La Iglesia Católica envió un representante a visitar a los tres hermanos Adairis y Anairis Miranda Leyva y Fidel Batista Leyva después de que el Movimiento Cubano Reflexión (MCR) pidiera su intervención y el socorro a los activistas.

En una actualización de la situación de los opositores, el MCR precisó que el lunes 5 de febrero el obispo de la Diócesis de Holguín, Emilio Aranguren, envió al padre Orlando Corso a la vivienda en Calle Libertad número 307 entre Coliseo y Peralejo, en Holguín.

Según informó la madre de los hermanos Leyva, Maydolis Leyva Portelles, el sacerdote les comunicó que "están en la disposición de auxiliarlos con los medicamentos que hiciesen falta, pero que no tenían previsto ir más allá".

Los huelguistas afirmaron por su parte que no ingerirán fármacos, "pues eso sería romper con la huelga de hambre, y que esperaban de la Iglesia una mediación con el Gobierno, para reparación de sus males".

"Por el momento las cosas quedaron así", señaló el MCR en su comunicado.

Sobre la situación de los activistas en protesta, indicó que en el día 12 de la huelga de hambre "Anairis tenía una pierna con una coloración negruzca, sigue padeciendo de estrechamiento de conciencia (convulsiones frecuentes por un tiempo de media hora aproximadamente), con sangramiento vaginal y sus signos vitales disminuidos". Actualmente tiene un peso 28.0 kilogramos.

Por su parte, Adairis "padecía de isquemias transitorias, episodios de alucinaciones y signos vitales disminuidos" con un peso 32.5 kilogramos.

Por último, el MCR señaló que Fidel Batista Leyva padecía de "episodios de hipo incontrolables, vómitos de agua, con una evidente deshidratación y unos signos vitales disminuidos", para un peso de 49 kilogramos.

Los hermanos holguineros fueron arrestados el 27 de noviembre de 2016, dos días después de la muerte de Fidel Castro, y condenados a un año de prisión por supuestos delitos de "difamación de héroes y mártires y desorden público" durante los funerales del dictador.

Después de esta detención han protagonizado dos huelgas: la primera en marzo de 2017 y la segunda en el verano de 2017.

Durante los 26 días de la última protesta, las autoridades médicas les habían prohibido la atención sanitaria y el ingreso en cualquier hospital y fuerzas del régimen realizaron actos de repudio frente a la vivienda de los activistas.

DIARIO DE CUBA