El embajador de Rusia ante Naciones Unidas, Vitali Churkin, falleció este lunes de forma repentina en Nueva York a los 64 años de edad, según comunicó el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, sin especificar la causa de la muerte.

"Con gran dolor, Rusia comunica que el 20 de febrero, un día antes de su 65 cumpleaños, en Nueva York y de manera repentina, falleció su representante ante la ONU, Vitali Churkin", señaló el comunicado."El destacado diplomático ruso murió en su puesto de trabajo. Expresamos nuestras condolencias a sus familiares y seres queridos", añadió.

Churkin, que servía como alto representante en la ONU desde 2006, era un diplomático de amplísima experiencia. Elegido por el entonces presidente ruso, Borís Yeltsin, para mediar en el conflicto en la antigua Yugoslavia, desempeñó un papel clave en la crisis de los Balcanes. En una entrevista con EL PAÍS, en 1994, Churkin, que entonces tenía 42 años, respondía así a la pregunta sobre qué autocrítica hacía de la actuación de Rusia en el conflicto de la antigua Yugoslavia: "Eso lo dejaré para mis memorias".

"Lloramos al embajador Churkin, cuya presencia aquí ha sido tan constante que estoy estupefacto", ha afirmado, dijo Farhan Haq, el portavoz del secretario general de la ONU, António Guterres. También había sido embajador en Bélgica, Canadá y enlace con la OTAN.

En sus últimos tiempos, como embajador ruso ante la ONU, protagonizó sonados enfrentamientos con Estados Unidos en el Consejo de Seguridad en conflictos como la guerra de Siria. El año pasdado, cuando la entonces embajadora de EEUU, Samantha Power, acusó a Siria, Rusia e Irán de crímenes atroces en la ciudad dividida de Alepo, Churkin fue duro: "El discurso más extraño ha sido el de la representantes de Estados Unidos, que ha hecho una declaración como si ella misma fuera la Madre Teresa. Por favor, recuerde a qué país representa y cuál es su historial".