Por TANIA DÍAZ CASTRO.- 

La pandemia del comunismo, esa enfermedad epidémica que causó más de cien millones de muertos a partir de 1917, expandida por treinta y cuatro países, desaparecerá como todas, para beneficio de la humanidad.

En algunos de esos 34 países se instauraron regímenes marxistas, genocidas y autoritarios, de partido único, saturados de golpes de estado o estados de facto, presos políticos, fusilamientos sin juicio, hambrunas, purgas, deportaciones de pueblos, tumbas ocultas, represión, corrupción política, colectivización forzosa de la agricultura, muertes por inanición y mala alimentación.

De estos 34, sólo quedan seis: China, Corea del Norte, Laos, Cuba, Venezuela y Nicaragua. Gobiernos que han logrado mantenerse en el poder no por productivos, eficaces e inteligentes para beneficio de las mayorías. Excepto Corea del Norte, tuvieron que abrirse a una economía de mercado capitalista, aunque continúan siendo represivos, fraudulentos, corruptos, carentes de elecciones generales transparentes, y un partido único que impide cualquier tipo de oposición y libertad de expresión.

Entre todos estos, salió de escena Vietnam, que logró una profunda economía de mercado en 1986, que Estados Unidos levantara el embargo y firmara acuerdos para que este país asiático comenzara a disfrutar de un boom de inversiones extranjeras y por último, formara parte de la Organización Mundial del Comercio.

El libro negro del comunismo

Para conocer en detalles esta historia de terror y muerte en nuestro planeta, hay que recurrir a El Libro Negro del Comunismo, editado en Francia en 1997 por Harvard University Press, elaborado en el Centro Nacional de Investigación Científica de París, gracias a un equipo de profesores e investigadores, más cinco periodistas de América Latina, Europa y Asia, encargados de la historia del KGB y de otros servicios de inteligencia y terrorismo de la URSS, hoy desmerengada.

Este valioso libro, prohibido precisamente en los regímenes comunistas actuales, nos da a conocer los malos ejemplos de China, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Laos y Nicaragua.

Cifras que debemos recordar

China cuenta con 82 millones de muertos: Veinte mil presos políticos muertos en cautiverio -el gulag soviético conocido como Laogai, que aún existe y que podría albergar a más de cinco millones de prisioneros-; cuarenta y tres millones de muertos durante la hambruna de Mao, diez mil en el Tíbet en 1956, un millar en la matanza de Tiananmén en 1989, con un total de 82 millones de muertos.

La URSS, con más de 21 millones de muertos: Fusilamientos a decenas de miles de rehenes o personas presas sin juicio, asesinatos de miles de obreros y campesinos rebeldes entre 1918 y 1922, la hambruna de 1922 que provocó millones de muertos, tres mil y 5 mil cosacos muertos ente 1919 y 1920, muertos en campos de concentración entre 1918 y 1930, 690 mil muertos en la Gran Purga de 1937 y 1938, deportados de los gulags, deportaciones de pueblos y etnias, hambruna de Ucrania de 3,9 millones, 20 mil prisioneros de guerra blancos a los que se les había  prometido una amnistía si entregaban las armas, los asesinados en la represión de la rebelión de Tambov en 1920 y otras hambrunas y genocidios a partir de 1932. El total es más de 21 millones de muertos.

En Corea del Norte las cifras son igualmente aterradoras: un total de 4,6 millones de muertos, sin contar los de la guerra de Corea en 1950 a 1953, provocada por los norcoreanos. La Cruz Roja Alemana, reconoció en 1999 más de 220 mil muertos por hambre, 10 mil niños y 500 mil por enfermedades y mala nutrición.

Después de 43 años de régimen comunista, Laos es un país subdesarrollado. Casi un tercio de los niños menores de cinco años sufren malnutrición. El poder político-militar lo controla todo, siendo desde 1975 uno de los más pobres de Asia. El 77, 2% de la población vive con menos de tres dólares diarios.

Cifras del castrismo cubano

Cuba, con un gobierno de facto, no elegido en las urnas, implanta el sistema comunista destruyendo así una economía en ascenso, que poco a poco fue declinando. A partir de 1959, la cifra de muertos es de 73 mil. De estos, 17 mil son ejecuciones y siete mil balseros que huyen por mar. Aunque Raúl, el sucesor hermano del dictador Fidel Castro, a partir del año 2000 favorece tímidamente la economía privada y una nueva Constitución reconoce el mercado y la propiedad privada como parte de la economía nacional, insiste en mantener el carácter irrevocable del socialismo, fracasado como confesara al fin Fidel Castro en 2011.

Es bueno señalar que ambos gobernantes han contribuido siempre al mantenimiento financiero de las guerrillas, mientras el 2,7% de la población vive con menos de tres dólares diarios, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en 2018. Estos grupos terroristas, integrantes de las FARC, el ELN, Sendero Luminoso, Nuevo Ejército del Pueblo, Los Montoneros, los Tupamaros…, son responsables de 105 419 muertos en Colombia, 37 840, en Perú, 22 799 en Filipinas, 50 en Argentina, 66 en Uruguay, entre 1967 y 1972; 120 en Puerto Rico, etc.

También Cuba apoyó la dictadura de Etiopía, donde murieron 725 mil personas entre 1974 y 1987, muchos de ellos cubanos; la dictadura de Hugo Chávez, en Venezuela, con 252 mil muertos y la “liberación” de Angola, donde se calculan 125 mil muertos entre 1975 y 1987, en su mayoría cubanos.

CUBANET