuar con uno de sus postulados: aquel que permite a una élite auto-declaradamente equivocada, detentar eternamente el poder político. Ora, si sabemos que la ideología base que sustentó el castillo de naipes revolucionario se derrumbó desde dentro, ¿como mantener la dictadura que lo generó?

 

Ya no hay intelectuales con valor para justificar ideológicamente la continuidad en el mando. El principal dirigente se desnuda impúdicamente ante sus súbditos y el principal ejecutor de la “nueva experiencia” se declara como maestro de una nueva disciplina, la economía, después de 52 años de fracasos con su “ciencia” anterior, inicia ‘otro’ camino rumbo a lo desconocido.

 

Al inicio de la fracasada experiencia socialista cubana, reconocidos intelectuales criollos defendieron solidamente la utopía comunista. Juan Marínelo, Nicolás Guillén, Carlos Rafael Rodríguez, entre otros –con los cuales se puede discrepar (se debe discrepar, después del desastre socialista mundial)-- pero lo que no se puede es dudar de su sólida formación marxista, repleta de argumentos e ideas, expuestas en innumerables debates al inicio del fracasado proceso político. Hay tres ejemplos que demuestran la orfandad “revolucionaria” actual.

 

En primer lugar, el ideólogo principal del “castrismo”, Fidel Castro, tiene ahora una carencia de imaginación lastimosa. Expuso impúdicamente, como corresponde a un hombre senil, que “habían cometido numerosos ‘errores’, el principal de los cuales –dijo-- fue el haber creído que sabían de socialismo (y mismo así, obligaron a todo un pueblo --y a una sociedad-- a seguir caminos que no sabían cuales eran) cuando realmente no sabían nada de eso”. Es como para llorar. ¿Cómo es posible que en un país decente el jefe del partido gobernante declare públicamente que de socialismo no sabían nada, cuando sometieron a una nación a semejante régimen?

 

No se trata ya de los “enemigos” fusilados inútilmente, que sí sabían que el socialismo sólo llevaría al empobrecimiento; ni de los adversarios presos largos e injustos años por evitar el trauma actual al pueblo cubano. Se trata de los que apoyaron sin reservas ese socialismo y que ahora morirán en la orilla. Barriendo con esta caterva de canallas es como único se justifica el aceptar que se diga, desde el fondo del pozo, que de socialismo no sabían nada. ¡Que se vayan!

 

En segundo lugar vale la pena analizar al político actuante principal actual, Raúl Castro, que reúne a sus ministros para decirles que “deben aprender una asignatura: la economía”; demostrando con esta barbaridad inaceptable en un país decente, la disposición de la banda gobernante, de continuar con experimentos que ni los propios ministros saben. Carente de legitimación y sobre los escombros de lo que hicieron, continúa con otras “pruebas”.

 

En el país que vivo, Brasil, acaba de resultar electa una mujer de izquierdas para presidir el país a partir del primero de enero y el proceso de escoja de sus ministros se desarrolla públicamente teniendo como base el conocimiento de los posibles candidatos de los problemas de cada ministerio, siendo el de economía uno de los más exigidos. Jamás, en un país democrático, incluso con un gobierno de izquierdas, al presidente se le ocurre decir que los ministros tienen que “aprender la asignatura economía”. ¡Es una verdadera vergüenza!

 

Como tercer ejemplo de orfandad traemos a un intelectual cubano; uno de los músicos más reconocidos de la isla, Leo Brouwer, con dotes de defensor contemporáneo de la dictadura. Acaba de dar una entrevista, a partir de un merecido premio internacional de música, en la que habla con profundidad y categoría sobre música, pero que lamentablemente adopta la práctica castrista de faltarles el respeto a sus interlocutores, hablando verdaderas sandeces como si fueran serias, al decir que “no todos los norteamericanos son yankees” y restando importancia al esfuerzo democratizador, un embuste que sólo cabe en Cuba, pero no en el mundo libre.

 

Como es posible que un intelectual y músico, que ha dado una entrevista profundizando conceptos especializados, con razonamientos sofisticados y base amplia en el tema que toca, regodeándose en expresiones que sientan cátedra, venga a querer viajar a la epidermis de lo trivial y lo fantasioso, inventando algo tan superficial que nadie lo va a creer, comenzando por él mismo, mimetizándose de repente en una especie de vendedor de “corbatas baratas”. Esos son los intelectuales, malabaristas de la palabra, que la dictadura tiene para defenderla.

 

La Nación cubana está sufriendo un inmerecido castigo de parte de una cuadrilla de asaltantes del poder político, que además de hacer polvo la próspera sociedad cubana de los años 50, ha limitado lo mejor del pensamiento del interior de la isla, exiliándolo. No hay en Cuba más pensamiento que la propaganda castrista, creada por policías, porque ya no hay intelectuales.

 

Hasta cuando los cubanos tendremos que soportar la carga represiva y empobrecedora que ahora padecemos y que ha convertido un ideólogo en un viejo mentiroso, un presidente en un maestro de escuelita de ministros y un músico famoso en un “estirador de bastidores”.

24 de Noviembre de 2010

 

 

Artículos de este autor pueden ser consultados en http://www.cubalibredigital.com

Última actualización el Viernes, 26 de Noviembre de 2010 02:10
 
La dinastía y el Congreso del Partido PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Lunes, 22 de Noviembre de 2010 10:38

Por HUBER MATOS ARALUCE

Fidel y Raúl se dijeron demócratas cuando les convenía;  luego usaron el credo comunista para explotar a la URSS  y engañar al pueblo cubano.  Ahora que ven la muerte al acecho, se han convencido de que la auténtica vocación familiar es gobernar para siempre.  Un Castro detrás de otro durante todo el siglo XXI.  Por eso han decidido que la dinastía es la mejor forma de gobierno.  Es superior porque es permanente. Nunca hay que rendirle cuentas al pueblo.  Además, los reyes se enriquecen con la actividad privada: la nacional y las inversiones extranjeras.

 

Primero fue Fidel,  el rey padre y ahora Raúl, el rey hermano.  Luego aspiran a que sea uno de sus hijos.  Seguirá uno entre los nietos y así per saecula saeculorum.  Todos los demás, los hombres y mujeres, los viejos y los niños, los generales, coroneles, capitanes, tenientes, soldados, comités de defensa, son los vasallos del nuevo imperio del que ya forma parte Venezuela.

 

No es una dinastía por mandato divino, a la usanza europea. En las dinastías revolucionarias la legitimidad emana de la transmutación del proceso en la persona de un hombre.  En Cuba fue Fidel y  absolutamente nadie más.  El era la revolución.  Ahora la revolución reencarna en Raúl.  El único con derecho al trono.   El que puede mentir y equivocarse sin que nada le pase.  En Corea del Norte esta  metamorfosis ha sido  la fuente del poder de tres generaciones:  Kim Il Sung padre, Kim Jong-il hijo,  Kim Jong-un nieto.  Los Castro son su contraparte caribeña.

 

Por eso cuando la dinastía habla de las reformas económicas, o de trucos que parezcan reformas, nosotros los de la oposición podemos estar o no de acuerdo.  Es una cuestión de opiniones, aciertos o adivinanzas.  Pueden o no hacer  reformas.  Si  las hacen será creyendo que con ellas consolidan el poder, y si las frenan lo harían con el mismo fin.

 

Harán lo que tengan que hacer para tratar de sobrevivir.  Por eso parece que se contradicen, pero no es así.  Están dejando todas las puertas abiertas y cerradas al mismo tiempo.  Ellos saben que están  arrinconados por sus errores y por las circunstancias.  Pero la familia no se rinde porque no puede. Hay muchos recursos malversados.  Hay muchos crímenes que pagar.  No quieren tener que huir de Cuba y vivir perseguidos para siempre.

 

El problema del castrismo no es que la fórmula se agotó, sino que se agotó la gente.  La fórmula nunca fue viable y el desastre presente es su inevitable resultado. Han gobernado a tres generaciones de cubanos con la mentira,  la violencia y la hipocresía.  Hoy reinan sobre un pueblo que lo simula todo.  Un pueblo que no les cree nada.

 

Los Castro no saben qué hacer con una población descreída y cansada.   No entendieron que, cuando el líder se convierte en el objetivo del proyecto político, los triunfos son personales y los fracasos también.   Con un país en ruinas y con la humillante alternativa de tener que reconocer, medio siglo después, que la salvación al caos es la empresa privada, a Raúl Castro no le queda otra alternativa que repartir los fracasos de la corona.

 

Entonces apela tardíamente a un congreso del Partido Comunista que debieron hacer celebrado hace catorce años. Cree que con eso podrá distribuir la responsabilidad de cinco décadas de errores y de los nuevos rumbos que implican una traición al socialismo marxista que abrazaron en 1959 a un terrible costo humano, social y económico para el pueblo cubano.  El Congreso del Partido solo le  servirá para escenificar ante el pueblo cubano un exorcismo ridículo y cínico.

 
Violencia y no violencia en Cuba PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Domingo, 21 de Noviembre de 2010 11:58

Por PEDRO CORZO

Las estrategias utilizadas por la oposición contra el régimen cubano han sufrido una severa metamorfosis durante estas cinco largas décadas; no obstante, a pesar de los cambios, los rumbos originales del accionar político se mantienen.

Los descontentos con el derrotero que tomaba la Revolución, que en su mayoría provenían de esas mismas filas, intentaron por medios políticos no violentos impedir el establecimiento de una nueva dictadura.

La protesta del presidente Manuel Urrutia Lleo, las denuncias del comandante Pedro Luis Díaz Lanz y la carta denuncia del comandante Húber Matos son hitos entre los muchos esfuerzos no violentos y cívicos por impedir el control totalitario, que concluyeron públicamente ese año con el rechazo de los dirigentes de la CTC a la titulada candidatura unitaria que otorgaba una representación inmerecida a la minoría marxista.

Los centros universitarios fueron escenarios de protestas pacíficas contra el comunismo. Pedro Luis Boitel intentó mantener la independencia de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU); otro tanto hizo en Las Villas Porfirio Ramírez, hasta que no tuvo otra alternativa que partir a las montañas para más tarde ser fusilado. Los estudiantes que protestaron pacíficamente en el Parque Central, dirigidos por Alberto Muller y Manuel Salvat, lo hicieron contra el comunismo y no contra la Revolución.

Las credenciales cívicas, entre otros, de José Ignacio Rasco, Antonio José Varona, Roberto Agramonte, Luis Conte Agüero y José Miró Cardona, los primeros dirigentes de la oposición en 1959, son indiscutibles, y si en un momento decidieron asumir otro método de lucha fue consecuencia de que el espacio para el tipo de confrontación que preferían, la electoral, había sido eliminado.

La Iglesia Católica cubana emitió numerosas pastorales que criticaban el rumbo del gobierno. Monseñor Eduardo Boza Masvidal fue particularmente firme en la defensa de la libertad religiosa. La respuesta gubernamental fue la deportación de más de 100 sacerdotes y la persecución abierta o encubierta de los fieles.

El régimen, según transcurría el tiempo, estableció un control sobre toda la sociedad que impidió cualquier acción política y social independiente. La violencia ejercida por el Estado impulsó a la oposición a la violencia. La sociedad se asfixiaba y como supremo derecho, señalado en el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ``Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión''.

Un aspecto marginal, pero a tener en cuenta, era que entre las tradiciones cubanas más lamentables estaba la lucha armada. La primera reacción de la oposición, incluyendo la de los partidos políticos al golpe militar del general Fulgencio Batista, fueron los atentados personales, sabotajes y la lucha guerrillera y terrorista que dirigió Fidel Castro. Un epítome de esa tradición.

La lucha fue dura y cruenta. Murieron cubanos de ambas vertientes ideológicas. Montañas y llanos conocieron, como nunca antes en nuestra historia republicana, la confrontación armada. La lucha en la clandestinidad fue dolorosa. El paredón, los atentados personales, muertos en combate, desaparecidos, la cárcel y el exilio.

El régimen logró imponer su voluntad a sangre y fuego. El país se dividió. El ciudadano se convenció de que el nuevo orden era inmutable. La percepción de un estado omnipotente y omnipresente impregnó la conciencia individual y colectiva. El fatalismo de que todo estaba preescrito y diseñado caló muchas mentes.

La intensidad de la confrontación disminuyó y aunque la pax castrista extendió su sombra por todo el país, nunca pudo extirpar de raíz la voluntad de cambio de un grupo de irredentos, que dentro o fuera de la isla, continuó luchando de diferentes formas, aunque siempre primó la violenta, particularmente desde el exterior.

partir de finales de la década de los 70 en Cuba surgió y se fortaleció con los años un activismo que en principio se identificó con el respeto a los derechos humanos pero que ha evolucionado hasta reclamar reivindicaciones políticas que se fueron radicalizando en el marco de la no violencia.

Por otra parte en el exterior, aunque hay organizaciones que favorecen la confrontación armada, siempre han operado otras agrupaciones que rechazan la violencia y creen en otras vías para resolver el drama nacional.

Por todo lo antes expuesto se puede afirmar que la oposición al castrismo es plural ideológica y políticamente, diversa en sus orígenes, diferentes las estrategias y distinta la historia personal de cada uno de sus actores que aunque genera muchas contradicciones coinciden en el más importante objetivo: derrocar el totalitarismo.



Read more: http://www.elnuevoherald.com/2010/11/19/840151_p2/pedro-corzo-violencia-y-no-violencia.html#ixzz15uv4rokz

 
Los supuestos subsidios del estado “revolucionario” cubano PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Viernes, 19 de Noviembre de 2010 12:08

Por Jorge Hernández Fonseca

 

Ahora, que la dictadura castrista ha echado a andar su máquina de propaganda con el próximo Congreso del Partido, junto a un documento escrito con cambios en la economía, considero importante resaltar un punto sobre el cual los alabarderos del castrato martillan a diario y que en el caso de los materiales de construcción ha salido con destaque en estos días: los subsidios que supuestamente el estado “revolucionario” cubano daría para financiar aquellos productos racionados que la población compra “por la libreta” de racionamiento.

 

Aunque la noticia de actualidad es que la dictadura eliminará “los subsidios” a los materiales de construcción, tan necesarios en una sociedad abandonada, son los alimentos racionados los que más se insiste en decir que son “subsidiados” por el ‘estado revolucionario’. Cuba, desde luego, y a partir de la implantación del sistema socialista en su economía, ha dejado de producir, tanto materiales de construcción como alimentos, y los tiene que importar en divisas.

 

Lo primero a ser aclarado es que la economía de cada país es un sistema organizado con bases relativas a lo que sucede dentro del propio país, habiendo, desde luego, mecanismos de traducción, transferencia y equivalencias con otras sociedades con las cuales se relaciona.

 

Es por eso que determinado producto --el “Big Mac” por ejemplo-- que es un tipo de sandwish bastante normalizado internacionalmente en sus ingredientes (y que por tanto tendría similar precio en todos los países) tiene un precio diferente según sea el país donde sea comprado, aún llevando rigurosamente a dólar el valor pagado en cada país, según las tasas de cambio.

 

No hay un precio único. Cada país tiene su nivel de vida y eso es lo que determina el valor de cada producto. El precio de la carne es diferente, de la lechuga, la salsa, etc. Igual sucede con el precio de los carros nuevos. Cada país impone sus precios, que tienen en cuenta los factores asociados a lo descrito anteriormente con los alimentos y otros específicos de estos productos.

 

En este contexto, ¿Cual es el nivel de vida existente dentro de la Cuba castrista? Resulta lógico suponer que en la isla, donde un médico gana 20 dólares por mes, un sandwish no puede valer sino centavos. No hay que subsidiar nada. Si el médico gana 20 dólares por mes, el campesino gana 8 dólares por mes, los jubilados ganan 5 dólares por mes, la economía se ajusta sola.

 

En realidad la dictadura cubana proclama un socialismo, que realmente es un capitalismo de estado, donde existe sólo una única empresa (el país) de un único dueño y donde el resto son empleados. ¿De dónde saca la dictadura castrista el embuste que “subsidia” los alimentos o los materiales de construcción? La dictadura concentra todas las ganancias y con ellas compra lo que necesita el país para continuar moviendo su pobre economía, en la que el asalariado se lleva una parte insignificante del valor real que crea con su trabajo, explotado doblemente.

 

Continuando en esta línea de razonamientos, parte de lo que sucede en la isla con su fracasada economía es decurrente de un criterio fuertemente arraigado en la mentalidad explotadora de los hermanos Castro, que nunca quisieron pagar por el trabajo que se hacía dentro de la isla, creando un sistema económico que, como se paga poco, se produce poco. En eso no hay misterios. Cuba ha ido involucionando económicamente, sin aumentos sensibles de salarios durante casi 50 años, mantiene una productividad de hace medio siglo. Involucionó.

 

La ausencia de la iniciativa privada --como fuente probada de riquezas-- es una fuerza a la que el castrismo renunció por prejuicios ideológicos. No puede una sociedad, competitivamente, avanzar sin la participación individual de cada ente económico de su tejido social, que es lo que permite el avance, la innovación y la capacidad emprendedora de cada uno de sus hijos.

 

Sin embargo, lo que tiene que hacer Raúl para tener producción, en el campo o en la ciudad, es pagar bien por el trabajo. Que aquellos que trabajan sientan que ganan dinero y que los límites sean aquellos propios de su esfuerzo y no del ojo ambicioso de dos hijos de un gallego tacaño.

 

Como que la isla tiene que comprar en Estados Unidos 80% del alimento que consume, este alimento tiene que pagarlo en dólares. Probablemente, la cuenta por concepto de alimentos que la dictadura tiene que enfrentar, es mayor que la totalidad de lo pagado como salarios en pesos cubanos (debido a la distorsión salarial, 15 dólares por mes). Es esta diferencia que le hace decir a la dictadura que “subsidia” la alimentación de su pueblo. Un verdadero embuste.

 

Si Cuba produce por ejemplo, azúcar en un central azucarero pagando 10 dólares por mes a sus trabajadores agrícolas e industriales, es lógico que la tonelada de azúcar producida tenga un costo de producción insignificante, en fábricas viejas y un mínimo de inversiones. Sin embargo, esa azúcar es vendida en el mercado mundial a 400-500 dólares por tonelada, dólares que pasan a manos del dictador (que se adueña como si fuera de él) y con esos dólares “subsidia” los alimentos de los trabajadores de la industria azucarera.

 

Así sucede con el turismo, el níquel, la agricultura, la pecuaria, la producción de cemento y en general, en toda la economía. Los cubanos producen los valores en dólares (y reciben una miseria por mes, en pesos). Esos dólares van a manos del gobierno, que después dice usarlos para “subsidiar” los productos de consumo interno. ¡Cuentas de bodegueros es lo que hacen!

 

Todos los que hemos trabajado en la isla sabemos que la economía funciona como vasos no comunicantes. Los negocios que generan dólares llevan una contabilidad individual que no se mezcla con otros sectores, De esa manera, la industria azucarera, el níquel, el turismo, el tabaco y un largo etc. tiene su propia e individual contabilidad, que termina en las manos del dictador mayor, que es el que concentra los dólares. Los pesos cubanos no cuentan y para ello hay funcionarios de segunda, que simplemente “echan a nadar la maquinita” de hacer pesos.

 

Dentro de esa economía dupla se ha movido la isla en los últimos 50 años. La miel del panal va a manos del zángano y los detritos son para los trabajadores. Como nadie trabaja y se produce poco, hay que usar parte de la miel para “subsidiar” el consumo de los trabajadores.

19 de Noviembre de 2010

 

 

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Última actualización el Viernes, 19 de Noviembre de 2010 14:52
 
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